Miguel Arias Cañete, Ministro de Agricultura, Alimentación y Medio Ambiente

“Estos datos ponen en evidencia la gran dependencia de la producción oleícola de la climatología y la necesidad de dotarse de instrumentos de regulación eficaces en momentos de crisis” 

Miguel Arias Cañete es desde el 22 de diciembre de 2011 ministro de Agricultura, Alimentación y Medio Ambiente, cargo que ya ostentó en una primera etapa en la legislatura que discurrió entre los años 2000 y 2004. En esta entrevista repasa, entre otros asuntos, la situación del sector del olivar y del aceite de oliva; analiza esta corta y escasa campaña oleícola, así como sus consecuencias; lanza un mensaje positivo sobre este sector estratégico y comparte que el reto está en la comercialización, la concentración y la calidad del aceite de oliva.

¿Qué valoración hace de esta corta y escasa cosecha oleícola?

Como usted sabe, el olivar siempre se ha caracterizado por una marcada alternancia en las cosechas (es la conocida vecería); a una producción excelente le solía seguir una reducida. En los últimos años, la mejora de las técnicas de cultivo, el incremento de las plantaciones en regadío y un favorable ciclo climatológico, en cuanto a precipitaciones, ha hecho que se enlacen varias campañas con producciones similares a las hasta entonces registradas como récords. Y que en la 2011/12 se superase el umbral del millón seiscientas mil toneladas de producción. Una pluviometría poco favorable registrada el año pasado, junto con otros factores climáticos durante el invierno y la primavera, originó un deficiente cuajado del fruto en las principales zonas productoras, sobre todo de Andalucía. Por ello la cosecha 2012/13 ha sido la más baja de la última década, con descensos muy significativos en comparación con años anteriores. Las estimaciones en estos momentos sitúan la  producción en torno a 600.000 toneladas. Estos datos ponen en evidencia algo de lo que parecíamos habernos olvidado en los últimos años: la gran dependencia de la producción oleícola de la climatología, a pesar del gran desarrollo del sector, así como la necesidad de dotarse de instrumentos de regulación eficaces que permitan actuar a las Administraciones y al propio sector en momentos coyunturales de crisis.

¿Tiene intención de aprobar medidas extraordinarias ante la pérdida de renta del sector?

Desde el mes de marzo el Ministerio se ha venido reuniendo con las Organizaciones Profesionales Agrarias para realizar un análisis conjunto de la situación del sector olivarero, así como para estudiar la posible implementación de medidas específicas. Nuestro diagnóstico es que, ciertamente, la renta de las explotaciones olivareras se ha visto afectada por las especiales condiciones climáticas de este año, si bien es cierto que la presencia de las ayudas de la PAC, el aumento de los precios percibidos y la reducción de los costes -principalmente en mano de obra de recolección- han compensado parcialmente el efecto negativo sobre la renta del descenso de la producción. Ante esta situación estamos estudiando la instrumentación de una respuesta adecuada por parte de la Administración General del Estado.

¿Cómo cree que va a responder el mercado ante esa escasa producción?

Como es lógico, el mercado está respondiendo conforme a las nuevas variables que lo definen. A consecuencia de la menor disponibilidad de cosecha y el incremento de la demanda, se está produciendo la subida generalizada de las cotizaciones. Desde los últimos meses de la campaña anterior, y ante las malas perspectivas de cosecha, se registraron incrementos en las cotizaciones de todas las categorías de los aceites de oliva. Posteriormente, una vez iniciada la campaña, se produjo un ligero descenso para luego ya ir al alza, estabilizándose en los últimos meses.  En este último periodo se observa una mayor diferenciación de los precios en origen según categorías, que en los últimos años estaban muy comprimidos. En principio, la subida de los precios debe considerarse positiva, dado los bajos precios de las últimas campañas. Además, hay que señalar que hasta el momento, y aunque habrá que estar muy atentos a los movimientos que se produzcan en el corto plazo, los precios se están manteniendo a niveles razonables, por lo que no deberían tener una marcada repercusión en el consumo. Es fundamental recordar que partimos de un alto nivel de existencias próximo a las 700.000 toneladas, lo que unido a las posibles importaciones nos sitúa en unos niveles más que suficientes para garantizar el aprovisionamiento de los mercados.

