Cuatro miembros de la Cátedra Caja Rural de Jaén publican un artículo en una revista de divulgación científica en el que exponen que“Nutri-Score no es la mejor solución para que comamos bien”

Cuatro miembros (Carla Marano Marcolini, Esther López Zafra, Francisco José Torres Ruiz y Manuel Parras Rosa) de la Cátedra Caja Rural de Jaén José Luis García-Lomas Hernández de Economía, Comercialización y Cooperativismo Oleícola de la Universidad de Jaén han publicado un artículo en la revista de divulgación científica The Conversation en el que exponen que el sistema “Nutri-Score no es la mejor solución para que comamos bien”. Reproducimos a continuación el artículo en su integridad:

La mejora de las condiciones nutricionales de la población supone uno de los grandes retos del siglo XXI. Así lo recoge el objetivo 2 del milenio, que destaca la importancia de una alimentación “sana, nutritiva y suficiente”. Pero, ¿qué se entiende por una alimentación sana y nutritiva? ¿Cómo ayudar al consumidor a reconocer qué alimentos poseen estas cualidades?

Una de las iniciativas más valoradas en este sentido es la de introducir el etiquetado nutricional como herramienta para ofrecer al consumidor una información alimentaria clara, concisa y veraz que oriente su decisión de compra y consumo.

Aunque la Comisión Europea no ha llegado aún a decidirse oficialmente por ningún sistema en concreto, en la práctica, uno de los que más se está imponiendo en Europa es el Nutri-Score. Este sistema, desarrollado en Francia, utiliza una gradación de colores y letras para representar mayor o menor calidad nutricional en el alimento. Desde el color verde oscuro (letra A) para los alimentos más saludables hasta el color rojo (letra E) para los menos saludables. El color amarillo (letra C) ocupa el lugar central.

Se trata de una opción que, a simple vista, resulta muy intuitiva y fácil de utilizar e interpretar por parte de los consumidores. Sin embargo, existen evidencias de que el sistema Nutri-Score podría no ser el mejor.

Un algoritmo que omite “nutrientes beneficiosos”

El algoritmo en el que se basa Nutri-Score asigna puntos en función de la composición nutricional por 100 gramos o 100 mililitros de producto y tiene en cuenta el contenido de elementos menos saludables (calorías, azúcar, grasas saturadas y sal) y más favorables (fibra, proteínas y el porcentaje de frutas, verduras, legumbres, frutos secos y frutas oleaginosas). Hasta ahí, todo correcto. Sin embargo, la fórmula omite “nutrientes beneficiosos” dentro de la dieta global, como vitaminas, minerales o ácidos grasos esenciales, entre otros.

En otras palabras, el algoritmo empleado simplifica demasiado. La consecuencia inmediata es que no clasifica correctamente a productos altamente saludables, como es el caso de los aceites de oliva vírgenes (AOV). En un primer momento, los resultados de la clasificación le otorgaban a los AOV una letra D (naranja). Tras muchas críticas, se modificó el algoritmo obteniendo finalmente una letra C (amarillo).

Pero sigue siendo insuficiente. Con esa clasificación los aceites de oliva vírgenes (AOV y Aceite de Oliva Virgen Extra-AOVE) se equiparan a los aceites de semillas refinados, puntuando todos con una letra C. Esto desvaloriza enormemente a los vírgenes, que son puro zumo de aceitunas y cuyas propiedades nutricionales son mundialmente reconocidas.

Además, su equiparación con el propio aceite de oliva común, también refinado, a igualdad de puntuaciones o valor nutricional, hará que el consumidor se decante por el aceite más barato. Olvida NutriScore que una misma categoría de producto puede contar con diversas calidades, como pasa con el aceite de oliva. Y esto merece una adecuada clasificación porque de lo contrario confundiríamos al consumidor.

Excluir el aceite de oliva

Recientemente, el Ministerio de Consumo anunciaba que los aceites de oliva van a ser excluidos del sistema Nutri-Score. Incluso se está, además, trabajando para que esta medida se extienda al resto de países.

