España es líder mundial en olivar y en aceites de oliva. Y lo debe ser aún más. Y en eso está. En conseguir los desafíos que todavía tiene por delante, en los asuntos de fondo por mejorar y en las asignaturas pendientes para afianzar y estructurar mejor el sector, pese a pandemias, sequías, olas de calor, desequilibrios entre la oferta y la demanda con incidencia en los precios y obstáculos varios.

Comparto con el ministro Planas que el liderazgo no se proclama, se ejerce. No con palabras, sino con hechos porque obras son amores y no buenas razones. Y porque el bla, bla, bla y el ruido no conduce a nada. Por eso, porque se está haciendo un buen trabajo, el olivar y los aceites de oliva están en lo más alto, son top y gozan del reconocimiento que aún debe ser más general en el mundo.  Y hay que conseguir más valor, sobre todo cuando haya volumen porque lo de ahora no tiene el suficiente mérito, sobre todo por las cifras de máximos históricos que están menoscabando el consumo por esa escasa oferta. La ecuación está clara: valor, volumen y ahorrar costes.

Y ese liderazgo se tiene que ver reflejado también en las instituciones, en las organizaciones, en las  asociaciones y en los colectivos que trabajan a favor de este cultivo tan milenario y de este producto tan estratégico.  Para que no haya desapego, para que sean útiles y para que no queden tan lejos de los que dan el callo día a día, para trabajar en sintonía y atendiendo sus demandas y sus reivindicaciones con el fin de darles una respuesta rápida y viable. Por eso hacen falta líderes que ejerzan, con carisma, con personalidad, con formación, bregados y trabajen con ahínco y determinación por el interés general de de este sector que tanto seduce y enamora.

Por eso, creo que es una buena noticia que Jaime Lillo sea el primer español que va a dirigir el Consejo Oleícola Internacional (COI). Una elección que celebro. Porque está preparado, está capacitado, tiene oficio y experiencia y porque entiendo que ya es hora que un responsable del principal país productor sea el que lidere este cónclave internacional, con más razón aún si está sobradamente preparado y es competente para el cargo. ¿Por qué no?

*Asensio López, director de Oleum Xauen

Entradas recomendadas