Aunque bien es verdad que nunca hay dos cosechas de aceites de oliva iguales por cuestión de matices y pequeños detalles, la anterior (2022-2023) y la actual (2023-2024) serán prácticamente gemelas o primas hermanas en muchos sentidos e indicadores, como ya nos preguntábamos en el anterior número de Oleum Xauen. Se parecen mucho, casi como dos gemelas o dos primas hermanas muy semejantes. Sin paliativos hay que decir, en cualquier caso, que las dos son malas malísimas, pese a que los precios estén por todo lo alto. Por eso son la segunda y la tercera peor campaña de este siglo XXI.

Por cierto, unos precios cuya explicación de la coyuntura en máximos históricos debe liderar el sector con determinación y claridad, así como abanderar una campaña pedagógica para explicar por tierra, mar y aire esta excepcional situación sin el más mínimo complejo y dando un paso al frente para que este preciado y valorado producto que llamamos aceite de oliva no sufra el menor menoscabo en su imagen, prestigio y reputación. Para ello, no hay que dar por callada la respuesta ante la brocha gorda, el desconocimiento y el atrevimiento que se están empleando en algunos análisis superficiales y simplistas.

Es verdad que la producción que se estima es ligeramente superior a la de la pasada campaña, pero no es menos cierto que el enlace es mucho menor, por lo que estos dos parámetros junto con las importaciones, harán que haya una disponibilidad corta y no suficiente, 1,2 millones de toneladas, lo que invita a pensar que las tensiones de precios están más que aseguradas. Queda la incógnita de comprobar cómo será el comportamiento de los consumidores en cuanto a fidelidad a los aceites de oliva que en la pasada campaña fue bueno, en líneas generales.

Habrá que ver también cómo viene la producción mundial en el resto de los países productores por si puedan compensar la merma de España y si aumentarán las importaciones con el objetivo de frenar o bajar los precios en el mercado de origen. Pero lo más importante de todos los factores y los elementos a tener en cuanta será el agua porque no nos podemos permitir una tercera campaña tan dura como estas dos últimas, no por favor. Por eso se necesita agua en abundancia, en cantidad y calidad, y una mejor gestión y planificación pensando en el corto, medio y largo plazo porque la emergencia climática nos devora y nos consume. Porque no podemos permitirnos el lujo que se cumpla esa sentencia que dice que no hay dos sin tres.

*Asensio López, director de Oleum Xauen

Entradas recomendadas