Jaime Lillo resalta a modo de balance en su primer semestre como primer español al frente de la dirección ejecutiva del Consejo Oleícola Internacional (COI) que su reto está centrado en ser “máximo aliado” de los 21 países que forman parte de esta organización (la Unión Europea figura como uno más) y “estar al servicio” de los intereses del olivar, de los aceites de oliva y de las aceitunas de mesa.
En declaraciones a Oleum Xauen tras la sesión plenaria de la 119 reunión de su Consejo de Miembros y antes de la ceremonia de entrega de los Premios a la Calidad “Mario Solinas” del COI, Lillo reiteró que su objetivo está residenciado en afrontar esta responsabilidad“ con gran dedicación, esfuerzo y trabajando al servicio de los miembros de la organización, estrechando las relaciones con los demás países y tratando de dar respuesta a las inquietudes del sector oleícola”.
Entre otras preocupaciones, el máximo dirigente del COI cita a la emergencia y el cambio climático, una mayor estabilidad en los precios, la recuperación del consumo y el mayor incremento de la producción y de la oferta comercializadora tras dos campañas consecutivas bajas y cortas que han provocado una situación inédita: una crisis de oferta que ha elevado los precios a máximos históricos.
A su juicio, el COI está trabajando en la cuestión del cambio climático, que constituye un verdadero obstáculo para el sector oleícola, a través de diversas acciones, entre ellas actividades de transferencia de conocimientos, misiones de expertos y la iniciativa “Diálogos para el futuro”. Todas estas actividades tienen como hilo conductor el lema del COI: “El aceite de oliva es bueno para la salud y para el planeta”, según se puso de manifiesto en la reunión del Consejo de Miembros.
También abogó por impulsar la promoción, la innovación y la investigación de los aceites de oliva con el fin de difundir sus excelentes propiedades organolépticas y saludables, así como por darle una mayor estabilidad al convenio internacional que rige el aceite de oliva y las aceitunas de mesa que hay que prorrogar antes de los dos próximos años.
