La UPA considera en un comunicado que La Ley de la Cadena Alimentaria es un instrumento útil que debe beneficiar a los olivareros. Pero, para ello, el Ministerio de Agricultura debe adoptar medidas urgentes, como un plan de control de las mayores envasadoras y la inmediata elaboración de una norma de comercialización para la próxima campaña. Así lo han reclamado los representantes de la organización agraria al ministro de Agricultura, Luis Planas.
En una reunión celebrada ayer de forma telemática, el secretario general de UPA, Lorenzo Ramos, y el responsable de la Sectorial de Aceite a nivel nacional y secretario general de la UPA en Jaén, Cristóbal Cano, han manifestado estar “plenamente convencidos” de que la salida de la crisis del olivar tradicional debe pivotar sobre la modificación de la Ley de la cadena alimentaria. UPA ha pedido al Ministerio que la AICA despliegue “una potente inspección de oficio en las grandes envasadoras de aceite de oliva de España”.
La Ley de la cadena se está incumpliendo en España, afirman. Algunos imponen una “ley del silencio” por el miedo a denunciar, “por lo que el Ministerio debe actuar de oficio para evitar posibles represalias a los denunciantes”, han señalado desde UPA. Una posibilidad sobre la que el Ministerio ha dejado la puerta abierta.
UPA ha exigido, asimismo, que se activen cuanto antes medidas de autorregulación, que pueden articularse por la vía del artículo 167 de la OCM. Pero también existe la posibilidad de que el sector cooperativo solicite la activación de un mecanismo voluntario de regulación por la vía del artículo 209. “Ambas son compatibles”, afirma UPA.
UPA ha denunciado las “malas artes de algunos envasadores que están inundando el mercado español de aceite extranjero”. Y aportan datos: en siete meses se han importado más de 147.000 toneladas de aceite de oliva, un aumento del 56%, algo “insólito”. Mientras tanto, la producción nacional cae un 37,6%, la comercialización crece un 4% y las existencias o stocks son un 19% inferiores a la campaña anterior. A pesar de ello, el precio en origen se desploma un 13%.
Son cifras que explican el hartazgo de los miles de olivareros españoles. Pero UPA puntualiza: “es el olivar tradicional el que está pasando una crisis gravísima. No se puede hablar de crisis del aceite de oliva. Hay modelos que no tienen problemas de rentabilidad, los más intensivos e insostenibles, y eso hay que corregirlo”.
“Los datos son muy reveladores. No se necesitan más pruebas para constatar que hay quien utiliza el esfuerzo de los olivareros para enriquecerse. Está muy claro que existe una grave perturbación en el mercado. Nos encontramos en una de las mejores campañas comercializadoras de los últimos años, tanto en el mercado nacional como en las exportaciones a terceros países. Y, mientras esto sucede, los olivareros continuamos sufriendo la grave crisis de bajos precios en origen, incluso inferiores ya a los 2 euros. No podemos aguantar más esta situación, porque no sobra aceite, sobran especuladores”, han denunciado los pequeños agricultores.
UPA ha valorado positivamente que el Gobierno dedique una semana de su actividad agraria de forma prácticamente monográfica al aceite de oliva, un sector que está “a la vanguardia de los abusos a los productores”, según han destacado. Sin olvidar, no obstante, que la crisis de rentabilidad afecta a numerosos sectores agrícolas y ganaderos.