Juan Antonio Tello es licenciado en Ciencias Químicas por la Universidad de Granada, especialidad de Química Orgánica. Tiene siete años de experiencia en funciones de márketing y técnico comercial en empresas farmacéuticas internacionales, y desde 1990 como responsable de laboratorio, en el transcurso de los cuales ha adquirido una amplia experiencia y formación, no ya sólo en los aspectos técnicos analíticos y de cata del sector oleícola, sino también de márketing y comerciales. Ha participado, y sigue haciéndolo, en muchas actividades relacionadas con la formación, lo que hoy también es un pilar importante en su empresa: Laboratorio Juan Antonio Tello. En esta entrevista ofrece su punto de vista sobre Expoliva y se posiciona en relación con cuestiones relacionadas con la situación y el futuro del olivar y de los aceites de oliva.

-¿Qué opinión tiene de Expoliva?

La valoro muy bien, y qué mejor prueba de ello que casi desde sus inicios estoy presente en todas las ediciones con estand propio como Laboratorio. No obstante, sí recomendaría que nos preocupásemos más de la comodidad del visitante: accesos, párking, aéreas de descanso, reservados para entrevistas, etc. Noto cada año muchos comentarios negativos al respecto.

-¿Eres partidario de que tenga carácter anual o bienal? ¿Por qué?

Soy partidario de su carácter bienal, fundamentalmente para que no sea una feria meramente comercial, sino que también haya margen para dotarla de un carácter científico y técnico suficientemente atractivo, y eso, anualmente, es difícil de lograrlo.

-¿Crees que el Simposio Científico-Técnico debe celebrarse en años alternos a Expoliva para darle más relevancia a este encuentro?

No, debemos hacerlo coincidir como hasta ahora, atrae a un público más variado, y si aumentamos el grado de bienestar del visitante, redundará en más posibilidades de contactos fructíferos para los expositores.

-¿En qué aspectos hay que poner el acento para mejorar Expoliva?

Para mí, en los que he citado al principio, mejorar el bienestar del visitante, lo que sin duda también hará más cómodo la labor del expositor. Es el gran reto.

-Expoliva posiciona a Jaén en el mundo, pero ¿cómo debe Jaén liderar la toma de decisiones en materia de olivar y de aceites de oliva?

Jaén, como ya se ha dicho muchas veces, al primero que se lo escuché fue a mi gran amigo Fernando Córcoles, Jaén es el primer productor mundial de aceites de oliva, pero no ejerce de líder. El cómo hacerlo no es fácil de contestar, pero sin duda que el primer paso es convencernos de que nos jugamos en ello más que ninguna otra región del mundo, y que por tanto somos los que tenemos que marcar las reglas del juego. Gran parte de los problemas que tenemos vienen como consecuencia de esa dejadez en ejercer ese liderazgo, lo que sin duda aprovechan otros a los que malas decisiones les afectan poco, o, quizás ese sea su juego.

-¿Cómo ve el presente y el futuro del olivar y de los aceites de oliva, especialmente del olivar tradicional?

Sin lugar a dudas veo un futuro halagüeño si hacemos las cosas bien. El olivar tradicional es el que hoy más puede sufrir las consecuencias de esa falta de liderazgo que Jaén debería ejercer; nunca vamos a llegar a ser tan competitivos en precio como hoy ya lo son los cultivos modernos, ni incluso fomentando el seto en secano, por lo que sólo nos quedan dos vías: reclamar el agua que nos merecemos para facilitar una cierta reconversión y garantizar la estabilidad de las cosechas, y emprender de forma contundente la vía de la diferenciación: Por ejemplo, los beneficios saludables que se derivan de los biofenoles presentes en nuestros AOVs, hoy son incuestionables, y si el AOV de un tradicional puede tener mínimo más del doble que el que se obtiene de un superintensivo de regadío, pues apliquémonos el cuento. Y esto no es lo único que podría diferenciarnos de cara al consumidor, que cada vez valora más su salud, su bienestar, su entorno social y medioambiental, etc.

-¿Cree que la época dorada en el sector oleícola está por venir aún?

Un aceite verdadero zumo natural, saludable, que apenas supone un 3 % del consumo mundial de grasas vegetales, con un consumidor cada vez más exigente en los aspectos antes citados, salud, medio ambiente y entorno social, si no somos capaces de garantizarnos un futuro mejor de lo hasta ahora conocido, como dicen en mi pueblo, “apaga y vámonos”. Vamos a ejercer de líder, y el resto vendrá solo.

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