¿Teme una gran subida del precio del aceite de oliva? ¿Habrá más importaciones? ¿Se adelantará la próxima campaña a octubre?

Habrá que estar muy pendientes de lo que suceda en el campo y en el mercado, aunque teniendo en cuenta las variables actuales y como está evolucionando la campaña, todo parece indicar que el mercado se encuentra en una fase de normalización, no son probables repuntes significativos de los precios. Respecto a las importaciones, es previsible que acusen un notable incremento porcentual respecto a años precedentes, a pesar de que su cuantía será limitada, en términos absolutos. En cuanto al adelanto de cosecha, constituye una práctica que se está extendiendo, con el fin de obtener aceites de máxima calidad, pero no suele hacerse de forma generalizada. Unas existencias bajas en octubre podrían tener alguna incidencia en el adelanto de la recolección, aunque no se prevé que sea significativa. En cualquier caso querría resaltar, como antes ya apunté, que el abastecimiento del mercado está total y absolutamente garantizado.

¿Qué mensaje de presente y futuro lanza al sector?

No me cabe la menor duda de que nos hallamos ante un sector que presenta unas excelentes condiciones de cara a su mantenimiento y desarrollo de futuro. Con los adecuados instrumentos y suficiente inteligencia, el sector deberá garantizarse su sostenibilidad.  Al margen de situaciones derivadas de la propia dinámica del sector o de la coyuntura económica general, el aceite de oliva es hoy un producto versátil y altamente valorado a nivel mundial. Como integrante esencial de la dieta mediterránea es un elemento inigualable que debemos aprovechar. España está en posesión de un valioso producto llamado aceite de oliva, fuente de salud, con historia, soporte de un sector que atesora un enorme patrimonio económico, medioambiental y cultural, en el que nos corresponde ser líderes y  ejercer el liderazgo.

El reto del sector pasa por la calidad, la comercialización y la concentración. ¿Qué opinión tiene al respecto?

Coincido plenamente con esa idea. Y creo que vamos en la buena dirección. Así lo prueban los importantes avances en los procesos de sistemas de cultivo, recolección en los momentos óptimos, extracción, con especial cuidado en el  ahorro de agua y control de residuos nocivos para el medio ambiente y conservación de las calidades del aceite obtenido, en bodegas acondicionadas con las más modernas tecnologías, en muchos casos. Igualmente son notables los progresos en materia de comercialización, a través de la cuidada presentación de los mejores aceites de oliva virgen extra, la penetración en nuevos mercados y la consolidación de los existentes, lo que nos está llevando a superar cada año al anterior, en volúmenes comercializados. Desde el Ministerio estamos apostando por la internacionalización del producto, así como por todas aquellas acciones tendentes a incrementar el conocimiento del aceite de oliva. De igual forma se han incrementado notablemente los proyectos de investigación tendentes a demostrar, de forma científica, los valores saludables del aceite de oliva, como fundamento del futuro del sector.  Especial mención merece la Interprofesional del Aceite de Oliva que aglutina  a los intereses del sector, y que constituye una sólida expresión de su compromiso por el futuro. En cuanto al problema de la concentración somos muy conscientes de que el sector debe ganar en dimensión; de que la concentración debe ser un instrumento que lo haga más potente, más profesional, generador de valor y viable económicamente. Y es que la cadena agroalimentaria española presenta una asimetría que debe ser corregida mediante la puesta en marcha de políticas e instrumentos legislativos que mejoren la estructura comercializadora. Iniciativas legislativas como los proyectos de Ley de Mejora del Funcionamiento de la Cadena Alimentaria, y el de Fomento de la integración de cooperativas y otras entidades asociativas de carácter agroalimentario, en tramitación en el Parlamento, en estos momentos, van inequívocamente en esa dirección.

¿Cree que se puede producir en el futuro una reconversión en el olivar?

