El Informe del Consumo Alimentario en España 2022, presentado hoy por el ministro de Agricultura, Pesca y Alimentación, Luis Planas, y consultado por Oleum Xauen pone de manifiesto que con el 35,0 % del volumen total, la categoría aceite de oliva de oliva es el tipo de aceite más consumido por los hogares: Durante el año 2022 pierde el 10,2 % de compras con respecto a 2021. No obstante, los hogares gastaron un 22,4 % más en este tipo de aceite que hace un año, debido a que el precio medio cierra un 36,3 % más alto que hace un año, cerrando el año 2022 en 3,91 €/litro. Con respecto al 2019, el volumen de compras retrocede a un menor ritmo (9,9 %), y el crecimiento en el precio (37,7 %), impulsa al valor del sector a cerrar un 24,1 % más alto.

Durante el año 2022, los hogares destinaron el 0,88 % de su presupuesto a la compra de aceite de oliva, una proporción 0,23 puntos porcentuales superior a la de 2021 y 0,13 a la de 2019. Esto supone un gasto por persona de 14,07 € al año, el equivalente a un consumo de 3,60 litros por persona durante el año 2022, una cantidad un 10,1 % inferior a la de 2021, y un gasto un 22,5 % superior.

Resultados totales de aceite de oliva virgen extra

Con una participación en volumen de un 29,0 %, el aceite de oliva virgen extra es el segundo tipo de aceite más consumido en los hogares. Además, tiene la mayor cuota en valor de todos los tipos de aceite (36,5 %) (la misma que el aceite de oliva que es el más consumido). Esto se debe a que este tipo de aceite ofrece el precio medio más alto del sector (4,71 €/litro). Durante el año 2022, en un contexto de reducción de compras, este producto mantiene el volumen un 0,7 % inferior al de 2021, y su valor cierra un 19,7 % más alto, debido a que el precio medio crece un 20,5 %. Con respecto al 2019, consigue mantener el volumen estable, y el crecimiento en el precio medio del 26,1 % hace que la facturación cierre un 25,8 % más alta.

El consumo por persona de aceite de oliva virgen ha sido de 2,99 litros durante el año 2022, una cantidad inferior en un 0,6 % al volumen ingerido por persona en el año 2021 y un 0,5 % al de 2019. El gasto por persona ha sido de 14,06 €/litro/año, una cantidad un 19,8 superior a la de 2021 y un 25,5 % superior a la de 2019.

Resultados totales de aceite de oliva virgen

El aceite de oliva virgen representa el 6,2 % del volumen del sector oleícola, y su demanda se contrae a un ritmo inferior al sector (5,7 % vs 10,5 % respectivamente). Por su parte, el valor cierra un 21,8 % más alto, debido al aumento del precio medio del 29,1 %, lo que le lleva a cerrar en 4,25 €/litro, el equivalente a pagar 0,96 € más por litro que hace un año. Si realizamos el comparativo con respecto al año 2019, la demanda en el año 2022 es un 4,9 % inferior, y el crecimiento en el precio medio del 34,8 % hace que la facturación cierre un 34,8 % más alta que hace dos años.

El consumo por persona y año es de 0,67 litros, una cantidad un 5,6 % inferior a la de 2021 y un 5,1 % inferior a la de 2019. En relación con el gasto per cápita, se sitúa en 2,84 € por individuo, cantidad superior en un 21,9 % vs 2021 en 27,9 % vs 209.

Evolución mensual de total compras (millones l) y precio medio (€/l)

Consumo

El consumo per cápita del total de aceite se sitúa a cierre de año 2022 en los 10,30 litros/persona/año, una cantidad un 10,4 % inferior con respecto a 2021. De entre los diferentes tipos de aceite, el más consumido es el tipo aceite de oliva, con una ingesta media de 3,60 litros, por lo que se reduce su consumo en 0,41 litros por persona y año. Le sigue el aceite de oliva virgen extra, con un consumo per cápita de 2,99 litros por persona y año, siendo el tipo de aceite que menos reduce el consumo per cápita vs 2021 (0,6 %). Por su parte, el aceite de girasol es consumido por persona en 2,71 litros al año, una cantidad 0,65 litros inferior a la de 2021.

