
Las organizaciones agrarias COAG, ASAJA y UPA, así como Cooperativas Agro-alimentarias de Jaén califican de “negativas” las previsiones de aceites de oliva para esta campaña 2023 2024, por lo que demandan la adopción de medidas específicas y fondos para los agricultores y las familias más golpeados en estas dos últimas campañas cortas y bajas.
El responsable de Olivar de COAG Andalucía y secretario general de COAG Jaén, Juan Luis Ávila, ha pedido medidas específicas y fondos concretos para aquellas familias que llevan dos cosechas consecutivas sin coger aceituna. “Las cifras son muy negativas”, ha insistido Juan Luis Ávila, y hay familias que no han cogido cosecha en dos campañas, “otras que sí, diferenciemos y llevemos los recursos a donde hagan falta”.
Juan Luis Ávila ha señalado que el sector del aceite de oliva es muy grande y complejo, pero hay que buscar fondos para salvar a esas familias que no han tenido cosecha y se encuentran en una situación de prácticamente cierre de sus explotaciones”. Hay que tener en cuenta que el escenario de la anterior campaña y la que está comenzando es aún más complicado que el de años anteriores, ya que a la sequía se le suma el desorbitado aumento de los costes de producción (energía, fitosanitarios…), que la consejera de Agricultura de la Junta de Andalucía, Carmen Crespo, ha cifrado hoy en un aumento del 115%.
Por su parte, el gerente y portavoz de ASAJA-Jaén, Luis Carlos Valero, considera que “aunque es cierto que en estas circunstancias nos conformamos con que las previsiones de producción hayan subido un poco, estamos en una situación catastrófica para el sector del olivar, tanto de almazara de aceituna de mesa, y esa situación nos va a llevar a tener que tomar medidas excepcionales, sobre todo de índole fiscal, para salvar la situación del sector”. En este sentido, ha incidido en que por mucho precio que coja el producto por falta de existencias, no se compensa ni el incremento de costos que tiene para el agricultor ni la falta de producto.
“A pesar de que es un enlace corto, no vamos a llegar a una situación de desabastecimiento. Y si tenemos en cuenta eso, y si tenemos un invierno copioso en cuanto a lluvias, todas esas perspectivas también inciden en el mercado de cara a los precios de los próximos meses”, ha apuntado Luis Carlos Valero. Por provincias, en Jaén se prevé una producción de 215.000 toneladas, lo que supone un 19,5% más que la campaña anterior con un rendimiento graso estimado del 21,2%; en Córdoba 143.000, un 0,1% más; en Sevilla 78.000, un 0,4% más; en Granada 56.000, un 1,3% más; en Málaga 31.000, un 2,3% más; en Almería 13.000 toneladas, un 19,9% más; en Cádiz 7.100, un 4,8%, y en Huelva 7.500, un 0,6% más.
Entre tanto, el secretario de la UPA en Andalucía, Cristóbal Cano, asegura que los datos del aforo ratifican la que será la segunda mala cosecha consecutiva de aceite de oliva. Los datos hechos públicos por la consejera de Agricultura “no dejan lugar a dudas porque, aunque prevé una leve mejora en la producción con respecto al año pasado, habrá muy poco aceite que vender a unos buenos precios, por lo que mermará nuestra renta agraria, toda vez que los costes de producción a los que debemos hacer frente siguen muy elevados. De ahí que volvamos a reclamar ayudas directas a los olivareros que, en muchos casos, van a vivir un año de 36 meses”.
Con estas cifras oficiales, Cristóbal Cano considera que “es hora de que se ponga encima de la mesa un paquete de ayudas directas al olivar”. El secretario general de UPA Andalucía reclama a las administraciones que hagan con el sector olivarero lo mismo que han hecho con otros sectores, a los que sí se les han concedido ayudas directas por parte de la Junta de Andalucía y del Gobierno central. “Ya tenemos unas cifras oficiales que justifican plenamente esas ayudas, que deben ser dirigidas a la parte del sector que realmente lo está pasando peor, al olivar tradicional, a ese olivar de secano, de explotaciones pequeñas y medianas que, en muchos casos, enlazan dos campañas de cosecha 0 y tendrán que vivir un año de 36 meses. Son esos olivareros los que necesitan el mayor respaldo de las administraciones para aguantar esta situación, que esperemos sea coyuntural”, afirma.
El secretario general de UPA Andalucía afirma: «Estamos condicionados por el cambio climático, reflejado por las elevadas temperaturas que sufrimos a finales de abril y en mayo, que condicionaron la floración y sentaron las bases de esta segunda mala cosecha consecutiva; así como por la terrible sequía que venimos padeciendo desde hace años. Además, las perspectivas de las próximas semanas son igualmente preocupantes, porque esta anomalía en las temperaturas y la escasa previsión de lluvia hacen que las cifras de aforo, que no son buenas, incluso puedan ser peores cuando se inicie de forma generalizada la campaña. Por eso es necesaria una profunda reflexión para poner en práctica medidas que mitiguen las terribles consecuencias del cambio climático que está entre nosotros para quedarse. Ya está bien de negar la evidencia”, concluye Cristóbal Cano.
Finalmente, el responsable de Aceite de Oliva en Cooperativas Agro-alimentarias de Andalucía, Cristóbal Gallego, no oculta que las previsiones son malas y que existe “un verdadero problema”, ha dicho, al tiempo que ha insistido que el campo “necesita agua y las administraciones tienen que hacer cosas si queremos tener un verdadero problema, por lo que tenemos que remediarlo desde la base”.