
La campaña oleícola 2021-2022 ha finalizado con mejores indicadores y resultados que la 2020-2021, salvo una ligera caída en las exportaciones, y a gran distancia de las cifras que el Ministerio de Agricultura estima para la 2022-2023, que será bastante menor en todos sus recursos y capítulos, salvo previsiblemente en los precios, que ahora están en máximos históricos y con incrementos de los costes de producción.
Los datos definitivos de la campaña 2020-2021 aportados por el Ministerio de Agricultura y consultados por Oleum Xauen constata una producción de 1.390.000 toneladas de aceites de oliva frente a las poco más de 1.491.500 de la 2021-20022, cuyo balance es aún provisional. A 183.000 toneladas se elevaron las importaciones en la campaña 2020-2021 en comparación con las poco más de 210.000 de la 2021-2022, mientras que las existencias en la 2020-2021 ascendieron a 423.000 frente a las 453.000 con la que acabó a 30 de septiembre la 2021-2022.
Significativo ha sido la cifra conseguida en el consumo interior, que totaliza en la pasada campaña 592.000 toneladas de aceites de oliva respecto a las casi 543.000 de la 2020-2021. Mientras, las exportaciones han sido de 1.080.000 hasta finales de septiembre, con datos aún provisionales, en comparación con las casi 1.098.000 registradas en la campaña 2020-2021. Con todo, en la recién finalizada campaña se ha pulverizado el récord de comercialización de aceites de oliva por cuanto se han vendido algo más de 1.672.000 toneladas frente a las 1.642.470 de la 2020-2021.
Y estos datos contrastan con la estimación que hace el Ministerio para la actual campaña 2022-2023, en la que prevé unas 780.000 toneladas de producción, con unas importaciones de 225.000, un consumo interior de 425.000 y exportaciones de 800.000 toneladas, lo que hace un total comercializador de 1.225.000 y unas existencias finales de 223.000, todo ello dependiendo de la evolución de la meteorología y de otros factores que puedan incidir en la campaña oleícola.