El director del encuentro ¿Tiene futuro el olivar tradicional?, Manuel Parras, catedrático de Comercialización e Investigación de Mercados de la Universidad de Jaén, propone que se denomine a esta tipología como olivar vulnerable. La Universidad Internacional de Andalucía (UNIA) con motivo de los Cursos de Verano de la Sede Antonio Machado de Baeza (Jaén) profundiza desde hoy miércoles y hasta el próximo viernes si tiene futuro el olivar tradicional con un encuentro que analiza el presente y el futuro de esta tipología del olivar, la más predominante y mayoritaria en este cultivo.

Un encuentro que pretende aportar fórmulas que permitan aumentar la competitividad del olivar tradicional debido a su papel fundamental en la dinamización territorial, en términos no sólo de renta y empleo, sino también de sostenibilidad medioambiental.

Participan como ponentes, entre otros, José Domingo Sánchez, catedrático de Análisis Geográfico Regional de la UJA; Antonio Garrido Almonacid, doctor en Geografía por la UJA; José Antonio Gómez-Limón, doctor Ingeniero Agrónomo por la Universidad de Córdoba (UCO); Pilar Gutiérrez, graduada en Turismo, Sergio Colombo, investigador Principal en el Área de Economía de la Cadena Agroalimentaria del Instituto de Formación Agraria y Pesquera de la Junta de Andalucía (IFAPA), o José Gilabert, el presidente de la cooperativa San Vicente de Mogón que produce el reconocido AOVE Puerta de Las Villas.

Los ponentes de la mañana de hoy, José Domingo Sánchez y Antonio Garrido Almonacid, han desgranado y detallado los diferentes tipos, modalidades y características del olivar vulnerable, una tipología condicionada por diferentes factores y criterios, y cuya extensión han cifrado en más de 200.000 hectáreas en Jaén, una provincia que cuenta, según han precisado, con unas 556.000 hectáreas declaradas. “No todo el olivar es igual, ni presenta las mismas características”, han apostillado, al tiempo que han resaltado el importante papel que juega en el desarrollo socioeconómico del territorio sobre el que se asienta. Por ello, han abogado por el hecho de que se le dé respuesta a este tipo de olivar vulnerable.

Pese a todo, reconocen que este tipo de olivar tiene futuro si se apuesta por el ahorro de costes, por valorizar su singularidad y el elemento diferencial que posee, por el reconocimiento del consumidor y por mejorar el etiquetado, entre otros retos, además de por hacer pedagogía para que el consumidor conozca mejor su realidad.

Entradas recomendadas