Marino Uceda aboga en un curso de la UNIA de Baeza por generar cultura del aceite de oliva

El ingeniero agrónomo, elaiólogo y codirector del curso Aceite de oliva virgen extra. Salud, marketing y maridaje, Marino Uceda, explica que en esta edición el curso celebrado esta semana en la sede Antonio Machado de Baeza (Jaén) de la Universidad Internacional de Andalucía (UNIA) es diferente al realizado otros años, porque se han introducido dos conceptos “esenciales para el sector del olivar, que son el marketing y el maridaje”.

Uceda insiste en el papel del maridaje, “porque tenemos que generar cultura del aceite de oliva” y pone de ejemplo, el caso del vino, que “fue precursor en este campo y siempre se ha maridado con los alimentos y se decía cuál era idóneo para cada uno”.

“Con el aceite de oliva pasa igual, lo que ocurre es que no estamos muy acostumbrados y hay que empezar a crear esa cultura”, agrega, y pone de ejempo la elaboración de la mahonesa: “No es lo mismo hacer una mahonesa con un arbequina suave del norte que con un picual de aquí, porque son dos aceites absolutamente diferentes; mientras, con un picual sacaría toda la potencia de un pescado a la sal o incluso para hacer un gazpacho, para una mahonesa, que queremos sea más suave y es una salsa para aderezar, no utilizaríamos  aceites excesivamente potentes como puede ser el picual”.

Para profundizar en ello, el curso ha contado con la participación del conocido como Chef del AOVE, Dani García. Uceda señala que es muy fácil apreciarlo, por ejemplo, “cocinando un mismo plato con tres aceites diferentes” y que la presencia de García en el aula ha aportado “todas esas notas de maridaje, toda esa riqueza sensorial increíble, ya que podemos tener cualquier matiz sensorial en función del aove empleado”.

Desde su experiencia, Uceda defiende que así se “generará cultura y se generára también algo que es importante para los productos de valor añadido, que es el conocimiento sobre ese producto, cuáles son los descriptores, cuál va a ser su uso”. Por eso, insiste, en que “hay que dar un paso más” para crear esa cultura del aceite de oliva.

Respecto al marketing y a su importancia para el sector, afirma que “quizás la asignatura que tiene pendiente la provincia de Jaén es la comercialización de sus aceites, la hacemos a granel sin valor añadido”. “El marketing, subraya, es una herramienta fundamental para darle valor añadido a nuestro producto”.

De ahí, la participación en el curso del catedrático de la Universidad de Jaén, Manuel Parras, a quien considera “la máxima autoridad en este tema”. De igual modo que ha contado con Francesco Visioli, de la Universidad italiana de Padova, para abordar la relación del aceite de oliva con la salud, en una conferencia sobre los fenoles en el aceite y su importancia desde el punto de vista nutricional.

El curso Aceite de oliva virgen extra. Salud, marketing y maridaje, dirigido por Marino Uceda y la investigadora del IFAPA “Venta del Llano”, Mª Paz Aguilera, se incluye en la programación de los Cursos de Verano de la Universidad Internacional de Andalucía (UNIA), en la sede Antonio Machado de Baeza (Jaén).

Recta final de una campaña con más luces que sombras (*Opinión de Asensio López)

Enfilamos la recta final de la campaña 2020/2021 que no ha sido mala en términos generales por cuanto ha tenido  más luces que sombras. Y eso en un sector como el del olivar y de los aceites de oliva, acostumbrado a noticias no del todo buenas y a ver la botella nunca llena (pónganles ustedes si medio llena o medio vacía), es muy meritorio. Máxime teniendo en cuenta de dónde venimos a cuenta de esta pandemia que ha hecho y sigue haciendo estragos, aunque parece que las luces dan ya claridad a este negrísimo túnel por el que hemos transitado con funestas consecuencias sanitarias, económicas y sociales. 

