El gerente del Grupo Interóleo, Esteban Momblán, prevé a día de hoy que habrá una merma de más del cincuenta por ciento de cosecha de aceites de oliva en la venidera campaña oleícola 2022-2023 respecto a la actual, en la que se han obtenido en España 1.488.000 toneladas de aceites de oliva, 500.000 de las cuales producidas en la provincia de Jaén. Con todas las reservas y la debida cautela en las cifras, Momblán tiene claro que la cosecha próxima será corta y baja y como siempre estará condicionada por la evolución de la meteorología y supeditada a según qué zonas.

No oculta que la situación es preocupante, principalmente porque la pluviometría ha sido un treinta por ciento menos que en la del pasado año hidrológico y con los embalses en torno a un cuarto de su capacidad, lo que ha influido en que se haya agravado el estado de estrés hídrico que padece el olivar desde hace varias campañas.

“Únicamente un otoño temprano en temperaturas y lluvias podría ayudar a no estar ante una campaña desastrosa. Habrá que ver también cuánto aportan las nuevas plantaciones, a ritmo de 20.000 hectáreas nuevas cada año, pero sin ninguna duda las disponibilidades serán muy inferiores a las de la presente campaña”, alerta. Y avisa de otra variante: “Todo dependerá, además, de cómo evolucione el consumo ante los nuevos precios”. 

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