El balance de la Agencia de Información y Control Alimentario (AICA) en los siete primeros meses de esta campaña oleícola 2022-2023 (de 1 de octubre a 30 de abril) constata una bajada de todos los indicadores en los primeros siete meses de la campaña, con una media mensual de comercialización de casi 91.000 toneladas (90.900). Una cifra que hace un total en este periodo de siete meses de 636.400 toneladas comercializadas, prácticamente casi la misma cantidad de la producción en esta cosecha (661.600).

Según los datos consultados por Oleum Xauen, salvo en el apartado de los precios de los aceites de oliva en el mercado de origen,  que se mantienen en altos niveles de las cotizaciones para todas las categorías, el resto de indicadores se sitúa en términos negativos respecto a la campaña anterior y a la media de las cuatro últimas. Y todo ello como consecuencia de la baja y corta producción de aceites de oliva, la segunda peor del siglo XXI, lo que supone un 56 menos respecto a la anterior y un -54 en comparación con las cuatro últimas.  

Las existencias totales (609.000 toneladas) se encuentran en un 44% por debajo de la campaña anterior y en un -46% sobre la media de las cuatro campañas anteriores. Las existencias en almazaras se reducen en más de la mitad de los niveles en campañas anteriores, siendo menor el descenso en envasadoras y mayor el volumen en su poder.

Las importaciones, entre tanto, son superiores a las registradas en las cuatro campañas anteriores (12%), con altos niveles durante el mes de diciembre, y un 2% menos respecto a la campaña anterior. También se ha reducido el mercado interior (239.400 toneladas de aceites de oliva) respecto de las campañas anteriores (-30%) y un -34 en comparación con la anterior. Menores exportaciones (397.000 toneladas) a la campaña pasada (-33%) y la media de las cuatro últimas (-35%), salvo en el primer mes de campaña.

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