En estos dos meses que aún restan de la campaña (agosto y septiembre) más los días de octubre hasta que se obtengan los primeros zumos de aceituna tendremos un enlace de campaña moderadamente bajo, en torno a unas 350.000 toneladas, cantidad que se antoja suficiente para abastecer los mercados.  Una campaña que apura sus últimas semanas con precios más o menos estables en el mercado de origen, aunque con una ligera tendencia a la baja, y eso en un escenario de salidas medio mensual superior a las 140.000 toneladas de aceites de oliva, lo cual está muy bien.

Una campaña con buenas nuevas como la tendencia que apunta a récord en comercialización y con un consumo que se consolida; la tregua de cinco años en los aranceles; que ha motivado que bajen las importaciones de terceros países; una remontada de los precios en origen que se han alejado de su volatilidad y han mantenido posiciones con una cierta estabilidad en la órbita de los tres euros y tres euros y pico; un sector que ha sabido capear con nota la pandemia;  una campaña que ha vuelto a poner de manifiesto que no hay grandes desajustes entre la oferta y la demanda, o al menos así lo corrobora la trayectoria de las últimas campañas, salvo alguna excepción.

Pero no todo ha sido bueno. A la menor producción de la esperada por el rendimiento medio graso más bajo de la historia se une la incertidumbre que genera en el sector el sistema de etiquetado Nutriscore o cómo se cerrará finalmente la aplicación de la PAC en España y si el olivar tradicional tendrá por fin la discriminación positiva que tanto necesita y que es de justicia por la labor social y medioambiental que ejerce. Y habrá que estar atentos a ver cómo queda finalmente la Ley de la Cadena Alimentaria y si es una herramienta útil para que los precios no estén por debajo de los costes de producción.

Acaba una campaña en la que ha llovido poco y ha aumentado en algunas zonas el estrés hídrico del olivar, que necesita de la bondad de una gran otoñada, el olivar que siempre mira al cielo y a los imponderables de la meteorología. Y todo ello sin olvidar que hay que seguir invirtiendo de forma continuada en promoción para abrir nuevos mercados; la mejora aún más si cabe de “las tres C”: calidad, con el incremento del envasado; la comercialización, así como la concentración, pero no por definición, sino sabiendo a dónde y cómo  se quiere ir y a dónde no. 

Y mientras diremos adiós a esta discreta campaña oleícola, a la que le pondremos la guinda en Expoliva, y le daremos la bienvenida a la próxima, que ya será la 2021/2022, que se presume muy similar a ésta, aunque no hay dos campañas que sean iguales ni clónicas. Todas tienen sus pros y sus contras; sus fortalezas y sus debilidades, sus diferencias, su cuestión de matices y de interpretación en un sector que es muy heterogéneo y nada homogéneo. Conviene recordarlo.

*Asensio López, director de Oleum Xauen

La campaña oleícola inicia su undécimo mes con una ligera caída de los precios en el mercado de origen

La campaña oleícola 2020/2021 enfila su recta final y ha iniciado su undécimo mes con una ligera caída de los precios del aceite de oliva en el mercado de origen respecto a anteriores semanas tras haber iniciado al comienzo de esta campaña una remontada por cuanto en las precedentes las cotizaciones estaban, en general, por debajo de los costes de producción y de los umbrales de rentabilidad.

La paulatina y continuada escalada de precios del aceite de oliva registrada desde el inicio de esta campaña hizo que los precios se situaran incluso en todas las categorías por encima de los tres euros el kilo a partir de finales de abril y de mayo, aunque dicha tendencia alcista comenzó a estabilizarse e incluso ha descendido ligeramente en las últimas semanas.

El Sistema de Información de Precios en Origen del Aceite de Oliva (Poolred), consultado por Oleum Xauen, indica que el precio medio para la calidad de aceite de oliva virgen extra es de 3,19 euros el kilo. La calidad virgen tiene una cotización media en origen de 3,05 euros el kilo, mientras que el lampante está a 2,82, según este sistema, que obtiene la media ponderada de las operaciones de compraventa de aceite de oliva a granel en el mercado de origen.