A priori, es mejor que los aceites de oliva queden excluidos a que aparezcan en color amarillo (letra C). No obstante, ¿es esta medida suficiente? Puede ocurrir que al eliminar el AOV del sistema se dé una imagen de que “tienen algo que esconder”, generando más confusión aún. Además, ¿qué ocurre si, finalmente, en otros países el AOV sigue estando dentro del sistema y puntuando con una letra C? Las exportaciones se verían seriamente perjudicadas. ¿No sería más efectivo luchar por conseguir una clasificación superior, la que efectivamente les corresponden (letra A), en lugar de esconderlos?

Para colmo, hay otros ejemplos, entre ellos el jamón de bellota, que demuestran que el sistema Nutri-Score tiene serias debilidades que le restan valor. Algunos países, como Italia, han rechazado su implantación y han desarrollado su propio sistema nutricional (NutrInform Battery), precisamente alegando que el sistema Nutri-Score es contrario a los principios de la Dieta Mediterránea.

Sistemas de advertencia como alternativa

En definitiva, es necesario contar con sistemas de etiquetado nutricional para que el consumidor comprenda mejor la información de la etiqueta. Sin embargo, no debemos precipitarnos y decantarnos por uno de ellos sin disponer de estudios exhaustivos y rigurosos que prioricen el bien del consumidor.

En este sentido, son muchos los profesionales que han defendido los sistemas de advertencia, como el empleado en Chile, un etiquetado obligatorio para aquellos productos que tienen cantidades excesivas de ingredientes perjudiciales para la salud, como azúcar, sal o grasas saturadas. Al ser este un etiquetado que solo proporciona información “mala” no encuentra el apoyo de la industria que, curiosamente, parece preferir el sistema Nutri-Score. Sin embargo, investigadores chilenos destacan que ni el empleo ni los salarios se han visto perjudicados en la industria alimentaria chilena desde que se impuso este sistema.

Sí se demuestran, por el contrario, sus resultados positivos, como una reducción en la compra de productos insanos, una mejor comprensión e identificación de los alimentos saludables y una necesaria reformulación de aquellos alimentos con peores condiciones nutricionales. Por cierto que la reformulación de los alimentos, junto con la educación y la información nutricional, resultan claves para mejorar la dieta de la población, como así indican organismos como la Organización Mundial de la Salud. Algo que nunca ocurrirá si no se cuenta con un sistema que prime el bienestar del consumidor.

Juan Vilar sostiene que los parones por las lluvias, la menor producción obtenida y los alpeorujos más secos han contribuido a que la campaña no haya colapsado

Juan Vilar, el consultor estratégico y experto analista en el sector oleícola, sostiene a Oleum Xauen que los intermitentes parones producidos por las lluvias en los trabajos de la recolección de la aceituna, la menor producción obtenida finalmente y los alpeorujos más secos han contribuido a que se haya desvanecido cualquier tipo de riesgo de colapso en las orujeras y no se haya paralizado la actual campaña oleícola 2020/2021 en España.

Un informe realizado por Juan Vilar Consultores, a petición de la Asociación Nacional de Empresas de Aceite de Orujo (ANEO), advertía antes del inicio de la campaña que se podría producir riesgo de colapso en las plantas orujeras ante los vaticinios de una cosecha alta, situada en el entorno de los 1,7 millones de toneladas y la producción de unos 9,5 millones de toneladas de alpeorujo. Con dichas cifras se podrían producir desequilibrios en los distintos eslabones del sector productor de aceite de oliva y motivar la ruptura del flujo ante la mayor capacidad de recepción y de molturación de las almazaras y cooperativas.

Vilar considera, no obstante, que el riesgo de colapso en futuras campañas estará supeditado siempre a cosechas de aceituna muy elevadas, aunque estima que la ruptura del flujo será mucho más difícil que se produzcan si se arbitran e impulsan alternativas, como el compost, las orujeras biológicas o el incremento de la capacidad de almacenamiento del alpeorujo, entre otras soluciones que el sector ya está empezando a acometer.

