La finalización del mes de marzo nos ha traído alivio respecto a parte de la incertidumbre de febrero, ya que las lluvias en la comarca de la Sierra de Cazorla han sido considerables y ha habido una media de precipitaciones de 130 litros por metro cuadrado, con lo cual el déficit hídrico se ha acortado en cierta medida. Asó lo explican desde la DOP Sierra de Cazorla, que añaden, sin embargo, que la comarca aún continúa con un déficit hídrico por encima de los 200 litros por metro cuadrado, que debería corregirse en las próximas semanas (hasta que llegue el verano) para lograr un año de pluviometría “normal”.

Respecto a la fenología del olivar, con respecto al año pasado los olivares de la comarca de la Sierra de Cazorla han acumulado aproximadamente un retraso de dos semanas ya que, afortunadamente, marzo ha tenido pocas horas de sol y eso ha provocado que la planta tenga un “despertar” más lento a la primavera. No obstante, a finales de marzo prácticamente el 100% de las plantas de la comarca tenían la savia activada y están recomponiendo su maquinaria fisiológica para prepararse para un nuevo ciclo de producción de cosecha.

La incertidumbre acerca de la evolución de las yemas de la planta aún sigue ahí, ya que estas pueden evolucionar hacia la producción o hacia la recuperación de la masa foliar de la planta. A día de hoy se puede afirmar que el retraso fenológico en el desarrollo de las yemas indica que aún hay incertidumbre a la hora de definir la producción del año que viene.

Sí se puede constatar la evolución de muchas yemas hacia la recuperación de hoja en las zonas más adelantadas de la comarca; este dato indica que la planta está intentando recuperar esa hoja, que sufría agotamiento por la pasada cosecha y que en muchos casos se perdió.

 La plaga del prays

Respecto a las plagas que puedan atacar al olivar, nos encontramos en el momento de valorar la incidencia del prays, que está gestando la primera de sus tres generaciones primaverales. En este sentido la información a los agricultores de la Denominación de Origen Sierra de Cazorla es fundamental para que tengan todas las herramientas y el conocimiento adecuados a la hora de hacer frente a esta plaga.

La primera generación de la plaga del prays no es excesivamente dañina, ya que la larva de esta micropolilla se alimenta en cada generación del órgano de la planta que esté desarrollándose en ese momento, por eso en esta primera generación ataca a la hoja de la planta y a las primeras yemas en menor medida; en la segunda generación, cuando se produce la floración del olivar, ataca a la flor y esto sucede a finales de abril y principios de mayo; y en la tercera generación, a finales de mayo y principios de junio, ataca al fruto recién cuajado.

En las zonas más adelantadas de la comarca esta plaga está siendo bastante “suave” y sí se comienza a notar que en las zonas más tardías este ataque viene algo más fuerte. Por ello es importante alertar al agricultor para que conozca las zonas donde potencialmente habrá más incidencia.

La misión del Consejo Regulador no es solo la de certificar un buen producto, sino también la de ofrecer en cada momento las herramientas adecuadas para conseguirlo, y para ello es fundamental que el agricultor, que conforma el primer eslabón de la cadena de producción, pueda desarrollar sus cuidados del olivar de la mejor manera posible. Una de las herramientas más importantes para poder producir calidad es la información, ya que el Consejo Regulador no solo persigue que el primer eslabón de la cadena (el agricultor y su explotación) y el último (las actividades de promoción nacional e internacional del producto terminado y envasado con el sello D.O.P. Sierra de Cazorla) estén conectados, sino que haya un vínculo entre todos los eslabones de esta cadena, porque un buen producto final, caracterizado por la calidad y la singularidad que lleva el sello de la D.O.P. Aceite Sierra de Cazorla, no puede permitirse ni un atisbo de debilidad o desinformación en cualquiera de los procesos de producción de la cadena, que pueda comprometer la producción y la calidad de sus AOVES, concluyen desde la DOP Sierra de Cazorla.

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