La meteorología del final de la primavera y de lo que llevamos de verano ha conformado un panorama de enorme gravedad para las actividades de producción de alimentos en la mayor parte del país. Tras participar en el grupo de trabajo de la Mesa de la Sequía, la Unión de Pequeños Agricultores y Ganaderos (UPA) ha reclamado la puesta en marcha de una política integral de protección de la agricultura y la ganadería frente a las adversidades climatológicas, que como demuestran los datos y la experiencia, son cada vez más graves.
En la reunión se ha puesto de manifiesto que las escasas precipitaciones del invierno, la primavera y el verano, sumado a las olas de calor que se han sucedido desde mayo hasta agosto, han situado a la mayor parte del territorio nacional en una situación de gravísima sequía, con especial incidencia en las zonas sur y centro del país.
La sequía y el calor han afectado a cultivos como los cereales, el olivar, el viñedo, las frutas y hortalizas y a todos los sectores ganaderos en extensivo o semi-extensivo, que han visto disparados sus costes ante la ausencia de pastos. Una situación, la de los pastos, que se ha visto agravada por otro de los dramas de este verano: los incendios forestales, sobre los que UPA ha pedido que no se impida pastar al ganado en parcelas afectadas por el fuego.
Propuestas de UPA
UPA ha reclamado en la reunión que se pongan en marcha “políticas valientes, con medidas a corto, medio y largo plazo”, con un objetivo fundamental: que los agricultores y ganaderos españoles puedan seguir produciendo alimentos para alimentar a la población. Para ello, es “imprescindible” invertir en modernizar las infraestructuras hídricas existentes y en crear otras nuevas que nos hagan más resistentes a fenómenos meteorológicos extremos como las lluvias torrenciales que, previsiblemente, podrían llegar en las próximas debido a la gran cantidad de calor acumulado en el Mediterráneo. Para esas inversiones, UPA cree que se debe contar con los fondos Next Generation de la Unión Europea.
Otra de las propuestas de UPA se centra en rebajar el precio del agua desalada, un recurso que cobra cada día más importancia, pero cuyos costes deben ser “asumibles” para los agricultores. Para garantizar el acceso al agua es necesario abaratar el acceso a la energía necesaria para bombear y hacer llegar dicho recurso a los cultivos, afirman. Para ello debe tenerse en cuenta lo que UPA denomina la “excepcionalidad agraria”: “Somos un sector especial, con consumos energéticos con picos y valles, y la tarificación debe adaptarse a esa realidad. Exigimos que se ponga en marcha ya la doble tarificación”, remarcan.
UPA ha propuesto articular medidas de apoyo presupuestario y de carácter fiscal, además de las que ya se han puesto en marcha, como la reducción de los módulos del IRPF, con especial atención a las explotaciones de carácter familiar, “las que más apoyo necesitan y merecen”, aseguran.
La organización opina que es preciso estudiar la reducción del IVA de los insumos de los productos que necesita la agricultura y ganadería, especialmente los energéticos (gasoil, electricidad…) y de los fertilizantes. También el apoyo a la contratación de seguros agrarios debe reforzarse, en especial por parte de las Comunidades Autónomas.
Regadíos sostenibles y eficientes
UPA ha defendido lo que a su juicio es una realidad: los regadíos españoles son sostenibles y ejemplares en el uso eficiente del agua. “Hay que seguir investigando e invirtiendo en tecnología punta aplicada al riego. Está en juego el suministro de alimentos para toda la población”. Finalmente la organización ha elevado la voz demandando medidas eficaces de lucha y adaptación contra el cambio climático que tengan en cuenta la vulnerabilidad del sector.
La organización ha solicitado que a esta reunión de carácter técnico, donde se han evaluado los efectos y consecuencias de los diferentes eventos climáticos que nos están aconteciendo, le siga otra de carácter político donde se analicen medidas concretas que acompañen al plan de choque que se aprobó el pasado marzo.