Si por reconversión entiende transformación, estoy por decirle que no haría falta mirar al futuro. El sector olivarero posiblemente sea uno de los que ha experimentado una mayor transformación en los últimos años, a lo que sin duda han contribuido las ayudas comunitarias de la PAC. Principalmente en  dos aspectos. De un lado, una apuesta decidida por la calidad, como hemos tenido ocasión de comentar, y de otro el aumento de la productividad y la disminución de costes. En este sentido, en los últimos 20 años se ha producido una importante implantación de modelos productivos intensivos y superintensivos, que son capaces de generar un producto de magnífica calidad a precios muy competitivos. No obstante la realidad productiva es muy heterogénea. También en los últimos años se ha producido un gran avance en el desarrollo de tipos de olivicultura más ligados al olivar tradicional, como son la ecológica, integrada, etc. que suponen un mayor valor añadido. Cabe esperar que con las ayudas que se están configurando en la actual reforma de la PAC y la puesta en valor de las producciones de aceite de calidad, bajo cualquiera de los sistemas de cultivo, el olivar conserve su dinamismo actual, siempre para mejor.

¿Es partidario de reformar y actualizar los mecanismos en el precio de intervención?

Claramente sí, aunque entiendo que cuando habla de precios de intervención se refiere a los precios de referencia para el almacenamiento privado, pues como es sabido, la intervención propiamente dicha desapareció en 1998. Y es que, efectivamente, a  pesar de los avances en técnicas de cultivo, la realidad nos demuestra, (este año, sin ir más lejos), que nos encontramos ante un cultivo eminentemente vecero, muy ligado a las condiciones medioambientales. Ante esta situación nos debemos dotar de instrumentos eficaces para los momentos de crisis. Por eso estamos trabajando en el marco de la reforma de la PAC para mejorar la regulación del sistema de almacenamiento privado, con el fin de lograr un almacenamiento “sencillo, ágil y objetivo” que permita hacer frente a posibles situaciones de desequilibrio coyuntural de mercado, como la que se ha evidenciado en pasadas campañas. En esta línea, estamos impulsando el incremento de las funciones de las organizaciones de productores, asociaciones e interprofesionales de forma que se permita que el propio sector lleve a cabo operaciones de autorregulación del mercado.

¿Si se mejora la cadena de valor dejará de utilizarse el aceite como producto reclamo?

Eso es lo que pretendemos con el proyecto de Ley de Mejora del Funcionamiento de la cadena alimentaria.  Los estudios realizados, en el ámbito del Observatorio de Precios de los Alimentos, sobre la cadena de valor del aceite de oliva, nos ha puesto de manifiesto la enorme compresión que existe entre los distintos eslabones que la configuran y que el eslabón de la producción ha soportado pérdidas en los años objeto del estudio. La experiencia ha evidenciado que el hecho de que el aceite de oliva sea considerado, junto con otros productos, como la leche, un producto reclamo produce efectos indeseables, al confundirse un precio bajo con un valor también menor del producto, lo que resulta especialmente grave. Precisamente, el alarmante descenso de los precios a los productores, en los últimos años, ha hecho que nos hayamos adelantado a las instituciones europeas y el Gobierno aprobase el proyecto de Ley de la Cadena Alimentaria, en tramitación en las Cortes cuyo principal objetivo, en el caso del aceite de oliva, es el de conseguir un sector que siendo, como es, competitivo, innovador y exportador, tenga más capacidad de traslación de costes a los precios finales. En consecuencia, es necesario corregir todos estos aspectos, y conseguir el equilibrio de la cadena alimentaria, en general, y la del aceite de oliva, en particular,  garantizando que los productores agrarios y las pequeñas industrias participen en mayor proporción en los beneficios que se generan en la cadena de valor. Estoy seguro que, en el escenario competitivo que se derive de dicho marco legal, el aceite de oliva ocupará el lugar que le corresponde, como producto  saludable, de alta calidad.

¿Cómo va a quedar el olivar en la PAC?

Para España el olivar constituye un sector estratégico que se ha configurado en el tiempo como un gran generador de innumerables bienes públicos. Desde nuestro punto de vista la reforma debe garantizar la sostenibilidad del sector. De ahí nuestro empeño en que la próxima PAC se adecue a las características del agrario español, en general, y del olivar, en particular. Creo que en el pasado Consejo se han dado pasos muy importantes en este sentido. Tanto la aproximación de ayudas prevista, de una forma más progresiva y limitada, como la flexibilización en la aplicación del componente verde harán que el sector siga recibiendo fondos comunitarios a unos niveles muy aceptables. Por otra parte, el disponer de unos mecanismos de mercado eficaces que permitan estabilidad en los precios es uno de los objetivos principales de este Gobierno. A este fin contribuirían las comentadas leyes de mejora de la cadena alimentaria y de concentración de la oferta, pero como ya he señalado, desde el marco de la reforma de la PAC, estamos defendiendo un  sistema de almacenamiento privado del aceite de oliva sencillo en su aplicación y que cumpla los objetivos de manera eficaz, así como extender el protagonismo de la regulación al propio sector, a través de sus organizaciones.

