Los seis primeros meses de campaña de aceites de oliva se han cerrado con 790.000 toneladas vendidas, lo que representa un incremento del 2,5% con respecto a la media de los últimos cuatro años. “Una cifra que hay que poner en valor por el contexto mundial complicado que atravesamos. Las salidas de aceite de oliva transcurren en paralelo a las conseguidas la campaña pasada, que fueron las más altas de la historia, por lo que encaramos una nueva campaña de récord en un momento difícil por la guerra a las puertas de Europa, la elevada inflación y el incremento de los precios de todos los productos. Y a pesar de esas dificultades, a las que tuvimos que añadir el paro del transporte, el mes de marzo se ha cerrado con un incremento de las salidas hasta las 155.000 toneladas, lo que demuestra que el aceite de oliva goza de un gran prestigio entre los consumidores. También es positiva la estabilización de los precios en origen por encima de los costes de producción y, por consiguiente, dentro de la rentabilidad del olivar tradicional”, asegura en un comunicado UPA-Andalucía.

Para el responsable de la Sectorial de Olivar y Aceite de UPA y secretario general de UPA Andalucía, Cristóbal Cano, el informe de marzo destaca que “a pesar del paro en el transporte, a pesar del aumento del IPC, a pesar de una inflación elevada, a pesar de la invasión de Ucrania por parte de Rusia, noticias todas ellas que no son buenas para los mercados ni para los consumidores, la comercialización de aceite de oliva goza de buena salud. La campaña transcurre en paralelo a la pasada campaña, lo que nos lleva a encarar un nuevo récord de ventas con un contexto mundial muy complicado. La pandemia en 2021 supuso, incluso, un refuerzo del consumo del aceite de oliva que este año, con una guerra a las puertas de Europa, se está manteniendo más o menos en los mismos niveles. Esto demuestra que el consumo no se resiente con los precios ya estabilizados por encima de los costes de producción en el olivar tradicional”, explica Cristóbal Cano.

Además, el informe hecho público por la AICA deja también claro que, prácticamente ya concluida la campaña de recolección, hemos superado todas las previsiones al tener una producción acumulada de 1.475.000 toneladas, de las que Andalucía alcanza el 1.141.329 toneladas.

Este dato de la comercialización en los primeros seis meses de campaña es importante, sobre todo si tenemos en cuenta que en 2022 no ha parado de aumentar. Y es que en diciembre de 2021 se vendieron 113.000 toneladas, mientras que en enero de 2022 salieron 126.000 y en febrero fueron 140.000. En marzo han sido 155.000 toneladas, una cantidad superior en medio de un contexto de dificultad económica por la inflación y el paro del transporte, lo que demuestra que “todo el aceite de oliva que se produce se vende. A más aceite, más ventas y, encima, con unos precios estabilizados superiores a los tres euros por kilo”, recuerda Cristóbal Cano.

El secretario general de UPA Andalucía hace hincapié en este aspecto: “Las ventas, y sobre todo las exportaciones, marchan bien. Así lo reflejan los datos, y eso puede dar mayor confianza al sector olivarero de que podemos ser capaces de marcar el futuro de los precios en origen para mantenerlos estables por encima de los costes de producción en el olivar tradicional”, concreta Cristóbal Cano.

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