El secretario ejecutivo de UPA Andalucía, Elio Sánchez, y la responsable jurídica de la organización, Pilar Prieto, han asistido a la primera reunión de la Comisión de Desembalse de la Confederación Hidrográfica del Guadalquivir, donde muestra su preocupación por los recortes previstos ante la falta de lluvia y piden que se tengan en cuenta criterios sociales y de supervivencia de los cultivos para un mejor reparto del agua en la próxima campaña de regadío.

“Conscientes de la crítica situación de la cuenca, UPA Andalucía no puede más que mostrar nuestra enorme preocupación ante las previsiones para el riego planteadas en la primera Comisión de Desembalse que celebra en 2024 la Confederación Hidrográfica del Guadalquivir. Una reunión en la que el organismo de cuenca ha previsto varios escenarios dependiendo de la lluvia que caiga en los próximos meses y donde no se han asignado dotaciones definitivas. Hemos salido preocupados, aunque algo más optimistas de lo que entramos, porque la previsión es menos desfavorable de las previsiones iniciales”, afirma el secretario ejecutivo de la UPA en Andalucía, Elio Sánchez, quien ha participado en la Comisión de Desembalse junto a la responsable jurídica de la Organización, Pilar Prieto.

Una Comisión de Desembalse que no sólo ha constatado la falta de agua en nuestros embalses, a pesar de las últimas lluvias registradas, ya que nos encontramos 60 hectómetros cúbicos por debajo de la situación el año pasado por estas fechas, aunque se plantea unas posibilidades de tener una campaña de riego aceptable siempre y cuando en los próximos meses tengamos unas precipitaciones normales. “La Confederación ha previsto varios escenarios posibles. En una pluviometría que se encuentra en la media de los últimos años, las aportaciones a los embalses están por debajo del año pasado. Sobre esta base, la CHG prevé que, si tenemos un periodo de lluvias igual de malo que en 2023, hablaremos de unos desembalses de 370 hectómetros cúbicos, con dotaciones idénticas a las del año pasado de entre 400 y 700 metros cúbicos por hectárea. Si tenemos un escenario de lluvias normal, sí se podrían ampliar los desembalses hasta los 700 hectómetros cúbicos y unas dotaciones máximas de entre 1.500 a 2.000 metros cúbicos por hectárea, que se reducirían en proporción a lo asignado en 2023”, explica Elio Sánchez.

Por ese motivo, UPA Andalucía muestra su preocupación por la situación de sequía, aunque confía en que se vuelvan a producir episodios de lluvia importantes en los próximos meses. Eso sí, solicita a la Confederación Hidrográfica del Guadalquivir que cuando llegue la campaña de riego, a partir del 1 de mayo, se tengan en cuenta criterios sociales y de supervivencia de los cultivos a la hora de repartir el agua. “Ahora mismo estamos hablando de previsiones, pero ya está claro que no son demasiado favorables. Habrá cultivos, como el año pasado, caso del algodón o el arroz, que no podrán plantarse porque las dotaciones de riego los harán inviables. Por eso, si estos escenarios se confirman, pedimos que el reparto no solo sea proporcional entre los territorios que conformamos la cuenca, sino que se atiendan otras cuestiones de índole social y para garantizar aquellos cultivos que puedan sacar adelante las cosechas”, concluye Elio Sánchez.

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