Más allá de la venta de botellas de AOVE y de la cifra de visitantes, que han sido muy significativas, hay dos datos que a mi juicio son de libro para argumentar el éxito de la Fiesta del Primer Aceite de Jaén, un acierto que conviene subrayar, remarcar y cerrar filas por los intangibles tan positivos que genera.

Y eso más allá del debate de si se debe celebrar siempre en la capital o de la opinión legítima que cada cual tenga para hacerla aún más grande y mejor. En cualquier caso, ya es referente indiscutible de primer orden en el calendario oleoturístico porque ha sabido posicionar sus zumos naturales de aceituna fresca y por ser la referencia con la que se identifica y simboliza el inicio de la campaña de la recolección de la aceituna.

En mi opinión, el primer dato relevante a tener en cuenta es inmaterial por cuanto no se puede medir, es más sutil, más invisible, más estratégico, es la demostración de poderío emocional, de autoestima, de orgullo, de amor propio, de lluvia fina, de promoción. Y eso no es una cuestión menor. El segundo dato que desde mi punto de vista es incontrovertible es el récord de demanda de las empresas que quieren estar presentes como expositoras. Una vez completado el centenar ofertado y cerrado el plazo, me cuentan que han sido unas cuarenta más las que hubieran estado presentes ofreciendo sus néctares de aceituna verde o en envero.

La Fiesta del Primer Aceite de Jaén siempre deja un buen sabor de boca. Estaría bueno que no dejara buen gusto y aroma después de los sublimes mostos de aceituna que se prueban, catan y comercializan. Por eso, los jiennenses debemos felicitarnos por este logro colectivo, por esta idea impulsada por la Diputación de Jaén, que cuenta con la colaboración de la Junta y del Ayuntamiento en el que se organiza el evento, y por tener este ejército de picuales que tanto seducen y enamoran, aunque haya otras muchas monovarietales que también se exhiben y gozan del reconocimiento de paladares y olfatos avezados.

No me gusta abusar del halago y sí tener los pies en el suelo por eso que dicen que debilita, pero es de justicia contextualizar de dónde venimos y dónde estamos en la provincia de Jaén en materia de calidad de aceites de oliva y de esta revolución que ha supuesto la cosecha temprana, que se ha extendido por todos los pueblos y ciudades, a lo largo y ancho de nuestra provincia, un territorio que debe ir pensando en próximos retos para que su olivar tenga un mayor valor añadido, envasando más y aunando valor, volumen y ahorro de costes.  

*Asensio López, director de Oleum Xauen

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