
El secretario general de la UPA en Andalucía, Jesús Cózar Pérez, reconoce que el año que termina ha tenido sus luces y sus sombras, destaca las movilizaciones protagonizadas en contra de los recortes previstos en la futura PAC y expone los retos de futuro a los que nos tendremos que enfrentar en 2026, principalmente la obtención de precios en origen justos y rentables para los productores, el relevo generacional y la falta de mano de obra.
2025 ha sido un año en el que la agricultura ha aguantado, la ganadería ha sufrido y el comercio exterior nos ha golpeado con dureza. Así resume el secretario general de UPA Andalucía, Jesús Cózar Pérez, un año que, lejos de aportar tranquilidad al sector primario, ha vuelto a poner a prueba la resistencia del campo andaluz. 2025 ha sido un año en el que las lluvias registradas en determinados momentos han permitido cierto respiro, pero en absoluto han terminado con una sequía prolongada que sigue condicionando la planificación; con olas de calor reiteradas y tempranas que han tensionado los cultivos de secano y los pastos, y con una incertidumbre permanente que obliga a los agricultores a producir en un contexto cada vez más hostil.
A pesar de ello, la agricultura andaluza ha demostrado, una vez más, su capacidad de adaptación y resistencia, sosteniendo producciones clave y manteniendo vivo el medio rural. En este sentido, hay que destacar una campaña de riego normal después de varios años con restricciones, si bien UPA Andalucía demanda un cambio en la gobernanza de los órganos administrativos de gestión para lograr una mayor participación y para que todos los intereses queden defendidos. Además, entendemos necesaria la revisión de las concesiones; las mismas dotaciones para los mismos cultivos, independientemente del marco de plantación; la tarificación volumétrica, y un reparto del agua modulado con criterios sociales, salvaguardando los derechos fundamentales de los sectores vulnerables, y de manera significativa la supervivencia de la agricultura familiar, social y profesional.
En cambio, la ganadería ha vivido un año marcado por episodios sanitarios de enorme gravedad que han supuesto restricciones, costes adicionales, pérdidas productivas y una presión anímica y económica insoportable para muchas explotaciones. Lengua azul y gripe aviar han configurado un escenario sanitario extremadamente complejo, que ha puesto de manifiesto no solo la vulnerabilidad del sector, sino también la necesidad urgente de reforzar la sanidad animal como pilar estratégico del sistema agrario. Todo ello, en paralelo, con una climatología adversa para el pastoreo y la alimentación animal, que ha encarecido aún más los costes y ha comprometido la viabilidad de muchas explotaciones familiares.
En el plano internacional, el secretario general de UPA Andalucía, Jesús Cózar Pérez, hace referencia a un “escenario de comercio exterior hostil” para nuestras producciones. “La UE ha mostrado una preocupante sumisión política ante Estados Unidos, priorizando las exigencias de mayor inversión en defensa frente a la protección de sectores estratégicos como el agrario. Los aranceles impuestos por Trump golpean directamente a productos agroalimentarios andaluces, afectando de lleno a nuestras exportaciones y restando competitividad a un sector que pugna limpiamente bajo normas estrictas. A ello se suma la amenaza permanente del acuerdo UE-Mercosur, que puede abrir nuestro mercado a producciones que no siempre cumplen los mismos estándares que nos exigen a nosotros”. Y todo esto ocurre en un contexto de incertidumbre sobre el futuro de la PAC, con “una propuesta encima de la mesa con recortes de hasta un 22% en el presupuesto, que no nos gusta en absoluto y que rechazamos con rotundidad”, ha explicado Cózar Pérez. Tanto es así, que el secretario general de UPA Andalucía ha recordado la “histórica manifestación” del pasado 18 de diciembre en Bruselas, convocada por las principales organizaciones agrarias, con una participación destacada por nuestra parte.
“Hicimos llegar la voz del campo a las instituciones comunitarias. Entre nuestras reivindicaciones principales se encuentran la necesidad de una PAC fuerte, con presupuesto propio y suficiente, que garantice la sostenibilidad económica de las explotaciones familiares, y la oposición a recortes que pondrían en peligro la producción y el empleo en el medio rural. Además, rechazamos el acuerdo comercial UE-Mercosur tal y como está planteado. Aunque en algunos sectores, como el aceite de oliva o el vino, sería positivo, en líneas generales va a traer más competencia desleal y perjuicios a nuestros productos porque no tenemos medidas de reciprocidad claras y exigentes”, ha advertido Jesús Cózar Pérez.
Un año 2025 que concluye, también, con la renovación interna de nuestra organización, toda vez que Jesús Cózar ha sustituido a Cristóbal Cano al frente de UPA Andalucía después de que éste fuera elegido secretario general federal. También se han producido cambios en la Secretaría General de provincias como Córdoba (Francisco Moreno en sustitución de Miguel Cobos), Granada (Nicolás Chica Escanes por Nicolás Chica), y Jaén (el mismo cambio de Andalucía). En cuanto a los retos de futuro, el secretario general regional destaca que UPA seguirá trabajando por conseguir precios justos, incrementar el relevo generacional y solucionar la falta de mano de obra. “Debemos garantizar la rentabilidad de nuestras explotaciones hacerles atractiva la actividad agraria a los jóvenes. Tenemos muy claro que sin agricultores y ganaderos no hay medio rural ni soberanía alimentaria. Por eso nuestra organización afrontará 2026 muy comprometida con la defensa de los intereses de los pequeños y medianos agricultores y ganaderos”, ha concluido Jesús Cózar Pérez.