Nuevos mercados y nuevas zonas productoras de aceite de oliva, ¿pueden poner en cuestión el liderazgo español?

Si seguimos por donde vamos eso no debiera suceder, pero depende de nosotros. España es el primer país productor de aceite de oliva del mundo y como tal el primer generador de intercambios comerciales. El concepto de olivicultura, en otro tiempo reducida al ámbito del Mediterráneo, se ha globalizado. Nuevos países, como Australia, Chile, Argentina, etc, han entrado en el escenario oleícola. Otros tradicionalmente productores como Marruecos, Túnez, Turquía están reconvirtiendo su olivicultura, estabilizando e incrementando su producción presente, y con unas expectativas de futuro importantes. El nuevo escenario tiene sin lugar a dudas sus riesgos, pero también ofrece un amplio marco de oportunidades. Prueba de ello es que en los últimos años el mercado del aceite de oliva español ha mostrado un gran dinamismo y fortaleza. Hemos superado consecutivamente récords en las cifras de exportación de las últimas cuatro campañas y hemos alcanzado los niveles de comercialización más altos de la historia oleícola de nuestro país. España debe ejercer el liderazgo que le corresponde de acuerdo a su posición. Nuestro país es la cuna del olivar mundial, tenemos la mayor superficie y las producciones más elevadas. Tenemos un sector dinámico, potente y comprometido. Comercializamos más aceite que ningún otro país en el mundo. Por ser el país líder somos los que más nos jugamos en esta partida. El mercado español, como mercado de referencia mundial, debe trasmitir señales inequívocas sobre el presente del sector y por donde queremos que evolucione en el futuro, así como sobre las inmejorables particularidades del producto que comercializamos y los precios a los que debe ser comercializado. Nuestras fortalezas son innegables, pero hay que creérselas y actuar en consecuencia.

¿Es partidario de que se mejore el etiquetado para evitar confusión y de aumentar los controles contra el fraude en el aceite de oliva?

Es una constante de este Ministerio el trabajar por garantizar el legítimo derecho de los consumidores a una información adecuada y que las características del producto se correspondan con su etiquetado. En este sentido, en el contexto del Plan de Acción para el olivar presentado por la Comisión Europea en junio de 2012, se está profundizando en la defensa y mejora de la calidad, la mejora del etiquetado y la defensa contra el fraude, aspectos fundamentales para el futuro del sector. Tampoco se deben de olvidar los numerosos trabajos que se están realizando en el seno del Consejo Oleícola Internacional, por parte de la Administración nacional y del propio sector en la misma línea.

Otras consideraciones que quiera hacer del sector del aceite de oliva  

Pues no muchas más. Si acaso  reiterar que estamos ante un sector con un futuro muy esperanzador, generador de un producto cuyas cualidades se aprecian cada día más, por  los países consumidores tradicionales, y por los países con hábitos alimentarios diferentes. Un producto al que, con independencia de la competencia que se adivina en el horizonte, o quizás precisamente por ella, todos los implicados debemos tratar con la inteligencia suficiente como para mantener y acrecentar la enorme riqueza social, económica y medioambiental que representa.

José Antonio Griñán Martínez, Presidente de la Junta de Andalucía

El aceite de oliva, una apuesta irrenunciable.

Nos encontramos en una encrucijada para la Unión Europea y, muy especialmente, para la Política Agrícola Común (PAC), que determinará, en gran medida, el futuro de la agricultura comunitaria en general y de la española y andaluza en particular durante los próximos siete años. El campo andaluz, y en concreto el olivar, su cultivo más representativo, se juega mucho en el resultado de las negociaciones sobre el presupuesto y el modelo de la PAC que queremos.