Una campaña orujera también anómala, con un antes y un después

Esta campaña oleícola 2020/2021, también anómala en su versión orujera, pasará a la historia con un antes y un después por los rendimientos más bajos de la historia en Jaén hasta el pasado mes de febrero, por el Covid-19, por los iniciales bajos precios en el mercado de origen y por la menor producción, sensiblemente inferior a la estimada.

Al sector orujero no le salían los números después de varias campañas malas e incluso nefastas desde el punto de vista económico, casi para olvidar al no cubrir los costes de producción. Por eso impulsaron un punto de inflexión, centrado en la disposición de un nuevo elemento diferenciador en sus relaciones comerciales con el sector productor de aceite de oliva para la actual campaña.

Los orujeros decidieron, por consiguiente, cobrar a almazaras y cooperativas, por primera vez en la historia, por el transporte del alpeorujo y negociar su recepción en la planta orujera para su procesado con el fin de amortiguar sus efectos económicos y aliviar así su cuenta de resultados. Argumentaban  este cambio de rumbo en que el precio medio del aceite de orujo estaba por los suelos, por debajo del umbral de los 600 euros por tonelada cuando el promedio en anteriores ejercicios era de 1.000 euros, por lo que adujeron que no podían seguir sufragando esta práctica de transferir de formar gratuita el alpeorujo, el principal y mayoritario subproducto del aceite de oliva del que se obtiene el aceite de orujo, la segunda grasa vegetal más saludable.

Pongámonos en situación. Veníamos de un año 2019 malo y un 2020 desolador sin paliativos en muchos sentidos, también para el sector oleícola y consecuentemente para las empresas orujeras. Año de una pandemia que causa estragos, con consecuencias extraordinariamente adversas en el canal Horeca (hostelería, restauración y cafeterías), que se abastece en gran parte de aceite de orujo; precios muy bajos y previsiones de una muy buena cosecha de aceite de oliva para esta campaña, en la que se auguraba entre nueve y diez millones de toneladas de dicho alpeorujo para su procesado.

Este desplome de precios, del que el sector orujero se ha ido recuperando en parte desde finales del pasado año 2020 gracias a la mejora experimentada por los aceites de oliva en el mercado de origen y por los precios más altos de sus competidores (los aceites de semillas), provocó que el sector orujero hiciera piña y de forma generalizada cobrara por el transporte y por la entrega de los alpeorujos, que por cierto venían cada vez más agotados, según sostiene el sector.

Así lo atestigua Joaquín Morillo, del Grupo Oleícola Jaén, que remarca “los precios de ruina” que atenazan al sector orujero desde hace dos años. Reconoce, sin embargo, que la situación ha mejorado y se ha revertido este desfavoble escenario, al tiempo que enfatiza el “gran esfuerzo realizado durante estos años”. Y se pregunta: “¿Qué va a pasar en el futuro? No hay nada cerrado. Estamos en un mercado de oferta y demanda, con grandes volúmenes de alpeorujos y de rentabilidad pequeña. Todo dependerá de cómo venga la próxima cosecha, del mercado y de la evolución de los precios”. En cualquier caso, sí tiene claro que hay que fomentar la economía circular, apostar por la biomasa tanto del orujillo y del hueso de aceituna, así como por mejorar el posicionamiento del aceite de orujo en el mercado.

Similar valoración mantiene el director de la Asociación Nacional de Empresas de Aceite de Orujo (ANEO), Joaquín López, quien, pese a todo, desea que “lo ideal es volver al modelo anterior y que este año haya sido una excepción” en cuanto a que la producción quede exenta del pago por deshacerse de este subproducto, para lo cual aboga porque suban los precios, con una cotización razonable y con una mejora de la comercialización. Mientras, el consultor estratégico Juan Vilar no oculta que en esta campaña se ha producido este punto de inflexión, con un antes y un después, y considera que en el futuro todo dependerá de cómo vengan las próximas cosechas de aceituna, del precio de los aceites de orujo en origen y del destino que se le dé al alpeorujo.

