Más de una treintena de expertos valoran en Oleum Xauen los brotes verdes y las mejores expectativas de una próxima cosecha de aceite de oliva catalogada de media o media-alta, que estará supeditada, entre otros muchos factores, al agua, a las temperaturas y al rendimiento medio graso que se obtenga en la campaña 2024-2025 que está llamada a ser la de la vuelta a la normalidad productiva tras dos paupérrimas e inéditas cosechas consecutivas.

Y como siempre las estimaciones hay que interpretarlas con las debidas reservas, la suficiente cautela y la necesaria prudencia para contar con unos pronósticos que no dejan de ser eso: vaticinios y una aproximación al futuro, a lo que nos quiere decir el campo, a cómo viene el olivo, a los kilos que puede haber colgados en el árbol, a través de sensaciones, impresiones y la experiencia de cada uno. Unos presagios que tendrán que confirmar o enmendar más adelante los aforos oficiales y la producción final de cosecha cuando llegue la primavera.

El gran regalo de las lluvias de marzo acompañado por las buenas temperaturas, neutralizado después con meses más secos, ha hecho que el proceso de floración, polinización y cuajado del fruto se haya completado de forma óptima, lo que invita a pensar en un escenario radicalmente distinto del que se partía, más optimista, de un cambio de ciclo positivo y una tendencia más normalizada. Está por ver cómo se van a encauzar en el corto y en el medio plazo las distintas variables, como los precios, el consumo o las exportaciones, tres de los pilares sobre los que se asienta este sector oleícola tan estratégico y tan valioso.  

Y está por ver también y por constatar de manera fehaciente si en esta próxima cosecha se alcanzará el millón y medio de toneladas, como sostienen algunas fuentes, la misma cantidad obtenida en el conjunto de las dos campañas precedentes, la de los precios en máximos históricos, la de la cierta fidelidad del consumidor a la grasa vegetal base de la dieta mediterránea, el cambio de hábitos y la posterior reducción del consumo por los precios nunca antes vistos por esa crisis de oferta motivada por la emergencia climática.

El presidente y consejero delegado de Deoleo, Ignacio Silva, prevé que pueda haber una próxima cosecha de entre 1,1 ó 1,2 millones de toneladas, una campaña media condicionada a que haya lluvias en otoño. Espera que se remonte la situación, se recupere el consumo y las exportaciones, al tiempo que intuye una bajada de los precios en el mercado de origen en este mercado tan volátil de los aceites de oliva.

Por su parte, Esteban Momblán, el gerente del grupo Interóleo, no oculta que las primeras sensaciones que tiene son “muy positivas” por cuanto las lluvias de marzo prepararon el campo para un adecuado proceso de floración y cuajado que ha terminado bien. “Aún quedan hitos importantes por delante, como la caída de San Juan, ver si hay precipitaciones en septiembre, la recolección y el rendimiento graso”, subraya. Y reitera: “La situación de la campaña venidera es positiva”, aunque aboga por ser “prudentes, no echar las campanas al vuelo y mantener la calma. Las sensaciones de esta campaña son superiores a las anteriores y pendientes de que se confirmen”. En cualquier caso, descarta una campaña récord, para lo cual tenía que haber llovido el doble de lo que lo ha hecho, “y ojalá volvamos a campañas normales.

El presidente de la SCA San Vicente de Mogón, José Gilabert, tiene claro que la campaña será media porque en su opinión “el campo no está parejo. En general, está bien, pero no habrá una gran cosecha. Queda todo el verano y lo que se alargue. Las lluvias deberían consolidar una cosecha media, y eso reconociendo que es pronto para decir algo más concreto”. Entre tanto, el gerente de la cooperativa Virgen del Perpetuo Socorro de Alcaudete, Jesús López Torres, olfatea los primeros compases de la próxima campaña de esta manera: “La pinta es buena, aunque no de récord. Va a depender mucho de cómo vaya el verano  y de cómo entre el otoño. Eso nos va a dar o nos va a quitar mucho. Pero sí, la próxima campaña será mejor que las anteriores, que fueron una ruina”.

Miguel Soto, el secretario de la IGP Aceite de Jaén, entiende que es pronto para aventurarse con avances de cosecha, pero dice que puede estar sobre el entorno de las 1,2 millones de toneladas gracias a la influencia de la meteorología. “Ahora queda pasar el verano, ver la incidencia de la mosca del olivo y el inicio de la campaña. El olivar se está centrando después del desequilibrio de estos años”. Por otra parte, Pedro Melgarejo, de Aceites Melgarejo de Pegalajar, “siendo optimista”, se inclina por una cosecha media alta de 1.650.000 toneladas en España.