Esta situación se ha producido en una campaña en la que se han corregido a la baja las previsiones iniciales de producción de la Consejería de Agricultura de la Junta de Andalucía para esta cosecha, caracterizada por los rendimientos más bajos de la historia y por el buen ritmo de comercialización.

La Junta abona 7,6 millones de euros en ayudas a los seguros agrarios

La Consejería de Agricultura, Ganadería, Pesca y Desarrollo Sostenible ha iniciado, tan solo dos meses después de abrir la convocatoria, el primer pago de las ayudas a la contratación de los seguros agrarios combinados de 2021. De este primer abono se benefician 8.776 andaluces que, en total, reciben ayudas por valor de más de 7,6 millones de euros. Esta primera cantidad entregada a los agricultores, ganaderos y titulares de zonas forestales supone casi el 70% del presupuesto total de la convocatoria, en cuyo abono completo continúan trabajando los técnicos del Gobierno andaluz a través de diversos trámites como, por ejemplo, la subsanación de incidencias.

Por provincias, en Almería se han abonado ayudas por valor de más de 1,2 millones de euros a cerca de 1.670 productores; Cádiz concentra 610 incentivos que, en total, rozan los 551.000 euros; Córdoba suma 1.970 ayudas por casi 2 millones de euros, y en Granada, 803 productores reciben más de 408.000 euros. Por su parte, en Huelva se han pagado 858 ayudas por más de un millón de euros; en Jaén, 541 expedientes superan los 295.000 euros; en Málaga, a casi 500 productores le corresponden 293.300 euros, y en Sevilla, la Consejería de Agricultura ha abonado 1.830 subvenciones por valor de más de 1,8 millones de euros.

La consejera Carmen Crespo ha resaltado el “gran esfuerzo que han realizado los técnicos” de su departamento para acelerar este trámite todo lo posible y, de esta forma, “hacer llegar a los productores andaluces los recursos económicos que les corresponden en función de los seguros agrarios y forestales que tienen contratados”. “Somos conscientes de la complicada situación que atraviesa el sector agroalimentario, que además del impacto de la Covid-19 ha debido hacer frente a otras circunstancias como crisis de precios o injustos aranceles”, ha lamentado Crespo, quien ha destacado la importancia de contar con un aseguramiento para “disponer de una red de seguridad que ofrezca garantías a quienes pueden perderlo todo en el campo como consecuencia de hechos inesperados”.

La responsable de Agricultura ha recordado que la Junta ha aumentado la cuantía máxima de ayuda en la convocatoria 2021 “para, en la medida de nuestras posibilidades, hacer más accesible el seguro a todos los agricultores, ganaderos y titulares de zonas forestales de Andalucía”. “Queremos que todos los productores se sumen a esta herramienta de gran utilidad ante multitud de imprevistos que pueden acabar afectando a la rentabilidad de las explotaciones”, ha recalcado. Las adversidades meteorológicas, enfermedades o accidentes de los animales pueden acarrear graves pérdidas económicas que incidan en su endeudamiento e incluso puedan provocar el abandono de la actividad agrícola o ganadera.

En general, se han incrementado las subvenciones que perciben los asegurados, con especial atención a sectores especialmente afectados por la crisis de precios o la Covid-19. En concreto, se ha establecido un 20% más de ayuda al olivar, al sector vitícola, a los productores de flor cortada y planta ornamental y a ganaderos de bovino, ovino, caprino y porcino.

Por otro lado, en la presente convocatoria continúa primándose la inscripción de las explotaciones en el Registro de Titularidad Compartida con el fin de seguir impulsando la visualización del importante trabajo de las mujeres en el sector agrario y avanzar hacia la igualdad real de género.

