La delegada territorial de Agricultura en la provincia de Jaén, Jaén, Soledad Aranda, espera  que se cumpla la estimación de producción avanzada en el aforo de aceituna y de aceites de oliva para esta campaña oleícola 2022-2023 al no haber llovido y mantenerse el olivo con un elevado estrés hídrico que arrastra desde hace varias campañas. Por tal motivo, confía que la provincia de Jaén alcance  las 200.000 toneladas que prevé el aforo presentado en Jaén el 3 de octubre por la consejera de Agricultura, Carmen Crespo, y las 587.000 toneladas aforadas para Andalucía En cualquier caso, considera que estamos actualmente “en un momento clave” para el olivar, pero ha admitido que la situación es “preocupante” por las adversas condiciones meteorológicas.

Además califica de “desarrollo dispar” el inicio de la campaña en cuanto a rendimientos medios grasos en diferentes comarcas, al principio incluso más altos de la media por estas fechas, aunque luego se han moderado debido al estrés hídrico del olivar. Junto a ello, ha resaltado la buena calidad de los aceites de cosecha temprana y ha alabado la excelencia de los aceites de oliva virgen extra fruto del cuidado proceso de recogida, transporte y elaboración. Ha avanzado, igualmente, que algunas cooperativas podrían abrir sus puertas la próxima semana al objeto de empezar la recolección generalizada y para la obtención de aceites un poco más maduros que los premium o verdes.

Cogeneración y restos de poda

Respecto a la problemática existente en las empresas de cogeneración, algunas de ellas paralizadas por el topado al gas y por la excepción ibérica que les impide hacer frente a los elevados costes de producción, confía que no habrá colapso en esta campaña debido a la escasa cosecha que se espera, pero ha reconocido que hay un problema, para lo que se mantiene una interlocución con el Gobierno central para buscar una solución.

En cuanto a la prohibición de quemar los restos de la poda del olivar, confía en que se va a enmendar esa norma, enmienda que podría ser incluida en la inminente Ley de la PAC, que deberá estar aprobada antes de final de año, para que haya una excepcionalidad en la quema de residuos y una moratoria con el fin de que los agricultores se adapten a la nueva situación.

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