Francisco García, de Aceites Fertínez de Ibros, se moja enteramente. En la provincia de Jaén cifra la estimación de producción entre 550.000 y 600.000 toneladas, casi el triple de esta pasada. En Córdoba prevé un incremento de entre un 10 ó un 15 por ciento respecto a la anterior, mientras que en Sevilla puede ser igual o ligeramente superior a la precedente. “Extremadura y Castilla La Mancha, casi igual que el año pasado, que ya fue buena”, recalca. Por todo ello, augura entre 1,5 y 1,6 millones de toneladas en España, una cifra que vendrá determinada por el rendimiento medio graso, un indicador que en las últimas campañas ha sido el más bajo de la serie histórica.

“Lo emocionante de este año es llegar hasta finales de octubre. Piensa que este año la producción de octubre se multiplicará por dos y la gente va a querer coger los últimos días de precios algo más altos sacrificando rendimiento. Hay que llegara octubre. Portugal entrará a finales de septiembre con sus aceites y empezarán las tensiones. A la gente le urge comprar, pero los grandes van a comprar según vendan, y es lógico. Nadie quiere llegar a septiembre con aceite caro en las bodegas. El problema sería que lloviera en octubre y se retrasase la recolección”, reflexiona

El presidente de la cooperativa San Felipe Apóstol de Baeza. Antonio Quel, no tiene dudas que la próxima será “una buena campaña. La primavera fue generosa y positiva en floración y cuajado del fruto. El hándicap ha sido la falta de lluvias significativas en mayo y en junio, lo que puede influir en los secanos y el verano se les puede hacer muy largo. Y evidentemente no sabemos cómo será el otoño”.

José Francisco Chica, de la marca de AOVE O.LIVE, precisa que la campaña “pinta bien”, por lo que hay ilusión. “Ha llovido en el momento ideal, sin temperaturas altas, buena trama por estar el árbol descansado y afrontamos un verano con humedad en el suelo. Vamos a tener una cosecha buena, no excepcional, porque el olivar venía de una situación de mucho estrés hídrico y tiene que recuperarse”, apostilla.

El presidente de Cooperativas Agro-alimentarias de Jaén, José Manuel Espejo, vislumbra una “situación un poco dispar. En Martos, por ejemplo, hay zonas que están a tope y otras que han fallado en el cuaje”, describe, para asegurar: “Va a haber una cosecha media larga en la provincia de Jaén. Estamos en junio. Se han compensado las zonas que estuvieron más castigadas con otras de mayor cosecha. Habrá que ver los aforos oficiales”.

Román León, el todavía presidente de la cooperativa Oleícola Baeza hasta que el próximo día 27 de junio se celebre la asamblea de renovación, tilda de cosecha media-alta la venidera, y eso en una estimación inicial por cuanto advierte su preocupación por la falta de lluvias de los últimos meses.  Manuel Caravaca, el presidente de la Asociación de Maestros y Operarios de Almazaras (Aemoda), echa mano de los comentarios generales que escucha para hablar de media cosecha al haber sitios con fallos. “Nos podemos ir perfectamente a 1,2 ó 1,4 millones de toneladas”, proclama.

Primitivo Fernández, el director de la Asociación Nacional de Industriales Envasadores y Refinadores de Aceites Comestibles (Anierac), expresa su opinión personal así: “Si no llueve estaremos entre 1,1 ó 1,2 millones de toneladas; si llueve, nos iremos a 1,5”. Por su parte, Joaquín Claramunt, el propietario del AOVE Claramunt de Baeza, manifiesta que la cosecha será “media buena, pero sin exceso, veremos cómo llegamos a octubre. Tenemos agua y eso ya es importante”.

Juan Manuel Martínez, de Aceites Cazorla SCA, solo espera que el sector “podamos cambiar de problemas, que llevamos dos años con los mismos”, aunque reconoce que todavía es pronto para emitir cualquier juicio de valor. Francisco Moreno, el secretario de la DOP Sierra de Segura, se pronuncia de la siguiente manera: “Por lo que percibo y me cuentan la cosecha pinta bien, pero no se ve un cosechón. Hay incidencia elevada del prays en todas las zonas. Estamos contentos porque venimos de donde venimos”, por lo que apela a ser prudentes.