El presidente de la Diputación y la presidenta de AEMO visitan la cooperativa El Alcázar de Baeza, que elabora el AOVE Olibaeza

El presidente de la Diputación de Jaén, Francisco Reyes, ha visitado junto a la presidenta de la Asociación Española de Municipios del Olivo (AEMO), Ana María Romero, y la alcaldesa de Baeza, Lola Marín, la cooperativa El Alcázar de Baeza. Durante la visita han estado acompañados por miembros de la junta directiva de la cooperativa, que elabora y comercializa Olibaeza, que ha sido premiado en 2021 como el mejor aceite de oliva virgen extra del mundo por Evooleum, concurso internacional a la calidad de los aceites de oliva virgen extra que elige anualmente a los 100 mejores AOVES del mundo y que organiza AEMO.

Olibaeza también ha sido distinguido este año 2021 con el distintivo Jaén Selección, reconocimiento que otorga la Diputación de Jaén desde hace 15 años y que distingue a los 8 mejores zumos de aceituna de cada cosecha de la provincia de Jaén.

La explotación agraria media en España tiene 46,9 hectáreas

El Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación ha publicado en su página web los resultados provisionales de la Red Contable Agraria Nacional (RECAN) correspondiente al año 2019, que indica que la explotación media tiene 46,9 hectáreas, de las que 19,6 (41,7 %) son arrendadas, cuenta con 36 unidades ganaderas (UG), y da ocupación a 1,8 unidades de trabajo año (UTAs), de las cuales algo más de dos quintas partes son asalariados.

La Red Contable Agraria Nacional (RECAN) es una encuesta que se realiza anualmente en España sobre una muestra de 9.200 explotaciones agrarias de carácter comercial. Su metodología está armonizada en toda la Unión Europea, lo que ha facilitado que se haya constituido en una herramienta clave para poder realizar el diagnóstico de la agricultura española en el marco del Plan Estratégico de España para la Política Agraria Común post 2020.

Los principales resultados son:

La Producción Bruta Total (PBT) fue de 93.041 euros por explotación, con la siguiente estructura: producción vegetal (60,5 %) y producción animal (38,5 %), mientras que el resto corresponde a otra producción, incluidas otras actividades lucrativas.

Dicho resultado medio varía al analizarlo según la orientación productiva de las explotaciones agrarias. Así, las explotaciones con mayor PBT por explotación corresponden a los granívoros (porcinos y aves) con 436.474 euros por explotación; seguida por la horticultura, con 209.269 euros por explotación; los herbívoros (vacuno, ovino y caprino), con 100.493 euros por explotación; los cultivos leñosos (frutales, olivar y viñedo), con 61.446 euros por explotación.

Por el contrario, las explotaciones con predominio de los cultivos herbáceos (cereales, oleaginosas, proteaginosas y otros cultivos anuales extensivos) son las que presentan un menor valor, con una PBT de 57.994 euros por explotación, es decir, que el diferencial entre la mayor y la menor es de algo más de siete veces.

Algo similar, aunque con mucha menor variabilidad, ocurre cuando analizamos la PBT por comunidades autónomas. Así, la comunidad con mayor valor es Murcia, con 117.735 euros por explotación, frente a Madrid, con 58.033 euros por explotación. En este caso el diferencial entre la mayor y la menor es ligeramente superior al doble. 

Los Costes Totales (CT) alcanzaron el valor de 67.820 euros por explotación, que equivalen a casi tres cuartas partes de la PBT, con la siguiente estructura: costes específicos totales (45 %), costes generales (24 %), coste de los factores externos (23 %) y el resto corresponde a las amortizaciones (8 %).

Dentro de los costes específicos podemos diferenciar los correspondientes a los cultivos (semillas, abonos, fitosanitarios y otros), con un valor medio de 11.546 euros por explotación, y los correspondientes al ganado (piensos, forrajes, gastos veterinarios y otros), con un valor medio de 18.447 euros por explotación.