Por su parte, el gerente del Grupo Interóleo, Esteban Momblán, confiesa que “en principio esta práctica es coyuntural y ya veremos si en el futuro esta situación ha venido para quedarse, aunque puede ser un aviso a navegantes para que el sector productor busque soluciones y alternativas”, entre las cuales figuran la integración vertical del sector productor o la participación del mismo en orujeras, bien a través de su creación o formando parte de su accionariado.

Entre tanto, Cristóbal Gallego, presidente del Grupo Jaencoop y responsable de Aceite de Oliva de Cooperativas Agro-alimentarias de Andalucía, espera y desea que esta medida sea excepcional, se apueste “de verdad” por parte de las administraciones por los medios e instrumentos que faciliten la economía circular y se consolide el precio del aceite de orujo de oliva con el fin de que se mantenga una mejor posición en el mercado, junto con la consecución de nuevos retos.  

Asemesa refuerza su representatividad con la incorporación de Manzanilla Olive

La Asociación Española de Exportadores e Industriales de Aceituna de Mesa (ASEMESA) aumenta su representatividad con la incorporación como nueva asociada de Manzanilla Olive, una de las empresas de mayor crecimiento en el sector en los últimos años. Asentada en Sevilla, Manzanilla Olive es una cooperativa de segundo grado constituida en 2010 y compuesta por más de 6.500 socios, trabajadores del campo, integrados a su vez en nueve cooperativas de primer grado localizadas en la provincia sevillana. Entre sus diferentes secciones destaca la de aceituna de mesa habiendo iniciado en 2014 las actividades de envasado para exportación y mercado nacional y contando actualmente con 135 empleados. Su producción supone el cultivo de más de 12.000 hectáreas de olivar de aceituna de mesa.

La incorporación de Manzanilla Olive, aprobada este miércoles por la Junta Directiva, encaja perfectamente en la política de Asemesa que considera prioritaria la entrada de empresas que realizan el proceso completo de elaboración de la aceituna de mesa y están presentes en el mercado comercializando su producción y aportando valor al sector y a la asociación.

Esta incorporación refuerza aún más la posición y el papel de Asemesa como representante de la industria de Aceituna de Mesa antes las principales administraciones y las demás organizaciones del sector.

Asemesa representa al sector desde hace más de 90 años, integrando a la industria dedicada a la elaboración, comercialización y exportación de la aceituna de mesa en España. Sus empresas asociadas proceden de Andalucía, Valencia, Cataluña y Extremadura y en total las operaciones de éstas superan el 70% de la facturación del sector.

El principal objetivo de la Asociación es defender los intereses de la industria de la aceituna de mesa así como interceder ante las administraciones nacionales e internacionales y las organizaciones agrarias. En la actualidad también desempeña un importante papel dentro de la Interprofesional del sector, Interaceituna, siendo uno de los promotores de su creación en el año 2007.

Planas pide a las 17 comunidades autónomas «voluntad de consenso y generosidad para contar con una buena PAC para todos»

El ministro de Agricultura, Pesca y Alimentación, Luis Planas, ha comparecido esta semana ante la Comisión de Agricultura, Pesca y Alimentación del Congreso de los Diputados para informar sobre la situación de las negociaciones de la Política Agraria Común (PAC) para el periodo 2021-2027 y su aplicación en España, así como sobre el resultado de las negociaciones de la Unión Europea con Reino Unido por elbrexit.

Con respecto a la PAC, ha recordado que España contará con un presupuesto suficiente, 47.724 millones de euros para el periodo 2021-2027. Fondos que, con la cofinanciación de las administraciones y los planes de recuperación, ascenderán a más de 53.000 millones de euros con los que agricultores y ganaderos podrán hacer frente a los desafíos de la próxima década: sostenibilidad ambiental, digitalización y relevo generacional, con especial atención a la mujer, para trabajar por una igualdad real de género en el medio rural.