El secretario de la COAG en Jaén, Juan Luis Ávila, cree que ya hay que hablar de una “situación de normalidad”, por lo que cataloga esta cosecha de media-alta en Jaén y de media en España. El hándicap va a estar en los secanos porque no ha llovido desde mediados de abril. Si la otoñada llega temprano va a condicionar la situación de la cosecha”. Emilio Santías, el responsable de Aceitunas Jaén de Ibros, espera y desea que la nueva campaña oleícola “sea buena, tengamos 1,4 ó 1,5 millones de toneladas de toneladas y los precios no bajen por debajo de los 4,5 euros el kilo en origen y que el consumo suba”.

Baltasar Alarcón, el técnico de la DOP Sierra de Cazorla, conmina al sector a ser cauto. “Estamos en plena caída de san Juan. El resultado de este partido es favorable. La fertilidad de la flor ha sido buena y el cuaje también. Las temperaturas no han sido extremas y los olivos han partido con una humedad fundamental en un momento clave por las lluvias de marzo. Pero la suma de litros caídos no ha dado para revertir el déficit hídrico que sigue teniendo el campo”, señala.

Y avisa: “como no enlacemos con más precipitaciones, después del verano vamos a tener dificultades para desarrollar de forma óptima el fruto cuajado que quede después de la formación del hueso en julio, que espero que no sea notable a nivel general, pero con una importante incertidumbre en su desarrollo final para que la lipogénesis sea óptima y los rendimientos grasos también. Hay que ir paso a paso. Ahora lo que toca es la caída fisiológica y hasta mediados de julio no vamos a tener una idea de lo importante que pueda ser”.

Asimimo, Jesús Sutil, el secretaio de la DOP Sierra Mágina, argumenta que “estamos mejor que antes, pero con muchas incertidumbres. El campo está bien, pero no ha llovido últimamente. Vamos a ver cómo queda la cosa y cómo es la evolución”. Mientras, Marino Uceda, reconocido experto mundial en el sector del olivar y de los aceites de oliva, asegura que por lo que ha visto “no está homogénea” la cosecha. Y aunque admite que es pronto para emitir una valoración, se atreve a calificar de media o media-alta la próxima producción de la mejor y más saludable grasa vegetal. “Veremos a ver el verano y, sobre todo, el otoño, fundamentalmente por los rendimientos.

Sin embargo, Moisés Caballero, el secretario de la DOP Estepa de Sevilla, es pesimista respecto a la próxima cosecha en su zona. “Aquí muy mal. Si llegamos como el año pasado nos damos con un canto”. José Vico, experto en olivicultura y en producción de aceites de oliva, considera que “si las cosas van normales, aquellas almazaras que tengan bodega suficiente para almacenar y no tener que vender al fragor de la campaña y además tengan concertada una buena póliza de crédito para hacer frente a los gastos corrientes, tendrán un futuro prometedor”.  No obstante, recuerda que “ya sabemos cómo funcionan las emociones y lo imprevisible que son en un mercado volátil como el nuestro. El ejemplo fue la bajada del precio en Semana Santa sin motivo aparente. Como conclusión: con capacidad para poder regular la producción para poder regular la producción  (bodega) y la comercialización (liquidez) la buena cosecha que se espera se podrá comercializar a los mejores precios”.

El director técnico de la SCA Nuestra Señora de los Remedios de Jimena, Bernardo Moya, cree que la aceituna se ha desarrollado bien y tiene buen tamaño, pero no observa excesivas unidades por tallo por cuanto el olivo creció poco el pasado año. “La campaña puede ser media-alta, aunque el verano puede ser largo, ya que la parte final de la primavera ha sido muy seca por nuestra zona”. Entre tanto, Francisco Aldarias, el gerente de la cooperativa El Alcázar de Baeza, no disimula la satisfacción que le produce el estado en el que se encuentra actualmente el fruto. “Ahora mismo la aceituna está espectacular. Ha cuajado todo”, señala, al tiempo que estima una cosecha media-alta.

