La comarca jiennense de El Condado explora la promoción de la cultura del olivar y de los aceites de oliva a través de su fusión con el turismo, una experiencia la del oleoturismo que viene a sumarse a su tradicional y atractiva oferta turística en torno al mundo taurino, al toro de lidia, y a su variado patrimonio histórico, arquitectónico, natural y paisajístico, sin olvidar su rica gastronomía. Un territorio que tiene como legítima aspiración incrementar el número de visitantes con una sugerente propuesta que se resume en una aventura que recuerda al Condado histórico y que mira al futuro con ilusión gracias a su calidad rural. Sobran los motivos para hacer parada y fonda en esta noble tierra encrucijada de caminos y de gran valor ambiental.

Para valorizar estos recursos, la Asociación para el Desarrollo Rural de la comarca de El Condado (Asodeco) organizó recientemente un viaje de prensa con el fin de promover y dar a conocer las potencialidades y la riqueza turística de los municipios de Vilches, Navas de Juan y Arquillos, un desplazamiento que tendrá próximamente una segunda etapa por otros municipios de la comarca emplazada en el norte de la provincia de Jaén, colindante con el sur de la de Ciudad Real y con las comarcas jiennenses de La Loma y Las Villas.  “El Condado, dos días para dar a conocer el secreto de Jaén”, reza el eslogan de esta iniciativa enfocada y destinada a los profesionales de la información.

Una ruta bien diseñada y que desde Asodeco quieren dar un impulso para potenciar su comercialización al objeto de que sea más conocida por parte del gran público a través de múltiples reclamos y atractivos con la cultura del olivar y de los aceites de oliva y su simbiosis con el turismo, el incipiente oleoturismo, un mar de olivos que vertebra toda la comarca y que supone el hecho diferencial y singular para captar visitantes ávidos de experimentar otras sensaciones y emociones en torno a la historia y a la excelencia rural, dos evocadores señuelos como para que el viajero aproveche la oportunidad y disfrute de una tentadora escapada.

Y es que no es cosa menor los más de ocho millones de olivos plantados por la mano del hombre en estas tierras, muchas de ellas arcillosas de color rojizo que contrastan con el verde del olivar tradicional, que ensaya de manera excepcional en algunas zonas una reconversión a otras tipologías en esta comarca rica en agua debido a sus numerosos pantanos, que embalsan las aguas del Guadalimar, el Guarrizas o el Guadalén, entre otros ríos, en un territorio conformado por ocho municipios con algo más de 20.000 personas enclavado en un marco natural de olivos, de extraordinarias dehesas y de belleza paisajística sin parangón en plena Sierra Morena.  

Vilches nos dio la bienvenida con su alcalde, Adrián Sánchez, y la gerente de Asodeco, Mercedes González, junto con su competente equipo, en Casa Marchena, un templo gastronómico del buen AOVE, cuyo propietario, Juan Ramón Romero, es un formidable prescriptor y defensor de los zumos de aceituna fresca que ofrece de manera generosa en su establecimiento. Tras una visita guiada por el municipio vilcheño pusimos rumbo a la finca El Añadío, de unas 400 hectáreas, para conocer al detalle y de manera exhaustiva esta ganadería propiedad de María José Gualda, enclavada en un hermoso y ondulado territorio digno de ser visitado por su belleza natural y por unas instalaciones coquetas y bien cuidadas, que se ofertan también como reclamo de turismo rural.

Desde allí recorrimos parte de esta deslumbrante zona de Sierra Morena hasta llegar a Navas de San Juan, donde la técnica del Centro de Interpretación del Aceite y el Olivar nos introdujo en el mundo del olivar y de los aceites de oliva de una manera didáctica para conocer los datos más básicos de la oleicultura y para que el visitante se haga una composición de lo que supone este cultivo, cómo se produce el aceite de oliva, sus tipos, su historia, sus variedades, su importancia en la gastronomía, etcétera.

El periplo finalizó en Arquillos, que junto con Montizón son los dos municipios de la comarca de El Condado de las Nuevas Poblaciones creadas a instancias del Rey Carlos III en el siglo XVIII a lo largo de Sierra Morena. En el municipio arquillero nos recibió de forma hospitalaria su alcalde, Miguel Ángel Manrique, mientras que un técnico explicó sucintamente las características y lo que ofrece el Centro de Interpretación Pablo de Olavide y las Nuevas Poblaciones en esta comarca en la que el oleoturismo se asoma como otra pata destacada de la oferta turística de un territorio con reconocibles señas de identidad en la que lo histórico y la excelencia rural se dan la mano en pleno siglo XXI. 

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