El consejero de Agricultura, Pesca y Medio Ambiente, Luis Planas, ha reivindicado el peso que le corresponde a Andalucía, como primera Comunidad Autónoma española beneficiaria de la Política Agrícola Común (PAC), en el modelo de aplicación de esta reforma en España. Tal y como ha remarcado “Andalucía es una de las regiones que más recibe de la PAC, con unos 2.000 millones de euros de media cada año y más de 270.000 beneficiarios, y, por tanto, debe desempeñar un papel decisivo ya que somos los que más nos jugamos en esta reforma”.

 

El representante del Gobierno andaluz, que ha dado a conocer la posición y los objetivos de Andalucía para la futura PAC, durante su intervención en sendas jornadas celebradas hoy sobre la nueva reforma, ha puntualizado que la fase de negociación entre el Gobierno central y las comunidades, que se iniciará con la conferencia sectorial extraordinaria del 24 y 25 de julio, será decisiva para ver cómo queda finalmente la PAC en Andalucía y cómo afecta a cada sector y a cada agricultor. “Hasta que no esté definido el modelo de aplicación de esta reforma en España, no podremos hacer un valoración real de su impacto en nuestra comunidad autónoma”, ha asegurado.

 

Planas ha insistido en que aún queda mucho trabajo por hacer para garantizar un buen resultado para Andalucía en la reforma de la PAC. Según ha afirmado, “seguiremos trabajando en estrecha colaboración con las organizaciones agrarias y la Federación Andaluza de Empresas Cooperativas Agrarias (Faeca) en la defensa hasta el final de los intereses del campo andaluz y de una agricultura y ganadería activas, competitivas y sostenibles, fuente de riqueza y empleo en el medio rural”. Tal y como ha remarcado, “no podemos obviar que nuestra comunidad autónoma es la punta de lanza de la agricultura española y alberga casi todos los sistemas productivos. Por ello, una PAC buena para Andalucía será también buena para España”.

 

Luis Planas ha expresado su desacuerdo con la valoración triunfalista que ha hecho el Gobierno central de la negociación en Bruselas de la nueva PAC, “pese a haberse limitado algunos de los efectos negativos de la propuesta inicial planteada por la Comisión y que perjudicaba especialmente a Andalucía, sobre todo en cuanto al reparto de ayudas directas”. En ese sentido, ha recalcado que “aunque se trata de una reforma de gran profundidad y complejidad, no es la que queremos, porque no se ajusta a las características de nuestra estructura productiva agrícola y ganadera”. 

 

Entre las aportaciones que hacen que esta reforma sea menos dañina para Andalucía, el consejero se ha referido al hecho de que se haya limitado a un 60% la convergencia o equiparación entre ayudas, frente a la tasa plana total que proponía la Comisión (es decir, un mismo pago por hectárea). También ha valorado la cláusula por la cual ningún agricultor podrá perder más del 30% de las ayudas que cobra ahora. No obstante, ha indicado que lo deseable en ambos casos para la comunidad autónoma andaluza hubiera sido conseguir un porcentaje inferior.

 

Igualmente, ha considerado interesante la posibilidad de aplicar un régimen para los pequeños agricultores que, además de evitar la pérdida de ayudas por la convergencia, facilita y simplifica los trámites para más de 117.000 agricultores en Andalucía que reciben menos de 1.250 euros (el 43% del total de beneficiarios de ayudas de pago único). En cuanto al llamado “pago verde”, ha destacado el hecho de que los cultivos permanentes como los cítricos o el olivar se puedan acoger al mismo, con lo cual prácticamente el 91,6% de las explotaciones andaluzas podrían recibirlo sin tener que cumplir más exigencias.

 

Entre los aspectos de los que adolece la actual reforma, el consejero ha señalado que no se plantea una definición de agricultor activo que reconozca verdaderamente la actividad agraria. Asimismo, ha advertido que 58.000 agricultores más se verán afectados en Andalucía por la medida de no aplicar reducción financiera a los primeros 2.000 euros, frente a la propuesta inicial de la Comisión que ponía un límite más alto (5.000 euros) a la hora de ejecutar medidas de disciplina financiera.

 

Para Planas, “algo que sobre todo se echa en falta en esta reforma es más ambición en los mecanismos de gestión de mercados, puesto que no se han incluido las principales propuestas del Parlamento, como el sistema privado de coordinación de la oferta, la subida de precios de activación en el aceite de oliva o la inclusión de la aceituna de mesa en el almacenamiento privado”.

 

Entre los aspectos claves a definir en las próximas negociaciones, el consejero ha resaltado la importancia de consensuar un modelo de región mixto, es decir que combine criterios agronómicos y de intensidad de ayudas con criterios administrativos, de manera que se minimice la transferencia de ayudas entre territorios y sectores, manteniendo, en la medida de lo posible, el reparto sectorial y territorial de dichas ayudas. Tal y como ha recalcado, “nuestra principal prioridad en ese sentido es mantener el nivel de de ayudas con el que cuenta Andalucía, una red de seguridad de la que no pueden prescindir nuestra agricultura y ganadería y que resulta fundamental para mantener la viabilidad de ambos sectores, caracterizados por su diversidad, y gran importancia social, económica y ambiental”.

 

Otra de las apuestas de Andalucía es contar con un Plan de Desarrollo Rural (PDR) regional ambicioso, contemplando la posibilidad de un PDR nacional sólo en para aquellas cuestiones que se puedan abordar mejor desde ese ámbito, como por ejemplo la integración cooperativa.

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