España contará con una disponibilidad de aceite de oliva superior a los 2,1 millones de toneladas en esta campaña oleícola 2020/2021 si se cumplen los vaticinios de la estimación de cosecha de la Consejería de Agricultura de la Junta de Andalucía.

A las 1.680.000 toneladas que pronostica el aforo de cosecha de aceite de oliva por traslación a todo el territorio nacional de las cifras de Andalucía (1.348.000) y de Jaén (670.000) hay que sumarle el casi medio millón de toneladas del enlace resultante de la pasada campaña 2019/2020, con lo que habrá una notable cantidad de aceite de oliva para hacer frente a las demandas y necesidades del mercado a lo largo de estos doce meses.

A la vista de todo ello conviene saber a ciencia cierta cómo será la producción en el resto de países productores y tener en cuenta que la campaña dura doce meses y que tiene carácter mundial, por lo que es necesario tener en cuenta este extremo para comercializar bien y no a golpe de impulsos y sin que cunda el nerviosismo.

Vender el producto a bajos precios tiene poco mérito. Venderlo a precios dignos y rentables, sobre todo donde más cuesta producir los aceites de oliva, ya es otra cuestión, y ese poder debe de estar en manos de los productores si se hace con una estratregia bien definida, con unión y con cabeza para no reventar el mercado con cotizaciones muy a la baja, aunque está claro que el fin primero y último es vender el aceite, pero sin banalizar nunca su precio como si se tratara de una commodity porque no es un producto genérico.

Y claro, la mejor arma y el mejor aliado para comercializar esa gran cantidad de aceite de oliva son aumentar el consumo con la conquista de nuevos consumidores, tanto del mercado interior como del inmenso mercado exterior que existe en el mundo. Y para eso hace falta promoción y más promoción, campañas que inciten e incentiven el consumo de este gran producto, dirigidas y enfocadas a un publico diana susceptible de enamorarse y de fidelizarse con los aceites de oliva. Y eso sí, deben ser duraderas y sostenidas en el tiempo. Si no, es como si matamos moscas a cañonazos y como siempre digo: para hacer una tortilla hay que romper huevos. O sea, no hay más remedio que invertir.

Asensio López, director de Oleum Xauen

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