Los costes generales, con un valor de 16.357 euros por explotación lo forman: la energía, con 4.690 euros; los mantenimientos de maquinaria y edificios (4.025 euros); los trabajos por terceros y arrendamiento de maquinaria (2.829 euros), y otros costes generales (4.813 euros).

Finalmente, los costes de los factores productivos externos, con un valor de 15.648 euros por explotación, lo componen: salarios y cargas sociales con 12.548 euros, arrendamientos (2.833 euros) y los intereses pagados, con un valor de 267 euros por explotación.

Las Subvenciones Corrientes fueron de 12.373 euros por explotación, de los que el 16 % corresponden a pagos acoplados a los cultivos y ganados, el 69 % a pagos desacoplados, el 14 % son ayudas al desarrollo rural y el resto a otras subvenciones.

Al analizar el balance de las explotaciones agrarias observamos que el valor medio de los activos fue de 372.098 euros por explotación, siendo su principal componte las tierras y cultivos permanentes, con un valor de 184.372 euros por explotación, mientras que el resto se distribuye entre edificios, maquinaria y ganado reproductor. Los pasivos (préstamos pendientes de reembolsar) alcanzaron un valor medio de 14.435 euros por explotación, lo cual representa en torno al 4 % del total de los activos.

El Valor Añadido Neto (VAN), que constituye la remuneración de todos los factores de producción utilizados en el proceso productivo, fue de 53.866 euros por explotación. El importe de las subvenciones corrientes netas, que fue de 12.996 euros por explotación, representó aproximadamente un cuarto del VAN.

El Valor Añadido Neto por Unidad de Trabajo Año (VAN/UTA) fue de 30.668 euros por explotación de promedio. Únicamente el 50 % de todas las explotaciones superó el valor de 20.847 euros por explotación.

La Renta Neta de Explotación (RNE), que constituye la remuneración de los factores de producción propios utilizados en el proceso productivo, así como los riesgos empresariales, fue de 38.096 euros por explotación.

Este documento, así como resultados más detallados de las principales variables sobre características generales, producción, costes, subvenciones, activos y pasivos, principales resultados, tanto a nivel nacional como por comunidades autónomas, para catorce orientaciones productivas y cinco intervalos de dimensión económica se puede consultar en el siguiente enlace:

Red Contable Agraria Nacional (RECAN) (mapa.gob.es)

España comercializa en nueve meses casi 1,3 millones de toneladas de aceite de oliva en una campaña que podría ser récord

España ha comercializado en los nueve primeros meses de esta campaña oleícola 2020/2021 (de octubre a junio) 1.276.300 toneladas de aceite de oliva. Este dato supone más que toda la producción de la campaña 2019/2020, en la que se obtuvieron 1.125.000 toneladas, por lo que de continuar esta buena tendencia todo apunta a que se alcanzará un récord de comercialización, establecido en la pasada 2019/2020. En la misma España comercializó 1.634.400 toneladas de aceite de oliva, que se desglosa en 1.118.000 toneladas de aceite de oliva de exportaciones y las 516.000 que se han venido en el mercado interior.

Los datos de la Agencia de Información y Control Alimentarios (AICA), interpretados por Oleum Xauen, ponen de manifiesto que hasta finales de junio se han comercializado en España 838.100 toneladas de aceites de oliva que han ido a los mercados exteriores y 438.200 al mercado nacional con una media mensual de salidas de más de 140.000 toneladas, por lo que todo hace augurar que se podría superar el mayor registro comercializador.

En esta campaña se han producido algo más de 1.387.000 toneladas frente a las 1.125.000 de la anterior y se han importado en estos nueve meses 147.400, cifra que contrasta con las 244.000 de la campaña precedente. A 30 de junio quedan unas existencias de 749.500 toneladas de aceites de oliva, por lo que el enlace de campaña resultante podría estar en torno a las 350.000 toneladas, cantidad suficiente para enlazar con la venidera campaña y para abastecer a los mercados.