Agricultores y ganaderos afrontan por segundo año consecutivo una campaña de recogida de aceite de oliva que se prevé baja en producción, al tiempo que la subida de los costes salariales, el encarecimiento de fertilizantes, fitosanitarios, semillas, plásticos, gasoil y electricidad, entre otros insumos, ha supuesto un aumento de los costes de producción superior al 35% en 2022. “Un incremento que para nada se compensa con el precio que en los últimos meses ha alcanzado el aceite de oliva. Por si no fuera suficiente, las compensaciones de la PAC se han reducido para el campo jiennense, al que el ministro Planas ha penalizado con su Plan Estratégico, que provoca el trasvase de 500 millones de euros de las ayudas europeas de los agricultores y ganaderos andaluces hacia los de otras regiones”, resume Asaja-Jaén en su balance del año agrogandero.

Mercado de aceite de oliva

La campaña 2022-2023 de aceite de oliva se cerró con una producción total de 665.843 toneladas, mientras que respecto a la comercialización, durante los doce meses se comercializaron 1.085.954 toneladas, lo que supone una media mensual de 90.000 toneladas, además de un enlace para la siguiente campaña, que ha comenzado el 1 de octubre, de 247.284 toneladas. Con respecto a los precios, el medio durante la campaña ha sido de 5,90 en el caso del virgen extra; 5,72 del virgen y 5,45 del lampante, según los datos consultados en Poolred.

Para la campaña 2023-2024, el Ministerio de Agricultura prevé una producción de 765.300 toneladas, lo que supone un 15% por encima de la baja cosecha de la temporada anterior, y un 34% por debajo de la media de las últimas cuatro. De ellas, 550.600 toneladas se recogerán en Andalucía, según el aforo de la Junta, lo que supone un 7,4% más que lo previsto la campaña anterior. En el caso de la provincia, se prevé recoger 1.012.000 toneladas de aceituna para almazara que darán 215.000 de aceite de oliva, lo que supone un 19,5% más que la producción final de la pasada campaña, pero un 52,8% menos que la media de las últimas cinco campañas.

Ante esta situación, “desde ASAJA-Jaén hemos demandado medidas excepcionales, sobre todo de índole fiscal, para salvar la situación del sector”.

Según los datos de la AICA, el acumulado de la producción hasta noviembre ha sido de 258.888 toneladas. En el caso de Andalucía se cifra en 165.331 toneladas hasta noviembre, y de esta cantidad Jaén ha producido 35.098.

PAC

La campaña 2023 ha sido la primera de aplicación de la nueva PAC correspondiente al período 2023-2029. “Quizás haya sido el año más complicado de tramitación de cuantos llevamos hasta ahora, incluso más que los años 2006 y 2015, que fueron los de aplicación de las reformas de Pago Único y de Pago Básico, respectivamente. Entre otras cuestiones, esta PAC ha supuesto la desaparición de los derechos de Pago Básico y del Pago Verde, que se transforman en unos nuevos derechos llamados de Ayuda Básica a la Renta y de Pago redistributivo. Eso supone que, de un plumazo, quitan prácticamente un tercio de la subvención con respecto a la campaña 2022, debido a la desaparición del Pago Verde y de la aplicación de una convergencia por regiones, que en el caso de nuestra provincia, en los cultivos herbáceos y sobre todo en el olivar, ha supuesto una merma considerable en la subvención de nuestros socios con respecto a lo que venían cobrando en campañas anteriores”, señala.

De hecho, tras el pago anticipado del 70% de las ayudas de la PAC, y solamente quedando pendiente el pago de los ecoesquemas –”donde en los cultivos leñosos en Andalucía casi un 20% no han sido solicitadas por nuestros agricultores por lo farragoso y complejo de esta medida- y de las ayudas asociadas, los agricultores pueden constatar a través de sus cuentas corrientes que las pérdidas en algunas comarcas oscilan entre un 40 y un 50% de lo que venían cobrando”.