El olivar andaluz, con 1,5 millones de hectáreas y un volumen de producción que ronda el millón de toneladas, constituye una de las más arraigadas señas de identidad de nuestra tierra. Trasciende la vertiente exclusivamente agraria para convertirse en elemento decisivo en la conformación del entramado social, cultural y ambiental de más de 300 municipios andaluces.

Desde el Gobierno andaluz no vamos a cejar en nuestro empeño para que nuestro sector oleícola conserve el lugar que le corresponde. Porque ello significa asegurar la rentabilidad y viabilidad de las 250.000 familias que hacen del oro verde un verdadero motor de desarrollo socioeconómico de Andalucía. Es preciso tener en cuenta que en torno a este producto se genera el 40% del empleo agrario y las exportaciones, solo en aceite, equivalen a más de 1.300 millones de euros.

Por eso, en un momento como el actual en el que nos jugamos tanto y en el que nos hemos visto inmersos en ataques comerciales por parte de países competidores, este sector estratégico ha de continuar su proceso modernizador, tarea en la que va a encontrar siempre el apoyo del Gobierno andaluz para seguir manteniendo su liderazgo en producción y situarse también a la cabeza en comercialización.

Hoy más que nunca, la apuesta por la calidad es una estrategia de presente que nos abre la puerta al futuro. El Gobierno andaluz ha puesto a disposición del sector la Estrategia Andaluza para la Incentivación del Aceite de Oliva, un documento en el que se recogen diez medidas dirigidas a impulsar la calidad y afrontar los retos más inmediatos. Y no hace mucho aprobamos la Ley del Olivar, dos ejemplos que reflejan que seguimos muy de cerca esta realidad.

Por su parte, el sector oleícola andaluz ha realizado un gran esfuerzo por mejorar el cultivo y las técnicas de extracción, el envasado y conservación de los aceites de oliva vírgenes, alcanzando unos niveles de calidad que son reconocidos en todos los países a los que exporta. Pero hoy día la calidad, con ser lo principal, no basta. Hay otros factores también claves a la hora de amplificar las posibilidades de negocio.

Debemos consolidar el camino hacia una mejor comercialización que nos permita posicionarnos también en mercados emergentes como el de China, en el que ya somos líderes absolutos por delante de países como Italia. Y se han de promover actuaciones que contribuyan a acrecentar la competitividad desde la fortaleza que da la unión. Necesitamos, en este sentido, compañías de mayor tamaño que puedan ser más competitivas y que puedan desplegar un mayor poder de negociación frente a una distribución cada vez más potente.

El creciente consumo de aceite de oliva en todo el mundo, donde es reconocido no sólo como un alimento sino como una fuente de salud, ha de ser una oportunidad que no podemos desaprovechar. Y resulta indispensable que la UE sea sensible e inteligente a la hora de enfocar sus ayudas porque de lo contrario podremos estar haciéndole un daño mortal a un sector, reitero, clave para Andalucía y España.

La del aceite de oliva ha de ser una apuesta irrenunciable para todos, también para el Gobierno de España. Contamos con la mejor materia prima y con un saber hacer que hunde sus raíces en nuestra historia. No podemos darle la espalda a un cultivo y un producto que nos aporta empleo, riqueza, salud, gastronomía, cultura y, no se olvide, un factor diferencial clave, su enorme calidad, frente a la competencia.

 

José Antonio Griñán Martínez

Presidente de la Junta de Andalucía

El MFAO mejora el ejercicio de 2011 y aumenta un 28% el número de contratos

El Mercado de Futuros del Aceite de Oliva (MFAO) ha cerrado el ejercicio 2012 con 97.914 contratos frente a los 76.923 que se consiguieron en 2011, lo que supone un incremento de un 28 por ciento. Así lo ha puesto de manifiesto el presidente del MFAO, Manuel León, en la junta general extraordinaria convocada para analizar la evolución del ejercicio y para proceder a la renovación de consejeros.

De los casi 98.000 contratos establecidos, la mayoría (más de 70.000) se consiguieron a partir del pasado verano gracias al mayor volumen de contratación producido cuando comenzó a subir el precio en origen del aceite de oliva ante la previsión de cosecha escasa.  El Mercado de Futuros del Aceite de Oliva registró una elevada actividad en los meses de julio y agosto cuando en estas fechas se superó el número de contratos a los realizados a lo largo de todo el primer semestre de 2012 como consecuencia del incremento producido en el precio del aceite de oliva.

