“Un Plan Hidrológico del Guadalquivir teóricamente muy centrado en el objetivo ambiental pero que ignora por completo el aspecto social del agua, que debe servir para vertebrar el territorio a través de la generación de riqueza y empleo en el medio rural y no para permitir la expansión de nuevas hectáreas de cultivos con mayores dotaciones de riego a las actuales, como es el caso del olivar en superintensivo que pasaría de los actuales 2.500 metros cúbicos por hectárea y año a una nueva dotación de 3.500 que recoge el nuevo Plan verde”, señala la UPA en Andalucía en un comunicado.

El borrador del Plan en sus más de 4.000 folios “se viste de verde” repitiendo en numerosas ocasiones que esta encaminado al cumplimiento de objetivos ambientales, cumplimiento de la Directiva Marco del Agua, frenar el cambio climático, etc, pero obvia en todo su texto cualquier referencia a los componentes sociales y vertebradores del territorio que el Plan y el uso y distribución del agua puede y debería considerar, asegura la organización agraria.

El secretario General de UPA Andalucía, Cristóbal Cano, indica que “las alegaciones que hoy presentamos suponen una enmienda a la totalidad del borrador de Plan Hidrológico del Guadalquivir 2022-2027 que propone el organismo de cuenca. Si se llega a aprobar este Plan en los términos en los que lo hace, le pediremos al Gobierno de España que aproveche ese mismo Consejo de Ministros para cambiar el nombre del Ministerio de Transición Ecológica y Reto Demográfico por el de Ministerio de Traición Ecológica y Exterminio Demográfico”. “Esta propuesta de Plan Hidrológico es un traje a medida de los grandes terratenientes y “aguatenientes” del bajo Guadalquivir que llevan campando a sus anchas toda su vida por la Confederación creyendo que se trata de otro de sus cortijos y ante eso no permaneceremos impasibles”, asegura el máximo responsable de la UPA en Andalucía.

UPA Andalucía ha presentado alegaciones al documento en las que exige la regularización de regadíos históricos en precario; la limitación de ampliaciones de cultivos y la adecuación de las concesiones para garantizar el ahorro, además de reclamar planes de modernización de cultivos y la construcción de nuevas infraestructuras. Medidas todas ellas que no están recogidas en el texto que se encuentra en información pública.

UPA Andalucía entiende que es fundamental y prioritario conseguir con este Plan la mejor satisfacción de las demandas de agua y equilibrar el desarrollo regional y sectorial para no perpetuar las desigualdades entre regantes, incrementando las disponibilidades del recurso, protegiendo su calidad, economizándolo y racionalizando su uso. Una de las intenciones del Plan, tal y como recoge el documento, es abrir las puertas al cambio de cultivo por parte de los agricultores con el objetivo del ahorro del agua. En la práctica, esta medida permitirá sustituir cultivos como el algodón, con mayores necesidades hídricas, por otros superintensivos de olivar, almendro o pistacho, agraviando las desigualdades existentes entre los regantes de la cuenca y favoreciendo la expansión de formas de cultivo superintensivas que además de esquilmar los recursos naturales suponen una amenaza para la sostenibilidad económica y social de los cultivos tradicionales y que va en detrimento del mantenimiento de la población en zonas rurales, subraya la UPA en Andalucía.

“Desde UPA Andalucía vemos con mucha preocupación la negativa de poner una sola hectárea más de riego en toda la cuenca, con la salvedad de utilizar los 20 hectómetros cúbicos previstos de aguas regeneradas (cantidad que entendemos debe ser superior porque esas aguas se pueden aprovechar al 100% para regadío), pero en cambio se abra de par en par la posibilidad de ampliar, por ejemplo, el cultivo del olivar superintensivo en el bajo Guadalquivir”, precisa. Así el secretario general de la UPA en Andalucía, Cristóbal Cano, asegura que “bajo un teórico argumento de ahorro de recursos se le pone una alfombra roja a la expansión del olivar superintensivo en el bajo Guadalquivir abriendo la posibilidad de expansión de miles de nuevas hectáreas a costa de un recurso público como es el agua frente a su reparto a lo largo de toda la cuenca. Sólo podrán acogerse a esas grandes expansiones de hectáreas regables los que hoy tienen inmensas dotaciones de agua que coinciden con los grandes terratenientes y “aguatenientes” del Bajo Guadalquivir frente a los regantes de las zonas de cabecera de Cuenca que llevan en precario décadas y décadas en materia de regadío y donde no es susceptible ninguna ampliación de hectáreas regables por esa vía del “supuesto ahorro” ya que los sucesivos incumplimientos de planes hidrológicos anteriores han fijado un desequilibrio en el reparto de recursos que además con el nuevo Plan se quiere, no solo mantener, sino aumentar”.

