El ministro de Agricultura, Pesca y Alimentación, Luis Planas, ha señalado que España defiende una transición justa, que en el ámbito agroalimentario significa la necesidad de una sostenibilidad medioambiental, pero también social y económica, así como de una dotación financiera suficiente para afrontar nuevos retos. “Para objetivos más ambiciosos hacen falta medios más ambiciosos”, ha apuntado.
La Comisión Europea ha adoptado hoy las estrategias “De la granja a la mesa” en pro de un sistema alimentario equitativo, sano y respetuoso con el medio ambiente y “Biodiversidad 2030”. Ambos documentos están vinculados al sector agroalimentario y se enmarcan en el denominado “Pacto Verde”.
Entre otras medidas se proponen reducir para el año 2030 un 50 % el uso de fitosanitarios, rebajar como mínimo un 20 % el uso de fertilizantes, disminuir un 50 % las ventas de los antimicrobianos utilizados en la ganadería y la acuicultura, y alcanzar un 25 % de tierras agrícolas dedicadas a la agricultura ecológica.
El ministro ha asegurado que apoya esta orientación hacia una mayor sostenibilidad ambiental del “Pacto Verde”, pero advierte que no se pueden hacer cambios vertiginosos, que los Estados miembros deben contar con tiempo suficiente para alcanzar esos objetivos y de suficientes recursos presupuestarios para alcanzarlos.
“De cuánto dinero se dispone para llevar a cabo esa tarea es uno de los principales elementos de preocupación del Gobierno y de todo el sector”, ha asegurado el ministro.
La consecución de estos objetivos “no deben ser una carga suplementaria que el sector y que agricultores, ganaderos y pescadores no puedan soportar”.
En este sentido, ha señalado que las estrategias tendrían que haberse adoptado en el mismo momento en que se hicieran públicas, la próxima semana, las nuevas perspectivas financieras 2021-2027 revisadas y el Fondo de Recuperación.
Ha recordado que gran parte de las medidas de futuro de la Política Agraria Común (PAC) van a estar estrictamente vinculadas a la capacidad de financiación para afrontar los nuevos retos.
Así, un 40 % del presupuesto de la futura PAC va encaminado hacia medidas de lucha contra el cambio climático y de preservación del entorno.
El ministro ha hecho hincapié en el papel que ha jugado el sector agroalimentario en la crisis, que ha salido reforzado y que ha abastecido a la población de alimentos en cantidad y calidad.
“Si el sector ha funcionado bien, si la PAC se ha reivindicado en esta crisis, estos dos documentos de la CE deben propiciar un debate en las instituciones comunitarias y entre los Estados miembros “para mejorar, para tener objetivos de mayor sostenibilidad ambiental” y también económica y social.
Económica, para que las explotaciones agrícolas, ganaderas y pesqueras sean rentables y social para lograr que esa España menos poblada, vacía, tenga futuro a través de la actividad del sector agroalimentario, según el ministro.
Son unas propuestas de carácter estratégico que deben ser objeto de discusión para ponernos de acuerdo y “esperamos que de este debate surjan conclusiones positivas para un sector agroalimentario más resistente, más moderno, más competitivo”.