Manuel León entiende que esta situación de aumento en el número de contratos “refuerza al MFAO como mecanismo de cobertura ante la variabilidad de los precios”. León ha subrayado que el valor negociado en euros por el MFAO en el ejercicio 2012 alcanzó los casi 204 millones, 76 millones más que en 2011, y ha añadido que el promedio en el precio en 2011 fue de 1.660 euros por tonelada de aceite frente a los 2.083 euros por tonelada del año 2012.

Tras destacar el “buen dato de este pasado mes de enero”, en el que se han contabilizado 18.000 contratos, el presidente del MFAO precisa que “hemos remontado en 2012 una situación difícil del año 2011 como consecuencia de la estabilidad que había en los precios del aceite de oliva”, por lo que destaca que este instrumento “es una herramienta útil para el sector y un buen observatorio de precios”.

El Mercado de Futuros del Aceite de Oliva inició su actividad en el año 2004, y ya en el año 2009 alcanzó los 143.000 contratos y en 2010 los 190.000.

Planas valora que algunas enmiendas de la PAC contemplen los intereses de Andalucía

El consejero de Agricultura, Pesca y Medio Ambiente, Luis Planas, ha valorado en Bruselas algunas de las enmiendas aprobadas este miércoles por la Comisión de Agricultura del Parlamento Europeo en relación a la reforma de la Política Agrícola Común (PAC). Unas enmiendas que, tal y como ha destacado en un comunicado de la Junta, reflejan la “sensibilidad con respecto a algunos intereses fundamentales planteados por Andalucía de cara a esta reforma”.

 

Entre estas enmiendas, el consejero ha destacado algunas “muy importantes para la Comunidad andaluza” como la elegibilidad para el pago verde de los cultivos permanentes como el olivar, que reconoce los beneficios medioambientales de este cultivo, caracterizado por una gran importancia desde el punto de vista económico y social,  así como aquellos cultivos sujetos a ayudas de carácter agroambiental, la agricultura ecológica y los incluidos en las superficies que son objeto de cobertura en el marco de la Red Natura 2000.

 

Igualmente, el responsable de Agricultura, Pesca y Medio Ambiente de la Junta de Andalucía ha incidido en que se ha incluido otra de las reclamaciones de Andalucía para esta reforma como es la reserva estratégica para la alimentación del ganado, que permitirá una mayor estabilidad al sector lácteo, tan dependiente de las variaciones de los precios de los insumos como el pienso del ganado. “Otras de las peticiones andaluzas que se han tenido en cuenta en estas enmiendas han sido el precio de referencia del aceite para la activación de la intervención del mercado y un mecanismo en materia de frutas y hortalizas para las crisis derivadas de situaciones como las provocadas por la E.coli”, ha destacado.

 

No obstante, Luis Planas ha asegurado que es “difícil interpretar en su totalidad el voto en comisión europarlamentaria porque se han votado muchas enmiendas de compromiso y habrá que examinar los textos resultantes”.  En este sentido, Planas, que ha agradecido el trabajo de los eurodiputados para defender los intereses de España, ha concretado que “habrá que esperar para conocer cómo queda el texto final tras la votación del pleno del Parlamento Europeo previsto para el próximo mes de marzo.

Presentación “Oleum Xauen”

Oleum Xauen es una nueva cabecera que analiza desde el pasado mes de diciembre la actualidad de forma monográfica del olivar y del aceite de oliva. La publicación fue presentada en la sede de la Asociación de la Prensa de Jaén por su director, Asensio López, y por el editor de la misma, José Madero, responsable del Grupo de Empresas de Gráficas La Paz, ante un nutrido grupo de profesionales de los medios de comunicación. El nuevo proyecto editorial nace inicialmente con una periodicidad semestral y quiere servir de lugar de encuentro para el sector oleícola, con el que quiere ser referente y compañero de viaje ante los retos y los desafíos que tiene ante sí este sector estratégico.