El 50,3 % de los litros adquiridos de aceite a cierre de 2022 se compraron en el canal supermercado y autoservicio, con un decrecimiento del 10,2 % con respecto al año anterior. El segundo canal por orden de importancia es el hipermercado con el 24,8 % del volumen y un decrecimiento en las compras inferior (6,1 %). Le sigue la tienda descuento con un 10,9 % sobre el volumen total de la categoría, no obstante, experimenta la reducción del volumen más acentuada del mercado (28,9 %). Por su parte, la tienda tradicional, y el e-commerce mantienen una proporción de volumen del 1,1 % y 3,1 % respectivamente, reduciendo sus compras un 19,7 % y un 20,5 % respectivamente.

En 2022, el perfil consumidor para la categoría de aceite se corresponde con hogares formados por hijos medianos y mayores, así como hogares formados por parejas adultas sin hijos y retirados, debido a que la proporción que compran del producto supera al peso que representan en población. Los retirados son quienes más proporción de aceite consumen (31,49 %), siendo además muy intensivos en la compra de la categoría. Por su parte, los jóvenes independientes son quienes compran aceite en menor proporción, con un peso del 1,77 %, cuando lo esperado debería ser al menos su peso poblacional 5,50 %.

Con un consumo que supera la media nacional de 10,30 litros/persona/año, se sitúan los hogares formados por parejas adultas sin hijos, adultos independientes y retirados. Son estos últimos quienes se perfilan como aquellos con el consumo per cápita más alto, de 19,52 litros más por persona y año. Por su parte, son los hogares formados por parejas con hijos pequeños, quienes realizan el menor consumo per cápita, de 4,85 litros/persona/año.

El perfil consumidor de total aceite se corresponde con hogares formados por mayores de 50 años. En ambos casos, tanto para los hogares de 50-64 años, como para hogares formados por mayores de 65 años, su proporción de compras supera el peso que representan en población. Si tenemos en cuenta cuál es el consumo per cápita de esta categoría por la edad del responsable de las compras, son los mayores de 50 quienes mantienen la proporción más alta con relación al consumo promedio nacional, especialmente los mayores de 65 años, con una ingesta de 19,40 litros por persona y año, lejos de los 10,30 litros del promedio nacional.

Solo la clase social media baja, realiza un consumo inferior al esperado según el peso que representan en población, si bien, el resto de las clases sociales son intensivas en consumo de este producto, ya que la proporción que compran del producto supera al peso que representan en población.

Si tenemos en cuenta cual es el consumo per cápita de total aceite por clase socioeconómica, se observa que la clase alta y media alta es quien mayor consumo per cápita realiza, con una ingesta media por persona y año de 11,35 litros por persona, seguida de la clase baja con una ingesta por persona de 10,67 litros al año. Por su parte, las clases sociales media y media baja realizan un consumo per cápita inferior al promedio nacional.

Si tenemos en cuenta las comunidades autónomas más intensivas en la compra de aceite, son las comunidades autónomas de Andalucía, Galicia, País Vasco y Castilla León, entre otras, aquellas que cuentan con el mayor porcentaje de consumo de aceite en volumen, en relación con su extensión en población. Del lado opuesto, encontramos comunidades como la Región de Murcia, la Comunitat Valenciana, Castilla La Mancha o la Comunidad de Madrid. La comunidad autónoma que registra el mayor consumo por habitante es Galicia, con un consumo per cápita de 15,17 litros por persona y año (vs 10,30 litros/persona/año del promedio nacional). Este promedio también es superado por comunidades autónomas como Cataluña, Islas Baleares, Castilla y León o País Vasco entre otras, en oposición a Castilla la Mancha, que presenta el consumo por persona más bajo, de 7,13 litros al año.

El año 2022 cierra con un fuerte crecimiento del 38,5% en el precio medio de aceite, que se sitúa en 3,74 €/litro. Este aumento del precio medio se traslada a todos los canales de distribución, destacando el fuerte incremento en el precio medio de la tienda descuento (46,2 %), no obstante, continúa ofreciendo el precio medio más competitivo del mercado (3,52 €/litro). Por el contrario, la tienda tradicional ofrece el precio medio más alto (4,41 €/litro), a pesar de ser el canal que menos incrementa el precio con respecto al 2021 (25,8 %). Por su parte, el supermercado ofrece un precio medio inferior al mercado (3,65 €/litro), mientras que el hipermercado y el e-commerce cierran con un precio superior al del resto del sector (4,08 y 3,80 €/litro respectivamente).

