La promoción, cuando es continuada y va dirigida a un claro público diana de manera estratégica, supone un intangible que es lluvia fina con resultados que antes o después florecen y son favorables. Lo he dicho siempre y lo sigo manteniendo: para hacer una tortilla hay que romper huevos, que pasado a limpio significa que hay que invertir en promoción, rascarse el bolsillo y tener una decidida apuesta por llegar a sectores de la sociedad que o no consumen aceites de oliva o lo hacen de manera testimonial, así como a otros segmentos de población para que mantengan y fidelicen sus hábitos alimenticios basados en la mejor y más saludable grasa vegetal base de la dieta mediterránea. Y eso se hace con promoción, con formación y con información.

Y subrayo esta circunstancia porque me parece un doble acierto la campaña presentada por la Interprofesional del Aceite de Oliva que protagoniza por segunda ocasión el actor José Coronado, la primera con el lema “No sabemos lo que tenemos”, y en esta ocasión con su hijo Nicolás bajo el título “Para toda una vida”. Por un lado, porque les hace un guiño a los jóvenes buscando su complicidad para que consuman aceites de oliva, así como a los menos jóvenes para que perduren con el sano ejercicio culinario de alimentarse con aceites de oliva. Y, por otro, porque va destinada al mercado interior, cuya cuota hay que mantener y ampliar en un país que es líder mundial en términos cuantitativos y cualitativos. Y esa es la responsabilidad del número uno que tiene que dar ejemplo.

Este tipo de acciones, junto con otras actuaciones, tienen siempre su repercusión positiva en el consumo interno, que supone algo más de un tercio de la cantidad que comercializa España, país que suele exportar dos tercios de sus ventas. De ahí que en la recién finalizada campaña 2021-2022 se haya incrementado el mercado interior respecto a la anterior en más de 55.000 toneladas en España, y eso con precios más elevados, por lo que el consumo se mantiene por encima de la campaña anterior y de la media de las últimas cuatro. Y eso es fruto en gran parte del trabajo de promoción. Otra cosa será que en esta campaña 2022-2023 se puedan conseguir buenas cifras de consumo interno a la vista de la escasa cosecha que se espera, lo que hará que disminuya la disponibilidad de aceites de oliva y ojalá que se pueda mantener esta tendencia y buena dinámica de consumo interior.

En  cualquier caso, la promoción es inexcusable en un producto como el aceite de oliva que no es excedentario porque se vende todo. El desafío es venderlo aunando valor y volumen, como ha quedado demostrado en la pasada campaña oleícola, en la que se ha pulverizado el récord de comercialización con buenos precios, lo que echa por tierra ese viejo mantra de vender mucho y con precio.

*Asensio López, director de Oleum Xauen

Entradas recomendadas