La campaña oleícola 2012/2013

La campaña oleícola 2012/2013 prevé una producción de 625.000 toneladas de aceite de oliva en España, de las que 514.000 se obtendrán en Andalucía y 170.000 en Jaén, la provincia despensa de este producto. Así lo pone de manifiesto el primer avance de cosecha hecho público por la Consejería de Agricultura de la Junta de Andalucía, que apunta una drástica reducción de un millón de toneladas de aceite de oliva en España y de medio millón en Jaén respecto a la histórica cosecha pasada, en la que se batieron todos los registros de producción.  La campaña que ya está en marcha será corta y baja debido a la sequía y al agotamiento del árbol, aunque la Junta defiende que Andalucía tendrá existencias suficientes para abastecer los mercados en una campaña en la que apela a disminuir los actuales desequilibrios dentro de la cadena de valor y a desarrollar alianzas de comercialización y orientación del mercado para consolidar el liderazgo internacional. 

 

De una producción récord vamos a pasar a una cosecha muy mermada. En torno a un millón de toneladas podría bajar la producción de aceite de oliva en España en la próxima campaña oleícola 2012/2013 respecto a la pasada. Y eso sólo en un periodo justo de un año. Hemos pasamos del techo productivo a una de las cosechas más bajas de los últimos años.

Si en la campaña anterior la producción nacional de aceite de oliva consiguió superar todas las plusmarcas y registros con las históricas 1.600.000 toneladas; en ésta, si atendemos a las estimaciones que ha hecho públicas la Consejería de Agricultura de la Junta de Andalucía en el avance de producción conocido como aforo del olivar, la cifra alcanzará las 625.000. Es decir, que entre una campaña y otra el descenso será más que sobresaliente. Un millón de toneladas. La caída en picado llama poderosamente la atención, por lo que no ha pasado desapercibida y ha sido recibida como una mala noticia por el conjunto del sector y de la propia Administración.

Si los datos del aforo no fallan, un millón de toneladas descenderá la producción nacional de aceite de oliva, con lo que obvia decir que estas malas previsiones y nefastos pronósticos repercutirán sobremanera en el agro jiennense y en el PIB de la provincia de Jaén como consecuencia de la pérdida de producción y por la consiguiente merma en el número de jornales, que se estima en varios miles de millones.

Los datos del aforo que presentó en octubre en Jaén el consejero de Agricultura, Pesca y Medio Ambiente de la Junta de Andalucía, Luis Planas, relativos a la campaña 2012/2013 auguran una producción de aceituna de almazara de más de 2,4 millones de toneladas, que equivalen a casi 514.00 toneladas de aceite de oliva en Andalucía, lo que representa un descenso del cincuenta por ciento respecto a la media de las cinco últimas campañas, caracterizadas por cifras récord en producción.

Agricultura puntualiza que dadas las circunstancias excepcionales de la campaña, para la obtención de este primer avance de producción se han manejado diversas fuentes de información como la Red de Alerta e Información Fitosanitaria (RAIF); consultas telefónicas a almazaras; paneles territoriales de superficies y producciones, así como los departamentos de Estadísticas de las Delegaciones Territoriales.

Obviamente, esta campaña oleícola será corta y baja como consecuencia de la escasa producción prevista por el agotamiento del árbol tras tres campañas de récord en producción, por las repercusiones de la sequía y por la mala floración del olivar como consecuencia de las altas temperaturas. Esa falta de vitalidad y el desarrollo vegetativo del fruto  ponen de manifiesto la merma cuantiosa de la floración, un mal cuajado y, por consiguiente, una escasa producción.

Aún así está por ver si las intensas lluvias producidas en el pasado mes de noviembre aumentan las estimaciones de cosecha anunciada por la Consejería de Agricultura y hacen remontar ligeramente las cifras publicadas; aunque, en cualquier caso, está fuera de toda duda que sí tendrán efectos beneficiosos para la venidera campaña oleícola 2013/2014, siempre que las condiciones climatológicas acompañen.

Si tenemos en cuenta estas previsiones y el enlace de campaña resultante de la temporada 2011/2012 en España (unas 690.000 toneladas a finales de septiembre) habrá una producción superior a las 1.300.000 toneladas de aceite de oliva en esta campaña, existencias que a juicio del consejero andaluz de Agricultura son suficientes para abastecer los mercados y atender a las demandas. A este respecto, Luis Planas entiende que en la actual situación de récord de exportaciones en el sector del aceite de oliva hay que aprovechar y sacar partido para desarrollar alianzas estratégicas de comercialización y orientación de mercado para consolidar de esta forma el liderazgo internacional.