Otra de las cuestiones fundamentales para UPA Andalucía con estas alegaciones es que se regularice, de forma inmediata y definitiva, los regadíos históricos que se encuentran en precario. “De ahí que sigamos manifestando que se debe culminar la regularización del Guadajoz, ya que estos derechos anuales han sido consolidados por el paso del tiempo y han necesitado de un gran esfuerzo inversor por parte de los beneficiarios; se debe terminar el proceso de ordenación de los regadíos y los recursos subterráneos del acuífero de La Loma de Úbeda, que se encuentra abierto desde 2007; se tiene que culminar el procedimiento de las 8.500 hectáreas de olivar de Jaén, que lleva en tramitación desde el 12 de diciembre de 2007; y se tiene que ejecutar al completo la segunda fase de la zona regable Genil-Cabra.

Otro de los aspectos preocupantes para UPA Andalucía es la falta de infraestructuras nuevas. “La Confederación Hidrográfica del Guadalquivir debe ser consciente de la necesidad de esas nuevas infraestructuras que hoy más que nunca son imprescindibles debido, entre otros aspectos, a los efectos del cambio climático que han traído un cambio en el régimen de precipitaciones, ya no llueve como antes, las precipitaciones cada vez más son de una forma más torrencial y puntuales en el tiempo con lo cual necesitamos de esas nuevas infraestructuras que doten de recursos a la cuenca para tenerlos disponibles y además sirvan para evitar daños ambientales de envergadura. Siendo conscientes de la dificultad de encontrar en la cuenca nuevas cerradas para construir embalses, consideramos que en algunos sitios puntuales sí podrían plantearse soluciones alternativas. Así, planteamos la construcción de la Presa de San Calixto , en el cauce del río Genil; la construcción del embalse de la Cerrada de la Puerta en Jaén; el recrecimiento del embalse del Agrio, en la provincia de Sevilla; la culminación del bombeo y llenado de la Breña II desde el Guadalquivir, aprovechando las aguas invernales; la explotación del embalse de la presa de Víboras; y la puesta en marcha de la Balsa del Cadimo con la ejecución de una segunda fase para construir las infraestructuras necesarias para la distribución del agua en el regadío. Igualmente, reclamamos que se cumpla en su totalidad las obras y mejoras que se establezcan en el Plan”.

Además, apuntan desde la organización agraria, “entendemos necesaria la aprobación de un plan de modernización del arroz, que permita el ahorro del recurso hídrico y del que se beneficiarían notablemente los agricultores; así como acometer la revisión de las concesiones de riego adecuando las dotaciones a la técnica actual de los cultivos. Igualmente, consideramos fundamental la modificación del régimen tarifario para que se facture el canon según los consumos reales de los regantes y no por superficie”.

El secretario general de la UPA en Andalucía, Cristóbal Cano, concluye que “bajo un supuesto interés ambiental, que es una mentira por todas las cuestiones que hemos expuesto, se está enmascarando una reconversión agrícola que sólo beneficiará a unos determinados territorios y modelos de explotación en detrimento de la agricultura familiar profesional basada en formas de cultivo tradicionales y verdaderamente sostenibles que son las que mantienen aún hoy el medio rural con vida. Por lo tanto, tenemos la obligación de parar este verdadero despropósito y para ello presentamos las alegaciones en tiempo y forma para que sean tenidas en cuenta y se corrija este Plan, si no es así lo pelearemos en las calles”.

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