El proyecto europeo LIFE Comp0live, liderado por el Centro Tecnológico del Plástico (Andaltec), está avanzando en la búsqueda de nuevos aprovechamientos industriales para los residuos de la poda del olivar. Esta iniciativa comenzó sus trabajos en 2019 con el fin de desarrollar un bioplástico con propiedades mejoradas que sirva como materia prima para fabricar componentes para la automoción y mobiliario urbano y para el hogar.
El consorcio del proyecto está integrado por Andaltec, Caliplast (Francia), Plasturgia (Francia), Ford Werke GmbH (Alemania), la Universidad de Jaén, Citoliva y Matricería Peña (España). LIFE Comp0live cuenta con la financiación de la Agencia Ejecutiva para las Pequeñas y Medianas Empresas (EASME) de la Comisión Europea, en el marco de la convocatoria de proyectos LIFE. Los investigadores ya han comenzado con los primeros trabajos de este proyecto europeo, lo que incluye avances en la caracterización en el laboratorio de los materiales del nuevo bioplástico, con una importante presencia de los residuos agrícolas.
Europa genera cada año más de siete millones de toneladas de residuos de poda del olivar, pero sólo se utiliza una cantidad muy pequeña para la generación de energía. El resto normalmente se quema o se incorpora al suelo como abono tras el picado en el campo, por lo que este proyecto permitiría también abrir una nueva fuente de ingresos para los agricultores.
Además, el consorcio ha comenzado la ronda de presentaciones del proyecto con las tres organizaciones agrarias más representativas del sector oleícola. De esta forma, se han mantenido reuniones con los responsables de la Unión de Pequeños Agricultores (UPA), la Asociación Agraria de Jóvenes Agricultores (Asaja) y la Coordinadora de Organizaciones de Agricultores y Ganaderos (COAG). Estas entidades han acogido con mucha satisfacción este proyecto, ya que supondrá la reutilización de un material que actualmente se quema, lo que provoca emisiones de gases de efecto invernadero, y permitirá una nueva fuente de ingresos para los agricultores. Todas ellas han mostrado su disposición a colaborar y a aportar su experiencia para la mejora del proyecto, especialmente en el ámbito de la recogida y almacenamiento de la poda del olivar en las fincas agrícolas.
“Este proyecto va a ayudar a generar dos beneficios medioambientales. Por un lado, se podrá evitar la quema de estos residuos, que produce gases de efecto invernadero, y, por otra parte, reemplazamos los materiales fósiles por biomateriales en la fabricación de composites”, explica Antonio Calahorro, investigador de Andaltec.