Movilizaciones

Más de 6.000 agricultores, ganaderos y cooperativistas llegados de toda España, más de 2.000 jiennenses, se sumaron el pasado 5 de septiembre al acto de protesta convocado por ASAJA junto con el resto de organizaciones agrarias y cooperativas en la Puerta del Puente Romano de Córdoba. Allí llevaron el malestar de todo el campo español, aprovechando la celebración de la reunión de ministros de Agricultura europeos. Bajo el lema “Los agricultores y ganaderos, hartos de los ataques al sector”, el campo dejó claro su rechazo al menosprecio que se viene haciendo desde Bruselas y a la desidia y entrega a ciertos lobbies que actúan contra el mundo rural.

Sequía y demanda de más infraestructuras hidráulicas

La sequía es uno de los fenómenos naturales más temidos y devastadores, de ahí la seria preocupación para el sector agropecuario por la situación con la que comenzamos el año, y las graves consecuencias que está teniendo esta sequía en los cultivos en España. En mayo tuvimos un respiro, con precipitaciones en los embalses que fueron de 71 l/m2, un 73% superior a la media histórica del mismo mes (41 l/m2) en los últimos 25 años, según el informe pluviométrico que elabora mensualmente la CHG. Aun así, estas lluvias no se dejaron sentir en la reserva hídrica, que a finales de junio se situaba, en el caso de la cuenca del Guadalquivir, en un 23,9%, con un volumen almacenado de 1.920 hm3, lo que supone 607 menos que hace un año. Con respecto al presente año hidrológico -1 de octubre- hasta el 30 de noviembre, se han recogido 121 l/m² de media en los embalses de la cuenca, mientras que la media correspondiente a igual período de los últimos 25 años se sitúa en 142 l/m². A fecha de 14 de diciembre, la cuenca Hidrográfica del Guadalquivir estaba a un 19,3% de su capacidad.

Es por ello que desde Asaja se solicitó al Ministerio articular un plan de choque urgente a nivel estatal, con la participación de las Comunidades Autónomas y el sector productor, que contemple las medidas necesarias para hacer frente a la catastrófica situación por la que está pasando el campo español.

Entre ellas, la puesta en marcha de infraestructuras como la Presa de Siles, “un proyecto dormido desde hace años”, para la que desde ASAJA-Jaén y la Asociación de Regantes Comunidad de Regantes de la Presa de Siles se presentó un anteproyecto con el menor coste energético y totalmente novedoso que vendría a cubrir las 3.500 hectáreas contempladas en el Plan Hidrológico del Guadalquivir. También hemos presentado alegaciones al nuevo Plan Hidrológico del Guadalquivir, puesto que en el anterior estaban contemplados 70 millones para las conducciones de la presa de Siles y la construcción de la Cerrada de la Puerta que en este han desaparecido de un plumazo.

Costes de producción

Este año ha estado marcado por un aumento considerable de los costes de producción. Para dar explicación a esta situación hay que tener en cuenta que veníamos de la recuperación del Covid en la que ya se venía dando un claro aumento de los precios, si nos fijamos en el aumento de costes hasta marzo de 2022 ya vemos como los fertilizantes y los fitosanitarios suben debido al inicio de escalada de los precios del gas y de la energía que dificultaban su fabricación, el gasoil agrícola se ponía en 1,3 €/L, precio que era muy complicado de imaginar antes de la pandemia. Además se daba el caso de que los precios de los cereales comenzaban a subir después de mucho tiempo a precios muy bajos, la cebada y el trigo nacional podían llegar a superar los 200 €/tonelada, precio que para los agricultores cerealistas estaba muy bien pero que para la fabricación de piensos y el sector ganadero era claramente un problema ya que aumentaba en gran medida el coste de la ración de los animales, teniendo en cuenta que el coste de la ración de los animales supone de media en todas  las especies ganaderas un 40% de los costes finales de producción, las cuentas no salían.

Si ya el panorama era complicado, llegó el conflicto bélico entre Ucrania y Rusia. Ambos países tienen mucha influencia en nuestra economía agrícola; son importantes productores de cereal y si tenemos en cuenta que la elaboración de nuestra energía y la obtención del gas europeo dependían mucho de estos países, los costes de producción se disparan. Las primeras consecuencias de la guerra llegan muy pronto a nuestra agricultura: los fertilizantes siguen subiendo, poniéndose los nitrogenados en precios de 1.000 €/tonelada por lo que agricultores con producciones medias-bajas (por desgracia muchos en nuestro país) hicieron balance de cuentas y vieron que no era rentable fertilizar a esos precios con un claro detrimento de la producción.

