La Asociación España de la Industria y Comercio Exportador de Aceites de Oliva y de Aceites de Orujo (Asoliva) y la Asociación Nacional de Industriales Envasadores y Refinadores de Aceites Comestibles (Anierac) trasladan un mensaje de tranquilidad a los consumidores ante la alarma generada por la espiral de subidas del aceite de oliva y las previsiones de que el producto siga al alza en los próximos meses.

“En nuestra opinión, no parece lógico que vengan más subidas de coste del aceite en origen, ya que la oferta y la demanda están equilibradas”, asegura Rafael Pico, director general de Asoliva. Por otra parte, resaltan que las empresas de Asoliva y Anierac cumplen estrictamente con la Ley de la Cadena respetando que nuestros precios de venta nunca sean inferiores a los precios reales de adquisición a los olivareros. Las industrias asociadas a Anierac envasan el 80% del mercado y Asoliva exporta el 90% del aceite de oliva envasado, 55% a granel; esto es el 66% del mercado exportador total.   

Primitivo Fernández, director general de Anierac, explica también que no debería producirse desabastecimiento de este producto en el mercado, dado que el sobrante de aceite es suficiente y se cuenta con una “cantidad de aceite de oliva disponible entre una campaña y la otra de entre 235.000 y 250.000 toneladas que equivale al 35% del aceite producido, equivalente a tres meses de consumo, que garantiza el suministro hasta la nueva cosecha de octubre”.

El precio de los aceites de oliva ha crecido un 40% en el último año. La industria ha mostrado reiteradamente su preocupación por la percepción que hay en la sociedad sobre la situación actual, así como los mensajes que apuntan a los márgenes comerciales como responsables de esta escalada. Explican desde estas organizaciones que quien conozca el mercado sabe que el sector envasador ha reducido sus márgenes significativamente durante este periodo.

Envasadores y exportadores recuerdan que los agricultores han visto subir el coste de la mano de obra, los seguros, los fertilizantes y abonos, la maquinaria y el carburante, entre otros, así como que la producción vio disminuida como consecuencias de la falta de precipitaciones “. “La sequía ha provocado una merma de la cosecha de la temporada pasada a unas 660.000 toneladas, menos de la mitad que la anterior campaña y se espera que este año las cifras de producción mejoren, aunque no alcanzarán las cifras medias de producción”, precisan.

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