La compra de aceite se reduce un 10,5 % durante el año 2022, un decrecimiento superior al del total alimentación, que cae un 8,8 %. No obstante, los hogares gastaron un 23,9 % más en la compra de este producto que en 2021. Esta diferencia entre la evolución del volumen y del valor se debe al aumento del precio medio del producto, que a cierre de 2022 se sitúa en 3,74 €/litro, un 38,5 % más alto que en el año anterior.

El consumo per cápita realizado por persona y año en aceite disminuye un 10,4 % hasta situarse en una ingesta media de 10,30 litros por persona. Esto equivale a un gasto de 38,51 € por persona, lo que implica un incremento del 24,0 % con respecto mismo periodo del año anterior.

Los hogares destinan el 2,41 % del presupuesto para el abastecimiento del hogar a la compra de aceite, una cuota que ha aumentado en 0,48 puntos porcentuales con respecto al 2021. Sin embargo, este producto, representa el mismo volumen del total de los productos de alimentación para los hogares españoles que en 2021 (1,77 %), lo que significa que los hogares han tenido que aumentar el presupuesto destinado a la compra de este producto, para adquirir la misma cantidad. Si se analiza la variación con respecto al año 2019, año previo a la pandemia, observamos que las tendencias son exactamente las mismas. No obstante, mientras el volumen de compras retrocede a un ritmo superior que con respecto a 2021 (11,2 % vs 10,5 %), la facturación del sector oleícola crece más (31,5 % vs 2019 y 23,9 % vs 2021), consecuencia directa de la variación en el precio medio, que crece un 48,1 % con respecto al año 2019, y un 38,5 % con respecto al año 2021.

Sí se aprecia una diferencia en el volumen que este producto representa en la cesta, pasando de representar el 1,88 % en 2019 al 1,77 % en 2021 y 2022. Se aprecia una tendencia opuesta entre el volumen de compras y el precio medio, que se revierte a partir del mes de enero de 2022, donde, a medida que el precio medio del sector oleícola aumenta, el volumen de compras desciende. Hay que destacar el mes de marzo de 2022, donde el precio medio del producto se dispara, consecuencia del conflicto militar entre Rusia y Ucrania. Asimismo, el volumen de compras alcanza durante marzo de 2022 el valor más bajo desde diciembre de 2020 (27,8 millones de litros), un volumen que se ha ido recuperando hasta el cierre de año de 2022, a pesar de que el precio medio ha seguido creciendo, alcanzando su dato más alto durante el mes de diciembre de 2022 (4,09 €/litro)

En el largo plazo se aprecia un descenso continuado en el volumen de compra de aceite desde el año 2008; sin embargo, la excepcionalidad del consumo en el año 2020 frenó de forma puntual esta tendencia, que parece haberse retomado en 2021 y 2022.

El aceite más consumido en los hogares españoles durante el año 2022 se corresponde con los tipos Oliva, ya que si agrupamos los tres tipos (aceite de oliva, aceite de oliva virgen y aceite de oliva virgen extra), obtienen una cuota en volumen del 70,4 %, siendo su proporción en valor del 80,4 %, más alta puesto que se trata de los tipos de aceite con mayor precio medio del mercado.

Por participación en el mercado y orden de importancia es el aceite de oliva el que cuenta con mayor cuota en volumen (35,0 %), pese a perder un 10,2 % del consumo que tenía en 2021. El segundo aceite más popular es el aceite de oliva virgen extra, con un 29,0 % de cuota en volumen, aunque su valor representa una proporción bastante superior (36,5 %), debido a que ofrece el precio medio más alto del mercado (4,71 vs 3,74 €/litro del sector oleícola). Por el contrario, el aceite de girasol, tercer tipo de aceite que más volumen representa del sector, con el 26,3 % del volumen, representa bastante menos en valor (16,8 %), debido a que ofrece un precio medio inferior al de sector (2,4 €/litro).