El gasoil agrícola llego a ponerse a 1.6 €/L, precio que es similar al gasoil de los coches y que aumentaba mucho el escandallo de los agricultores. El sector de la ganadería no se quedaba atrás puesto que los precios de los piensos prácticamente se doblaron respecto al año anterior, circunstancia que hizo que los ganaderos optaran por el sacrificio prematuro de los animales y por la no reposición de las instalaciones, circunstancia que hizo que la oferta nacional de carne, leche o huevos bajase y se  amentasen mucho los precios finales de los productos ganaderos.

En conclusión ha sido un año donde se ha dado la tormenta perfecta para que los productores se hayan visto ahogados por los costes de producción y donde además se han dado las circunstancias para que con sus producciones no hayan podido contrarrestar esta subida a consecuencia de la falta de agua.

Seguros

“Desgraciadamente seguimos inmersos en una sequía extrema que en cierta manera está alentando al sector olivarero a interesarse por la contratación de pólizas del “seguro creciente de olivar”, que entre otros riesgos cubre, sequías, temperaturas extremas en floración, y demás riesgos que afectan a la producción de aceituna, prácticamente un “todo riesgo con franquicia”.

La contratación viene experimentando un aumento con respecto a los últimos años; sin embargo, seguimos pensando que es escasa para lo que debiera ser, ya que se trata de la única herramienta a nuestra disposición,  para proteger nuestra actividad en años de climatologías adversas,  como los que estamos pasando últimamente y que además cuenta con un importante apoyo (vía subvenciones),  por parte de la administración Nacional y Autonómica

En este sentido, hemos conseguido que el nivel de subvenciones para nuestra línea de olivar sea el mayor posible, de tal forma que en la mayoría de los casos el agricultor solo paga el 35% del coste total de la póliza, situación que a nuestro entender no debemos desaprovechar.

Consideramos de vital importancia que todos los olivareros puedan contar con un seguro adecuado, que en años “catastróficos”, les pueda compensar las pérdidas, y poder mantenerse al frente de sus explotaciones,  para ello deben solicitar y/o adecuar el rendimiento (kg/árbol) que les ofrece el seguro, a la realidad productiva de la explotación.

Grupos operativos

ASAJA-Jaén participó a principios de año en la presentación de resultados del G. O. Subalma. Un Grupo Operativo Supraautonómico que trabaja para la mejora de la productividad y sostenibilidad de sistemas de riego por goteo subterráneo que aprovechan el residuo de almazaras como fertilizante mediante el uso de nanoburbujas.

Junto a la organización agraria, en este grupo operativo participa Evergrant, AZUD, el CEBAS-CSIC, la SCA San Isidro Labrador y la Diputación Provincial de Jaén.

Por otra parte, también forma parte del Grupo Operativo Hidrolivar, que pretende enfocar sus acciones en trabajar con agricultores en dos cuencas piloto seleccionadas en Córdoba y Jaén, que quieran aplicar medidas innovadoras e integradas que contribuyan a una reducción de los niveles de erosión y sedimentación, una mayor sostenibilidad y rendimiento de las cosechas y sus productos. Otro de los objetivos consiste en reducir la incidencia sobre el medio y el conjunto de la cuenca, con la conservación del suelo y la protección de los ecosistemas fluviales como principales beneficiarios de las acciones ambientales eficientes del grupo operativo.

Entre los miembros de este grupo se encuentran Ambienta Ingeniería y Servicios Agrarios y Forestales S.L.U.; la Universidad de Córdoba; Realima S.L.; Asaja-Córdoba; Asaja-Jaén; Asaja-Andalucía; la Cooperativa del Campo San Antonio Abad, la Cooperativa Agrosegura del Campo; y la Confederación Hidrográfica del Guadalquivir.

Además, ASAJA-Jaén participa en el proyecto Life Oliver, que entre otras cuestiones pretende definir un protocolo para el sector agrícola (en particular, el cultivo del olivo) para la validación que permita a las explotaciones acceder al mercado voluntario de créditos de carbono, y la aplicación de prácticas agronómicas sostenibles definidas en el protocolo del olivar para generar créditos de carbono. En este sentido, también estamos a la espera de aprobación de dos grupos operativos que trabajarán en una línea similar, lideradas por ASAJA-Jaén.

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