Mientras, el secretario de la Unión de Pequeños Agricultores (UPA), en Andalucía, Cristóbal Cano, no oculta que “el campo tiene otra cara” frente a las dos campañas anteriores. “Venimos de dos años complicados”, sintetiza, antes de urgir a ser cautos y prudentes. Recuerda que las lluvias de marzo paliaron la negativa situación que arrastraba el olivar y puntualiza que desde entonces ha llovido poco. “Nos queda el verano y ver la otoñada. La floración se ha desarrollado de forma muy correcta, con un nivel de humedad distinto, sin golpes de calor y temperaturas buenas”, lo que lleva a creer en “buenas perspectivas”. Y agrega: “S todo marcha bien superaremos el millón de toneladas con seguridad. La otoñada determinará en qué cifras nos vamos a mover. Podemos estar hablando de una cosecha media (1.350.000 toneladas de aceites de oliva)”. No quiere decir que estemos así. Todo dependerá del otoño”. Pero sí tiene claro que no será una cosecha récord ni una gran cosecha.

El director de la Asociación Española de la Industria y Comercio Exportador de Aceites de Oliva (Asoliva), Rafael Pico, entiende que las lluvias de marzo han consolidado el olivo, por lo que entiende que puede haber una producción de 1,4 millones de toneladas de aceites de oliva, “mejor que estos dos últimas campañas de penalidades, por lo que vamos a tener mayor aceite disponible, aunque habrá que ver cómo evoluciona el mercado”, sostiene, antes de reconocer que la recuperación de los mercados “va a tardar porque la repercusión de los precios no se hace de la noche a la mañana”, al tiempo que muestra su preocupación por las variaciones de precios.

El director de la Asociación Española de Municipios del Olivo (AEMO), José María Penco, precisa que “de momento cuelga de los árboles una cosecha media”, aunque cree que habrá que tener en cuenta “cómo de duro sea el verano y cuánta agua caiga en otoño”. Entre tanto, Francisco Vañó, el director general de Castillo de Canena, etiqueta esta cosecha de media-alta en Jaén. “Las expectativas son buenas, aunque faltan por llegar los meses críticos del verano. El retallo de la pasada primavera no creció demasiado por la sequía y por las altas temperaturas. Ha habido buena fructificación, pero tampoco extraordinaria”, objeta.

Juan Antonio Tello, de Laboratorio Tello, se suma a la opinión mayoritaria que a priori se ubica en la franja de los 1,4 ó 1,5 millones de toneladas de aceites de oliva de producción en el conjunto de España, con un +/-0,2 que dependerá del arranque del otoño, de la maduración y, por lo tanto, del rendimiento. Lucía Serrano, la presidenta de Infaoliva, asevera que la campaña se presenta bien, con una expectativas de cosecha media-alta gracias al buen comportamiento de las temperaturas, aunque tiene en cuenta que falta “un poco más de agua, que esperemos que caiga en septiembre. Confiemos por fin en volver a la normalidad después de dos años”.

Joaquín Morilllo, del Grupo Oleícola Jaén, recoge el sentir mayorítario de los olivareros de la comarca jiennense de La Loma, que opinan que “el campo está muy bueno”, en contraposición con la mala cosecha del pasado año. Puntualiza, no obstante, que el retallo no ha sido todo lo largo que hubiera sido deseable y la aceituna está en tramo corto por la sequía. Este año va a ser bastante positivo a nivel agronómico, además tenemos garantizado el riego. Y el mercado está sujetándose muy bien por parte de la demanda. Están saliendo a picotear y a comprar muy sigilosamente. Hay tiempo para que haya tensión, pero no creo que se vaya a disparar muchísimo el precio, pero sí que los vírgenes extras pueden llegar hasta los nueve euros y el lampante creo que puede llegar a los ocho euros en julio y agosto porque habrá muy pocas existencias; pero, esa subida durará un cuarto de hora, luego ya estamos oyendo algunas voces que se están cerrando algunos precios en octubre y en noviembre en torno a los seis euros, diciembre sobre los cinco, pero entendemos que no deben caer mucho los precios y luego habrá que ver las existencias finales. Es aún pronto para sacar conjeturas, pero el horizonte parece que está claro, habrá tensiones de aquí hasta que empiece la campaña, y una vez que empiece habrá que gestionarla”

Finalmente, Cristóbal Gallego, el presidente de Jaencoop, no quiere pronunciarse de momento hasta tanto sus técnicos no realicen una estimación a pie de campo de cada una de las zonas olivareras, un trabajo que tendrán concluido en el próximo mes de julio. “De momento no me hago una idea, llovió en marzo, y desde entonces no ha llovido apenas. Así que estoy esperando a las estimaciones que nos hagan los técnicos de las distintas zonas productoras”, avanza.

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