Ha remarcado que la negociación de la PAC entra en su recta final tanto en la Unión Europea como en España. En la negociación española, su papel será el de “facilitador” para lograr un gran pacto entre las 17 comunidades autónomas que tienen que ponerse de acuerdo entre sí. “Actuaré también como árbitro” en la próxima conferencia sectorial de finales de mayo -de la que saldrá el modelo de aplicación de la PAC en España- para alcanzar un gran acuerdo nacional en torno a la política agraria. El ministro ha mostrado su compromiso por propiciar “un proceso público, transparente, para llegar a un elevado grado de consenso y lograr una buena PAC para todos”.

En el ámbito europeo, bajo presidencia portuguesa, Parlamento, Comisión y Consejo negocian la futura PAC desde el pasado mes de octubre. Hasta el momento se han celebrado seis trílogos sobre los planes estratégicos, cuatro para tratar sobre el reglamento horizontal (gobernanza y control administrativo) y tres con la Organización Común de Mercados Agrarios (OCMA) como objeto. Negociaciones que continuarán en los próximos meses y que tendrán como conclusión la elaboración normativa de la CE sobre la PAC entre mayo y septiembre de este año.

BILATERALES EN ABRIL Y CONFERENCIA MONOGRÁFICA EN MAYO

De forma paralela, y en las próximas semanas, el ministro ha anunciado que iniciará reuniones bilaterales con todas las comunidades autónomas para explorar los puntos de acuerdo sobre cuestiones fundamentales y antes de que se celebre la tercera y última sectorial monográfica de la que saldrá el modelo de aplicación de la PAC en España.

Entre las cuestiones clave está la definición de agricultor genuino, en la que se deberá tener en cuenta el caso de los pequeños perceptores de ayuda y la simplificación de las regiones de pago. A este respecto, Planas ha señalado el esfuerzo que va a suponer llegar a un acuerdo sobre el número a adoptar, “que aún no está escrito”, pero se ha mostrado dispuesto a trabajar con las comunidades autónomas para encontrar una fórmula que pueda ser aceptada por todas.

Por otra parte, se ha referido a la necesidad de concluir el proceso de convergencia, de manera que, dentro de una misma región, la ayuda básica a la renta, al final de dicho proceso, dos agricultores en semejantes condiciones reciban el mismo apoyo a la renta.

También se abordará la necesidad de introducir un pago complementario redistributivo, así como los aspectos relativos a la degresividad de las ayudas a partir de 60.000 euros y la limitación de los pagos a partir de 100.000 euros, teniendo en cuenta los costes salariales y los costes imputables a los servicios contratados por las explotaciones.

En cuanto a las ayudas asociadas, hay un amplio consenso en mantener la tipología actual de estas ayudas, sin perjuicio de que sea necesario realizar ajustes puntuales. Igualmente, los ecoesquemas serán otro de los puntos sobre los que habrá que acercar posiciones.

Además, el ministro ha mostrado sensibilidad con algunos sectores con problemáticas específicas para encontrar una solución, por ejemplo, el sector del tabaco en Extremadura.

En lo que se refiere a los jóvenes agricultores, “proponemos que se destine al menos el 2 % primer pilar para facilitar su incorporación a la actividad agrícola y ganadera”. Ha recordado el compromiso de este Gobierno por reducir la brecha de género en la actividad. “España ha logrado incorporar el enfoque de género en la PAC”, ha remarcado Planas.

El ministro ha señalado que, tras la reunión de mayo, España presentará a la Comisión Europea un borrador informal de plan estratégico nacional antes de agosto. Ha confiado en que podría estar definitivamente presentado a la Comisión Europea a finales de 2021 o a comienzos de 2022, con suficiente tiempo para hacer los desarrollos legislativos y técnicos, antes de la aplicación de la nueva PAC el 1 de enero de 2023. “Un cronograma muy apretado”, ha señalado.

TRANSICIÓN Y CONVERGENCIA

Hasta que entre en vigor la nueva PAC, para los años 2021 y 2022 ha habido que asegurar que agricultores y ganaderos puedan seguir percibiendo los apoyos de la PAC, ha explicado el ministro en referencia al real decreto de transición, que cumple con las recomendaciones de la Comisión que ha instado a España a continuar con la convergencia. El ministro se ha mostrado abierto a debatir acerca del proceso de convergencia para la nueva PAC, incluyendo -en el acuerdo global- la convergencia del año 2022.