Además, el consejero llamó la atención, durante el acto de presentación de estos datos, sobre el hecho de que la actual situación de los mercados representa una buena oportunidad para intentar disminuir los actuales desequilibrios que se producen dentro de la cadena de valor y evitar situaciones de bajos precios, como ha venido ocurriendo con el aceite de oliva en las últimas campañas, aunque el precio en origen comenzó a incrementarse a partir del pasado verano de manera significativa ante las previsiones y las informaciones que ya alertaban de una drástica reducción de cosecha, indicios que finalmente se han confirmado con una cosecha a la baja.

Jaén reduce la producción de aceite de oliva en más de medio millón de toneladas

Jaén, la capital mundial del aceite de oliva y principal centro productor a nivel internacional, reducirá en más de medio millón de toneladas la producción de aceite de oliva respecto a la pasada campaña oleícola, lo que supone un espectacular descenso del 75 por ciento. Esas son las estimaciones que avanza el aforo de la Consejería de Agricultura de la Junta de Andalucía. Si bien en la campaña 2011/2012 las cifras alcanzaron un récord de producción con más de 680.000 toneladas de aceite de oliva en la provincia jiennense, en ésta los malos presagios se han confirmado, pues Agricultura sólo prevé 170.000.

Con todo, Jaén sigue liderando la producción andaluza de aceituna de almazara y de aceite de oliva, con una estimación de algo más de 760.000 toneladas de aceituna y las mencionadas 170.000 de aceite de oliva. A Jaén le sigue muy de cerca la provincia de Córdoba, con 740.000 toneladas de aceituna y 148.000 de aceite, y a gran distancia de éstas se encuentran el resto de provincias andaluzas, si bien es digno de mención destacar que Almería es la única provincia que ha registrado un incremento del tres por ciento debido fundamentalmente al aumento que en el último año ha experimentado la superficie de olivar en producción.

La Consejería de Agricultura precisa que la superficie de olivar en Andalucía alcanza el millón y medio de hectáreas y que el denominado “Eje del olivar” está conformado por las provincias de Jaén. Córdoba, Granada, Málaga y Sevilla. Además, cuantifica en casi 170.000 las explotaciones de olivar en Andalucía, según el último Censo Agrario.

Agricultura recuerda, asimismo, que las producciones medias de olivar en Andalucía se sitúan en torno a los 5,2 millones de toneladas de aceituna, en casi 1.097.000 toneladas de aceite de oliva y en más de 424.000 toneladas de aceituna de mesa, sectores que generan un valor de producción de 2.215 millones de euros.

Por lo que respecta a la cosecha de aceituna de mesa prevista para esta campaña se estima una producción de 335.590 toneladas que representa una bajada media del 17 por ciento respecto a la anterior, según los datos hechos públicos por la Consejería de Agricultura de la Junta de Andalucía. De acuerdo con el avance de producción, Sevilla es la provincia líder, con 250.000 toneladas de aceituna; seguida de Málaga, con 44.577 toneladas; Córdoba, con 40.000; Huelva, con algo más de 2.100; Almería, con 1.400, y Granada, con sólo 34 toneladas.

Buen balance comercial

Durante la presentación del avance de los datos de la próxima campaña oleícola, el consejero de Agricultura de la Junta de Andalucía, Luis Planas, destacó el buen balance que se ha producido en los resultados comerciales de la pasada campaña, en la que según los datos del Instituto de Comercio Exterior (ICEX) entre octubre de 2011 y julio de 2012 se exportaron casi 506.000 toneladas de aceite de oliva andaluz, lo que representa un 9,4 por ciento más que en el mismo periodo de la anterior campaña y el 70 por ciento de las exportaciones españolas de aceite, un 5,6 más que en el mismo periodo de la anterior campaña.

Los principales destinos de las exportaciones andaluzas de aceite de oliva son países de la Unión Europa, que concentran el 71 por ciento, principalmente Italia, con el 41%, y en menor medida Portugal, con el 13; Estados Unidos, con el 11; Francia, con el 8,4; Reino Unido, con el 4,4; China, con el 3,4; y Japón, con el 2,7%.

 

 

Asensio López