El aceite de oliva, sobre todo sus cotizaciones, vuelve a estar en el ojo del huracán y en el centro de la diana, si es que alguna vez dejó de estarlo en los últimos meses.  Resulta que todo el mundo habla, sabe y opina con una pasmosa alegría y con análisis sesudos de aceite de oliva como ilustrados y eruditos en la materia. Quizá la ignorancia es muy atrevida.

Y no todo el mundo sabe de todo ni está doctorado en todos los campos de la vida, a no ser que se documente, se lo curre y se prepare con rigor la materia en cuestión. En el tema de los aceites de oliva hay gente que con frecuencia hace análisis confusos y desacertados, y lo que es peor no se preocupa y ocupa en tener un mínimo y básico conocimiento. De ahí que se hagan muy a brocha gorda, un tanto superficiales y simplistas, por lo que pueden restar y menoscabar la imagen de nuestro producto estrella.

Y ahora el asunto de los elevados precios vuelve a cobrar más actualidad si cabe con el anuncio de la eliminación del impuesto del IVA, una medida que prácticamente se va a notar poco en el bolsillo de los consumidores. La mejor y casi única fórmula y estrategia para bajar estas cotizaciones es que llueva en cantidad y en calidad; se conforme una gran cosecha y las olas de calor no malogren el fruto de cara a la próxima campaña. Vuelvo a decir, una vez más, que producir aceites de oliva no es lo mismo que producir tornillos. La meteorología es capital y aquí la naturaleza es la que manda. .

De lo contrario, seguiremos teniendo tensiones de precios más que aseguradas y cosechas paupérrimas, con el consiguiente traslado de esta tensión al mercado de origen y al de destino. Esto es el mercado, basado en la oferta y la demanda. Y si no hay producto, la oferta se tensiona, sube su valor y el mercado se autorregula vía precios para no desabastecerlo y también con el fin de evitar el consiguiente perjuicio reputacional a la marca de nuestro principal producto en el hipotético caso de si se agotaran las existencias. ¿Imaginan ustedes que ya no hubiera aceite de oliva en primavera por haber poco producto y por estar el precio bajo?

No le quiero echar agua al aceite; es decir, aguarles la reflexión, pero ¿piensan ustedes que en tiempos de escasez de producto el precio va a bajar? Rotundamente no, a no ser que llueva bien y venga una buena cosecha. ¿Creen ustedes que el que el que tenga  aceite de oliva lo va a bajar en esta coyuntura, salvo que las urgencias y su liquidez lo estén ahogando financieramente hablando, o que no hubiera demanda? Hipótesis difícil de imaginar. ¿En qué cabeza cabe pensar que el precio va a descender si no llueve de manera copiosa y bien? ¿Ustedes lo rebajarían en estas circunstancias, máxime sabiendo que el mensaje sobre las indudables bondades que atesora este alimento nutricionalmente y como prevención de la salud va calando?

Bien es verdad, por otra parte, que el sector productor tendrá que hacérselo mirar e hilar fino para no pasarse de frenada y ahí es donde debe ser razonable y precavido para no colocar cada vez más alto el listón de los precios por el riesgo de que consumidor ponga pie en pared de una forma mayoritaria y le hagamos un flaquísimo favor al consumo.

Conviene, por consiguiente, dejar el nerviosismo, resignarnos provisionalmente a cohabitar con esta inédita situación hasta que llueva, trabajar de manera sosegada pensando en el futuro y alejar al aceite de oliva de tanto foco, tanto ruido y tanto palabrería sin fundamento. Sin satanizarlo. A casi nadie beneficia esta situación. Pidamos que llueva y exijamos una mejor gestión y planificación hidrológica para invertir esta tendencia y no acordarnos del agua sólo cuando truena, aquí sí hay mucho que hacer y reivindicar; sigamos consumiendo aceites de oliva, disfrutando de sus propiedades  organolépticas y sintámonos orgullosos de ser el país que ostenta el liderazgo de este enorme producto. Ejerzamos ese liderazgo, en las duras y en las maduras, cuando está barato y cuando está caro, y hagamos los deberes para buscar en el futuro una senda de estabilidad y de tranquilidad en las cotizaciones de los aceites de oliva para no volver a tropezar en la misma piedra por exceso o por defecto. Ahora es buen momento y tenemos una gran oportunidad, ahora que el aceite de oliva está en el centro de la diana, para lo bueno y para lo malo.

*Asensio López, director de Oleum Xauen

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