Alimentos y bebidas

El gasto total en alimentos y bebidas en España se situó en 107.780 millones de euros el año pasado, un 2,7% por encima del de 2021 y un 1,1 % superior al de 2019 -año de referencia prepandemia-, debido en parte al incremento de los precios, pero también a la recuperación del consumo fuera de casa. Mientras, el volumen total consumido se redujo un 7,1 % respecto a lo comprado el año anterior y un 8,1% inferior que el de 2019, al situarse en 30.946 millones de kilos/litros, en gran medida, por ese trasvase del consumo de dentro a fuera del hogar.

La mayoría de la ingesta de alimentos y bebidas se produce en el ámbito doméstico, ya que representa el 87,2% en volumen, frente al 12,8% restante que corresponde a establecimientos de restauración, especialmente con familiares y amigos. Mas de dos tercios del gasto (68,6 %) se realiza para llenar la nevera y la despensa de casa.

En 2022, el consumo per cápita (698,5 kilos/litros por persona y año) se mantuvo por debajo del registrado en los tres años anteriores, mientras que el gasto per cápita por la compra de alimentos y bebidas (2.582 euros por persona y año) creció respecto a 2021 y 2020 pero se mantuvo aún por debajo de los niveles de 2019.

Así se desprende del Informe del Consumo Alimentario en España 2022 que este jueves ha presentado el ministro de Agricultura, Pesca y Alimentación, Luis Planas. Ha resaltado que, tras el fin de la pandemia, continúa la tendencia a recuperar el tradicional estilo de vida mediterránea, con más consumiciones fuera de casa, y una inclinación en el hogar por la cocina rápida y cómoda, donde tiene gran peso los alimentos frescos, que representan el 37,3 % de la cesta de la compra en volumen y el 40,7 % en valor.

Como ejemplos, ha mencionado que las tres preparaciones culinarias más utilizadas en España -que en muchas ocasiones se combinan- son “a la plancha”, con un poco de aceite para elaborar platos tipo filetes, lomo, pescado o verduras; “sin cocinar y/o consumo en frío”, en la que se incluiría una ensalada, un tomate con aceite y sal, conservas de lata o un salmorejo de bote, y “hervido o al vapor”, para degustar arroz, coliflor cocida o pescado al vapor. En cuarto lugar, se situaron los guisos de cacerola, como los de legumbres o las patatas con costillas y, a continuación, los fritos con abundante aceite, categoría en la que sobresalen las patatas y las croquetas.

El consumidor es ahora más consciente del valor de tener un alimento en su nevera y del trabajo que hay detrás de ello, por lo que su compra es más responsable y selectiva y desperdicia menos.

CONSUMO DOMÉSTICO

El gasto en los hogares españoles en alimentación y bebidas se situó en 2022 en 73.893 millones de euros, con un ligero descenso de 0,9% respecto al ejercicio anterior, motivado por el aumento de los precios, ya que se pagó un 8,7% más por cada kilo o litro de alimentos o bebidas que en 2021. Así, el gasto medio por persona fue de unos 1.597 euros.

Los productos de mayor volumen en la cesta de la compra son la leche y los lácteos y las frutas y hortalizas frescas, que representan el 37%. Las carnes y pescados encabezan el presupuesto en alimentación, con el 31% del valor, pese a que en volumen rondan el 10%.

En promedio cada persona realiza una ingesta aproximada de 583 kilos o litros dentro del hogar, lo que significa que se consumieron alrededor de 55 kg o litros menos que durante el año 2021.

Los consumidores españoles eligieron preferentemente el supermercado y el autoservicio para hacer sus compras, un formato que aumenta su cuota de volumen de mercado dos puntos, hasta el 49,5%, muy por encima de hipermercado, que alcanza el 12,8%. La tienda descuento (13,7 %) la tradicional (12,7%) retroceden, mientras que la venta online (2,3 %) pierde su senda alcista, al bajar una décima, aunque aún está por encima del 1,6 % que marcó en 2019.

CONSUMO FUERA DEL HOGAR

A medida que la normalidad se consolida, aumentaron también las comidas y cenas fuera de casa y los pedidos a domicilio o para llevar, incluidos estos últimos también en el balance extradoméstico. La tendencia es claramente positiva, según el informe, que destaca que el gasto realizado por los españoles fuera del hogar ascendió a 33 887 millones de euros, un 11,5% más que en 2021.