Con este decreto se lleva a cabo una transición escalonada y gradual hacia la nueva PAC. La convergencia, ha repetido el titular de Agricultura, es una exigencia reiterada de la Comisión Europea desde 2015 y supone una redistribución de las ayudas en términos de equidad para acabar con las discriminaciones actuales.

BREXIT

Luis Planas ha informado, por otra parte, sobre el resultado de las negociaciones para alcanzar un acuerdo comercial con Reino Unido tras su salida de la Unión Europea.

Acuerdo que ha puesto en valor, porque en el ámbito agroalimentario se ha cerrado sin aranceles ni contingentes, lo que facilitará mantener los flujos comerciales de exportación, mientras que en el pesquero permite a la flota trabajar con total normalidad y sin apenas fricciones.

El sector también lo ha valorado, ha destacado Planas, aunque tendrá que adaptarse a la nueva situación con la carga administrativa que conlleva el hecho de que el Reino Unido ya no forme parte de la Unión Europea y sea ahora un país tercero. En este sentido, ha comentado que el Reino Unido ha comunicado su intención de aplazar la exigencia de certificados fitosanitarios y veterinarios que inicialmente iba a comenzar a partir de abril. El ministerio está reforzando los recursos humanos y telemáticos necesarios para que no se generen distorsiones y los flujos comerciales puedan seguir como hasta ahora, si bien habrá que adaptar los procesos a la nueva situación.

Por lo que se refiere a la pesca, la negociación fue dura, pero con un resultado positivo para España porque mantiene el statu quoen el acceso a las aguas británicas de la flota española. Se cerró como España había solicitado: con una cesión de cuotas directamente proporcional a la actividad pesquera de cada Estado miembro en aguas británicas.

Ha valorado que fuera del acuerdo se quedaran los stocks del sur que utiliza fundamentalmente la flota de bajura como la caballa, bacaladilla, anchoa y jurel.

Un acuerdo que dota de la necesaria estabilidad a la flota pesquera española.

Iñaki Benito Otazu, nuevo director-gerente de la Fundación del Patrimonio Comunal Olivarero

Iñaki Benito Otuza ha sido elegido recientemente como nuevo director-gerente de la Fundación del Patrimonio Comunal Olivarero (PCO) en sustitución de Ricardo Domínguez, quien dejó el cargo hace varios meses. Iñaki Benito es ingeniero agrónomo, técnico de aceites de oliva en Cooperativas Agro-alimentarias de España y miembro de varios grupos relacionados con el sector oleícola.

La IGP Aceite de Jaén aumenta su musculatura con la inscripción de la cooperativa Ciudad de Jaén, Aires de Jaén y Aceites Bañón, y hay pendientes varias cooperativas

La Indicación Geográfica Protegida (IGP) Aceite de Jaén aumenta su musculatura con la incorporación de la cooperativa Ciudad de Jaén, Aires de Jaén y Aceites Bañón, que se suman a las ya inscritas Castillo de Canena, Oleícola Jaén, la cooperativa Puerta de Las Villas de Mogón y el grupo Acesur, que elabora la marca Coosur. Según ha podido saber Oleum Xauen, a estas marcas y empresas se podrían incorporar próximamente varias cooperativas que están pendientes de que su asamblea general se pronuncie sobre su inscripción en esta figura de protección de los aceites de calidad de la provincia de Jaén.  

Igualmente, se está a la espera de la modificación del reglamento para que las empresas inscritas en las Denominaciones de Origen Protegidas jiennenses de Sierra Mágina, Sierra de Cazorla y Sierra de Segura puedan inscribirse en la IGP Aceite de Jaén, con lo que de esta manera aumentaría notablemente el número de elaboradores, envasadores y comercializadores de aceites de oliva.

