
El ministro de Agricultura, Pesca y Alimentación, Luis Planas, ha subrayado hoy que la futura Política Agraria Común (PAC) post 2027, cuyas primeras propuestas para el debate presentará la Comisión Europea en el segundo semestre de este año, “debe estar bien financiada, con fondos suficientes, tener personalidad propia” y dotada de los instrumentos necesarios para hacer frente a los retos a los que se enfrenta la producción agroalimentaria en el continente.
Planas ha participado hoy en Bruselas en la conferencia sobre el futuro de la agricultura y la alimentación organizada por la Comisión Europea, en un momento que ha considerado clave, en vísperas de la discusión sobre las nuevas perspectivas financieras de la Unión Europea (UE). El ministro ha reiterado el apoyo al documento Visión para la agricultura y la alimentación, presentado recientemente por la Comisión, del que ha destacado que es muy completo y tiene el mérito de anticipar muchos de los retos de futuro del sector.
Entre estos retos, el ministro ha destacado los de compatibilizar la rentabilidad de la actividad agraria con la sostenibilidad, el relevo generacional vinculado a la innovación, y la autorización de productos sustitutivos en el ámbito fitosanitario para responder a los nuevos problemas de plagas y enfermedades que están vinculados al cambio climático.
Luis Planas ha intervenido en la sesión interactiva “mejorar la resiliencia a futuros riesgos y crisis: ¿cómo podemos mejorar la gestión de riesgos?”, donde ha expuesto la “amplia experiencia” de España en el afrontamiento de riesgos y crisis. El sector agrario español está muy expuesto a las adversidades por cuestiones climáticas -sequías recurrentes, lluvias torrenciales, olas de calor-, por ser frontera ante plagas y enfermedades, y por la diversidad de las producciones y su fuerte vocación exportadora, que ocasionan episodios de crisis de mercados.
El ministro ha defendido la necesidad de revisar y actualizar el fondo de reserva de crisis de la UE para que pueda cumplir con garantías su función como instrumento de estabilización y apoyo al sector agrario. En este sentido ha señalado que algunos de los precios de referencia que se utilizan son de hace 30 años.
SEGUROS AGRARIOS EN ESPAÑA, REFERENTE INTERNACIONAL
Entre los instrumentos para hacer frente a estos riesgos, el ministro ha destacado por encima de todos los seguros agrarios, un sistema público-privado creado hace 45 años que es la mejor protección de las producciones de las que disponen los agricultores y ganaderos, y que se ha convertido en referente para otros países.
La subvención del Gobierno a la contratación de pólizas de seguro se eleva este año a 315 millones de euros, casi un 11 % más que en 2024 y con un incremento acumulado del 50 % desde 2020. Con las aportaciones de las comunidades autónomas, la ayuda pública a la contratación de seguros en España asciende a unos 500 millones anuales, casi la mitad del coste de las primas. Las aseguradoras privadas están organizadas en un consorcio, Agroseguros, que ofrece las coberturas.
El ministro ha señalado que en determinados ejercicios de alta siniestralidad puede darse el caso de la necesidad de disponer de fondos adicionales externos al sistema de seguros para cubrir una parte de las indemnizaciones sin que éstas repercutan en el coste de las pólizas.
Por ello, ha abogado por la creación de un sistema de reaseguro en la Unión con la participación del Banco Europeo de Inversiones, que permita afrontar situaciones como las vividas en el año 2023 en España, cuando las indemnizaciones por adversidades climáticas alcanzaron el récord histórico de 1.400 millones de euros que hubieran puesto en riesgo la estabilidad del sistema si no existiera un fuerte apoyo público.
Un segundo instrumento destacado por el ministro como factor que da estabilidad a las producciones, al margen de las alteraciones climáticas, y resulta fundamental para la seguridad alimentaria es el regadío sostenible. En España, el regadío supone el 22 % del total de la superficie cultivada, pero en ella se obtiene el 71 % del valor total de la producción vegetal. Por ello, el Gobierno está inmerso en el más ambicioso proceso de modernización de regadíos acometido nunca, con más de 2.500 millones de inversión hasta 2027 que permitirán un uso más eficiente del agua y una reducción del consumo de energía.
Otras herramientas indispensables para hacer frente a los riesgos y contribuir a un sector agrario más sostenible y eficiente son la innovación, la tecnología y el conocimiento. El ministro ha recordado que ayer se publicó la nueva convocatoria de ayudas para proyectos de innovación realizados por grupos operativos de carácter supraautonómicos por un valor de 46,5 millones de euros, el presupuesto más alto en la historia de esta línea de apoyos.
Además, ha señalado las inversiones en agricultura y ganadería de precisión y ha reiterado una vez más la importancia de las nuevas técnicas genómicas para lograr variedades de cultivo más adaptadas a los riesgos climáticos o fitosanitarios, y ha confiado en que a lo largo de este año se pueda aprobar el reglamento europeo al respecto.