Los españoles gastaron más, entre otros factores, porque el aumento de los precios en los locales de restauración fue inferior al que experimentó la alimentación doméstica. Fuera de casa, el presupuesto se dedicó más a consumir bebidas (58,4 %) que alimentos(41,6 %).

Así, el gasto medio per cápita ascendió a 984,51 euros, un 11,3% más que el año anterior, es decir, unos 100 euros más por persona y año que en 2021.

El consumo en establecimientos como bares, cafeterías y cervecerías se intensificó, a la vez que aumentaron las compras en hoteles y servicios de empresa. En promedio, cada individuo consumió fuera del hogar la cantidad de 115 kilos o litros de productos de alimentación, el equivalente a 6,4 kg o litros más que el año pasado.

USOS, HÁBITOS Y TENDENCIAS

Con la progresiva vuelta a la normalidad y el retorno al trabajo presencial, el número de las comidas principales en casa ha disminuido, salvo para desayunar. El informe apunta a que el 93,4% de los españoles sigue desayunando en casa un promedio de 6 veces a la semana, y el 95,3% realiza comidas o cenas en casa un promedio de 10,4 veces a la semana.

Como novedad, con respecto a estudios anteriores, se ha observado un descenso de la ingesta de proteína cárnica, muy consumida durante la pandemia y la etapa de restricciones, y una reducción del número de consumidores que podrían considerarse plenamente omnívoros en beneficio de flexitarianos, vegetarianos y veganos.

El avance de datos de 2023 indica que a lo largo de este año continuaremos recuperando nuestros hábitos. Entre enero y abril, los kilos y litros acumulados que se han consumido retrocedieron un 2,65 %. Este descenso, según las proyecciones, se irá frenando con la paulatina moderación de los precios, que en las últimas semanas del semestre incluso se han reducido en algunas categorías.

MENOS DESPERDICIO ALIMENTARIO

La reducción del volumen de consumo, ligado al encarecimiento de los precios, ha ido parejo a un menor desperdicio alimentario, aunque la cantidad aún es importante. Durante 2022, los españoles tiraron a la basura 1.201 millones de kilos/litros de alimentos de bebidas sin consumir, un 6,2 % menos.

Según las conclusiones expuestas por Luis Planas del Informe del Desperdicio Alimentario en España 2022, que también elabora cada año el Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación, cada español tiró de media a la basura 25,31 kilos/litros de alimentos el último ejercicio. El estudio arroja que el número de hogares que no desperdicia alimentos ha subido al 30 % (26% en 2021) y que, fuera de casa, más de la mitad de los consumidores no tira nada.

El informe atribuye en gran medida el descenso del desperdicio y el mejor aprovechamiento de los alimentos a su encarecimiento. La subida de sus precios tras el comienzo de la guerra de Ucrania ha provocado, además, un descenso del volumen comprado para el hogar del 8,8% en relación con 2021. Por el contrario, a lo largo de 2022, el consumo de alimentos fuera del hogar ha crecido un 11,5%.

Una de las consecuencias de este cambio de hábitos es el aumento del desperdicio de sobras de recetas y productos cocinados, que en 2020 suponían el 23,8 % de los alimentos tirados a la basura en el hogar, y en 2022 han pasado a representar el 21,4 %. Por el contrario, el desperdicio de alimentos comprados ha descendido 9 puntos, al pasar del 81,1 % al 78,6 %.

En 2022 ha mejorado el aprovechamiento de alimentos frescos con respecto a 2021. La mayor reducción de desperdicio se da en frutas (-8%), verduras y hortalizas (-3,4%) y la leche líquida (-2,8%). Por el contrario, aquellos alimentos en los que se realiza una peor gestión del aprovechamiento serían los embutidos (+3,2%), platos preparados (+5%) y pastas (+9,5%).

Además, se aprecia un comportamiento responsable de los consumidores. Como indica la campaña de Alimentos de España, hay que darle valor a los alimentos y conseguir que en “el país más rico del mundo no se tire, nada, nada, nada”.

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