Celebrada ya la jornada electoral del 9-J para elegir a los eurodiputados que nos representarán los próximos cinco años y terminada la campaña, queda el camino allanado para saber quién será el nuevo consejero/a de Agricultura de la Junta de Andalucía.

Una campaña en la que por cierto, salvo honrosas y llamativas excepciones, he visto y oído demasiados mantras, poco profundización en las propuestas, a veces muy superficiales; liderazgos sin carisma y mucho asunto nacional como arma arrojadiza para un combate electoral en el que ha votado uno de cada dos electores.

El ciclo electoral ha terminado por ahora. Mucha España y poca Europa. Poca ilusión, escasa movilización y con sus dosis de crispación: En teoría quedan dos años para abrir de nuevo el melón electoral (en junio de 2026 tocan las andaluzas, salvo adelanto). Todo un mundo en el que puede pasar de todo. Toca centrarse a partir de ahora en la gestión, en dar respuesta y soluciones a los problemas y a las inquietudes de los ciudadanos: el agua, la sostenibilidad, el cambio climático, la rentabilidad, la simplificación administrativa, la calidad…

Ahora toca digerir cuanto antes los resultados electorales para que no se les hagan bola a nadie. Hay que saber ganar y también perder, administrando con humildad y responsabilidad el respaldo obtenido, haciendo autocrítica de los errores, enmendando la estrategia y olfateando el futuro.

Pasados estos comicios, toca cerrar la situación de cierta provisionalidad que existe en el seno de la Consejería de Agricultura, Pesca, Agua y Desarrollo Rural desde que su anterior titular, Carmen Crespo, dejará esta responsabilidad a primeros de mayo para formar parte de la candidatura del PP a las elecciones europeas y no se haya procedido aún a hacer efectivo su relevo de forma definitiva.

Bien es verdad que las competencias las asumió el portavoz del Gobierno andaluz y consejero de Medio Ambiente, Ramón Fernández Pacheco. Han pasado los días, las semanas y nada se sabe aún sobre quién ocupará este cargo, un amplio departamento que cuenta con materias tan esenciales y tan de suma importancia para Andalucía y para los que viven del campo, del mar, del agua y del desarrollo rural, que no son pocos.

Tiempo ha tenido estos días el presidente Moreno Bonilla de madurar si hace una remodelación de su Gobierno amplia o de si la recomposición del ejecutivo será puntual. A ver si esta semana se decide, despejado el panorama político y acabado el ciclo electoral, a hacer una crisis de gobierno más profunda, de más calado; o, por otra parte, decreta cambiar un peón por otro. Veremos.

*Asensio López, director de Oleum Xauen

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