Este marchamo de calidad, que está a la espera de aprobar la imagen y el manual de marca, tiene también pendiente la convocatoria de las elecciones del Consejo Regulador de la IGP Aceite de Jaén, cuyo plazo máximo para ser convocadas vence el próximo 15 de mayo tras haber retrasado unos meses su proceso electoral para elegir sus órganos de gobierno debido a la situación que se vive por la pandemia, por la recolección de la aceituna y por el proceso de inscripción en sus tres registros que aún sigue vigente.

Manuel Parras Rosa es el responsable del Consejo Regulador de la IGP Aceite de Jaén de forma transitoria desde su constitución en julio pasado, por lo que en las próximas semanas se tendrá que convocar de manera formal las elecciones para elegir para un periodo de cuatro años los órganos de gobierno de esta figura de protección. Un proceso al que presumiblemente se volverá a presentar Manuel Parras.

Actualmente está operativa la inscripción en los tres registros de la IGP Aceite de Jaén: censos y registros de productores y olivareros; envasadores y comercializadores, en los que se inscriben personas y empresas en este elemento de diferenciación de aceites de oliva virgen extra elaborados con aceitunas recolectadas antes del 31 de diciembre de cada campaña.

El Consejo Regulador de la IGP Aceite de Jaén acordó que la cuota por producción de los elaboradores se fija en 5,5 euros por tonelada de media en aceite producido en las últimas cuatro campañas antes del 31 de diciembre, que suele ser en torno al cuarenta por ciento del aceite producido en la provincia de Jaén. Para los envasadores hay una cuota única de inscripción de 1.500 euros al año por entidad y la cuota por envasado oscila entre los 9 euros por tonelada para los de menos de 150 toneladas de aceite clasificado por la IGP; de 12 euros por toneladas para el tramo de entre 151 y 300 toneladas; de 15 euros para la franja de entre 301 y 600 toneladas, y de 18 euros para los de más de 600 toneladas de aceite clasificado por la IGP, así como 0,02 euros por contraetiqueta. Y para los comercializadores habrá una cuota de 300 euros al año por marca.

Aceitunera Jiennense y Supremo presentan un pack con las tres variedades autóctonas de Jaén para consumo de mesa

Aceitunera Jiennense y Supremo presentan un pack con las tres variedades autóctonas de la provincia de Jaén para consumo de mesa. 25 años cumple Aceitunera Jiennense y lo hace presentando la trilogía de aceitunas de la provincia de Jaén. «Estos frutos han venido desde una de las marcas de aceite de oliva virgen extra más reconocidas del mundo, Aceite Supremo», asegura en un comunicado esta marca de AOVE, que añade que la unión entre Aceitunera Jiennense y Supremo «nos trae la posibilidad de probar, en un pack de lujo, nuestras aceitunas picual, cornezuelo de Jaén y royal».

Blas Palacios, gerente de Aceitunera Jiennense, asegura que “será la primera vez que una aceituna de la variedad royal se use para aderezo de aceituna de mesa y se comercialice”. En palabras de Alberto Molinero, gerente de Aceite Supremo, “es una maravillosa oportunidad  para degustar la provincia de Jaén en un formato que rebosa Jaén por los cuatro costados y que aporta algo que necesitamos ahora más que nunca en la provincia, valor añadido”.

El rendimiento medio en la campaña oleícola alcanza el 18,70% hasta finales de febrero en Jaén, el más bajo de la historia y casi tres puntos por debajo de lo previsto en el aforo

El rendimiento medio graso de la aceituna (el porcentaje de aceite de oliva incluido en la aceituna) ha alcanzado el 18,70 por ciento hasta finales del pasado mes de febrero en Jaén, el más bajo de la historia y casi tres puntos por debajo de lo previsto en el aforo de producción de la Consejería de Agricultura de la Junta de Andalucía para esta campaña oleícola 2020/2021, estimado en el 21,65 por ciento.

En la provincia de Jaén se han producido hasta el pasado 28 de febrero 505.362 toneladas de aceite de oliva, en un mes en el que sorprendentemente el rendimiento medio ha sido del 19,71 por ciento, más bajo aún que el promedio del pasado enero, que alcanzó el 19,93, según ha podido conocer Oleum Xauen.

