La organización agraria UPA ha elaborado un informe del sector olivarero en los últimos diez años con el que constata que el consumidor, a pesar del desconocimiento en muchos lugares del mundo, demuestra su apoyo al aceite de oliva, una fidelización reforzada en las últimas campañas en las que se ha vendido todo el producto disponible, además de demostrar que España marca las condiciones del mercado en el mundo y que si el precio en origen baja sólo es debido a las operaciones nacionales y al aprovechamiento de los especuladores.
UPA ha elaborado un informe sobre las diez últimas campañas de aceite de oliva con el que constata dos aspectos fundamentales a tener muy en cuenta. Por un lado, que la comercialización de aceite de oliva va al alza. Por el otro, que la producción se ve afectada, cada vez más, por una inestabilidad muy acusada. Los datos oficiales de la AICA en estas diez campañas, desde la 2014/2015 a la 2024/2025, corroboran tendencias, tanto entre los consumidores como entre los productores. En base a esto, UPA concluye que el consumidor, a pesar del desconocimiento en muchos lugares del mundo, se mantiene fiel a la grasa vegetal más sana y saludable que existe, el aceite de oliva, y que España marca las condiciones del mercado, por lo que si los precios en origen bajan “se debe única y exclusivamente a las operaciones que se hacen en nuestro país y al aprovechamiento de los especuladores”.
El responsable de la sectorial de Olivar y Aceite de Oliva de la UPA y secretario general de la UPA en Andalucía, Cristóbal Cano, hace hincapié en las tendencias. “La producción media en estas diez últimas campañas ha sido de 1.212.070 toneladas, con grandes variaciones entre unas y otras, mientras que la media de comercialización, en este mismo periodo, ha ascendido a 1.420.330 toneladas, con una línea muy clara al alza, aunque evidentemente muy dependiente de las disponibilidades. Pero una cosa está clara, y es que el consumidor, tanto español, como de otros países, está demostrando su apoyo por el producto, algo que se ha visto reforzado en las últimas campañas, donde el aumento de precio no ha llevado a un aumento de los stocks finales, sino que se ha vendido todo el aceite de oliva que estaba disponible”, afirma.
Otra de las conclusiones finales que destaca Cristóbal Cano es que España marca las condiciones del mercado. “Si los precios bajan se debe única y exclusivamente a las operaciones que se hacen aquí. El volumen de producción de otros países no es suficiente para modificar este efecto español. En la actual campaña, España va a producir el 40% de la producción mundial. El siguiente país en importancia estará en torno al 7%. Incluso, toda la Unión Europea producirá menos de la mitad que España. Por lo tanto, las condiciones actuales del mercado, en las que los precios del aceite de oliva en origen tienen una injustificada tendencia a la baja, no se pueden explicar por el nivel de comercialización y precios de dos o tres países, que producen menos del 50% de la producción de España, sino por lo que hace nuestro sector. Por todo lo expuesto, las condiciones del mercado mundial las marca España y no resulta comprensible que incluso algunos actores del sector productor contribuyan activamente en esta espiral bajista. De ahí que hago un llamamiento a las cooperativas para que tengan calma a la hora de vender y defiendan un precio razonable por encima de los costes de producción en el olivar tradicional, que el último informe elaborado por AEMO y presentado en la primera reunión del nuevo Observatorio de Mercado del Aceite de Oliva y Aceituna de Mesa de la Comisión Europea en Bruselas, los cifra en más de 4,70 euros para elaborar un kilo de aceite en el olivar tradicional con mayores dificultades”, asegura el secretario general de UPA Andalucía.
“Aunque las disponibilidades hacen que el dato por campaña sea diferente, de media cada año se han comercializado 208.260 toneladas más que el aceite producido en España. Sólo en dos campañas el nivel de comercialización no ha sido capaz de compensar el nivel de producción, en las ocho campañas restantes, la situación ha sido al revés. Una situación compensada por el aumento de las importaciones. En los primeros cinco años del periodo analizado, las importaciones medias fueron de 135.420 toneladas, mientras que en el segundo quinquenio, de media, ascendieron a 218.180 toneladas. Por otro lado, se ha ido provocando un descenso paulatino de los stocks iniciales de campaña”, explica Cristóbal Cano.
Con este informe, las conclusiones a las que llega UPA son contundentes: “Hay que prestar especial atención al potencial productivo de España a la vista de la evolución de estos diez años. Los efectos del cambio climático, la baja rentabilidad del cultivo y la elevada edad de los titulares de las explotaciones agrarias son un escollo importante para mejorar nuestras disponibilidades. Además, hay que tener en cuenta que la mayor parte del olivar en España se engloba en la categoría de olivar tradicional, con pendiente elevada de las parcelas, muy difícil mecanización, y elevados costes de producción, que impiden realizar inversiones adecuadas y limitan los rendimientos. Por último, la disponibilidad de agua, tanto de lluvia como de riego, ya es una realidad, no hay que esperar al futuro. Este es otro limitante importante para la producción, tanto en olivar tradicional como en sistemas más intensivos”, concluye el responsable de la sectorial de Olivar y Aceite de Oliva de UPA.