La media del rendimiento de esta campaña oleícola (de octubre a febrero) supone casi tres puntos (2,95) por debajo de lo pronosticado en octubre en la estimación (aforo) de la Junta, que lo elevaba al 21,65 por ciento en consonancia con el promedio de las últimas campañas.

De acuerdo con estos datos, desde la Consejería Agricultura se ajustaron a la baja sus previsiones de producción de aceite de oliva para la actual campaña oleícola 2020/2021, rebajando la estimación de 1.348.000 toneladas de aceite de oliva que preveía en Andalucía a 1.050.000/1.100.000, mientras que en la provincia de Jaén se podría situar en el entorno de las 520.000 frente a las 670.000 toneladas aforadas inicialmente, lo que puede suponer una desviación de unas 150.000 toneladas menos, una caída de algo más del 22 por ciento de lo estimado.  

Histórico del rendimiento medio

El histórico de los datos del rendimiento medio graso de la aceituna en la provincia de Jaén sólo ha bajado por debajo del 20% en tres de las últimas 34 campañas, según ha podido conocer Oleum Xauen, aunque se quedaron en unas cifras cercanas al veinte por ciento; es decir, que para obtener un kilo de aceite de aceite de oliva se precisaron cinco de aceituna. De hecho, las cifras revelan que en la campaña 1987/88 el rendimiento medio fue del 19,93 por ciento en la provincia de Jaén, igual promedio que el conseguido en la 1997/98, mientras que en la campaña oleícola 1992/93 se alcanzó el 19,98 por ciento. En todas las demás campañas de este histórico se situó por encima del veinte por ciento, mientras que en la actual se ha batido el récord negativo con el rendimiento medio graso hasta finales de febrero del 18,70 como consecuencia de la incidencia que ha tenido la climatología en el fruto.

La consejera de Agricultura cree de justicia reconocer el valor de los productos andaluces en la dieta mediterránea

La consejera de Agricultura, Ganadería, Pesca y Desarrollo Sostenible, Carmen Crespo, ha reclamado hoy en el Parlamento de Andalucía “justicia nutricional para los productos andaluces”, como el aceite de oliva o los productos ibéricos, y ha pedido al Gobierno de España que la calificación nutricional que se haga a nivel de la escala ‘Nutri-score’ “reconozca las bondades que de hecho sí reconocen los estudios científicos”.

La consejera ha recordado que Francia ya ha hecho una identificación especial para los quesos franceses, “lo que pone de manifiesto que están optando por sus productos y los están protegiendo”. Por ello, ha pedido “sensibilidad para con estos productos españoles que tenemos que exportar” y ha abogado por una “etiqueta especial”. A este respecto, Crespo se ha preguntado “¿cómo la dieta mediterránea no tiene un lugar idóneo dentro de Nutri-score?”, antes de remarcar la necesidad de que la dieta mediterránea, como Patrimonio de la Humanidad, esté debidamente reconocido en este sistema.

Finalmente, Carmen Crespo, que ha recordado que ha pedido una reunión con el Ministerio para abordar este asunto, se ha referido a las “grandes bondades cardiovasculares de estos productos”. En esta línea, ha resaltado la existencia de estudios e informes científicos que han acreditado los beneficios que reporta el consumo de aceite de oliva, considerado como la mejor grasa que puede ingerir el ser humano.

Este alimento contribuye a disminuir el riesgo de sufrir enfermedades cardiovasculares y el deterioro de las células por el estrés oxidativo. Además, es fuente de vitamina D, que ayuda a mejorar el sistema inmunológico y las defensas.

El jamón y otros productos derivados del cerdo ibérico también inciden en la protección contra enfermedades cardiovasculares y aportan vitaminas B y E, energía y defensas frente a infecciones. Estos alimentos tienen también propiedades beneficiosas para las células al ser antioxidantes y contener minerales favorables contra el envejecimiento.